04: «Angelical»

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No rompas mi confianza, porque las cosas que se rompen jamás vuelven a ser lo que eran—Umbra

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No rompas mi confianza, porque las cosas que se rompen jamás vuelven a ser lo que eran—Umbra.

«JACEL»

Quiero maldecir cuando veo a los chicos esperarme en la entrada. Suspirando camino hacia ellos, al llegar los observo, esperando que se dignen a decir algo, el único que se atreve a abrir la boca es Jerome, al que menos deseo escuchar en estos momentos, resulta que sigo sensible.

—Por favor, escucha yo…

—Sí es por lo de ayer, olvídalo, todo bien —digo fingiendo estar tranquilo, no quiero hacer todo más difícil de lo que es—. Ahora entiendo que tan importante soy para ti, así que gracias, saber cosas así es bueno para evitar confusiones.

—No, joder, no, no está bien, metí la pata, dije eso, pero no es lo que siento, eres mi amigo, me importas, perdóname, por favor, Jacel.

No respondo, por su expresión puedo saber que no miente, que está siendo sincero, lamentablemente no estoy acostumbrado a la sinceridad y por ello confiar me es muy difícil.

—Auch —Se queja alguien chocando de lleno conmigo, mi cuerpo termina estampado con el de Jerome, mis brazos se sostienen de su cuello para no terminar en el suelo—. Ay, p-perdón.

Me alejo de Jerome y giro encontrándome a un chico casi de mi altura de gorro rosa y vestimenta de vagabundo, elevo una ceja al notar su expresión asustadiza. Un grupo de chicos pasa junto a nosotros susurrando y riéndose, de reojo noto sus miradas burlonas sobre el chico delgado.

—No te preocupes, amigo —La voz de Jake es la que escucho a mi lado, una de sus manos está sobre mi hombro—. Solo ten más cuidado.

El de gorra me conoce, sabe que suelo golpear por cosas mínimas a cualquiera que rompa mi espacio personal, mucho más a los imbéciles que no se disculpan o que lo hacen con toda la intención.

—G-Gracias.

El chico de gorro rosa evita mirarme a los ojos mientras se aleja rápidamente hacia la entrada del instituto.

—Quita esa expresión de asesino, Jacel, asustaste al pobre chico —Se burla el rizado—. Además, él es hermano menor de…

—Tengo clases —Me quito su mano de mi hombro y giro hacia los demás chicos—. Tengo club de música por la tarde, así que no tendré mucho tiempo libre, no hace falta que me esperen.

—Lo haces a propósito, ¿verdad? Te quieres alejar de nosotros, pero no vamos a permitir tal cosa, que quede claro —asevera Javier mientras pasa junto a mí, Jhonell me da una palmada en el hombro junto a una media sonrisa, y sigue al otro adolescente.

Jerome y Jake simplemente se quedan mirándome, parecen esperar que diga algo, pero lo único que hago es dirigirme al interior del instituto. Puedo sentir que caminan uno a cada lado de mí. No digo nada, simplemente camino por el pasillo bajo la mirada de algunos de nuestros compañeros, esos que aún conversan sin preocuparse por ir a sus clases.

—Nos vemos en el almuerzo —dice Jerome, asiento y sin mirarlo entro en el curso, Jake es el único con el que comparto todas mis clases.

***

Reviso con mis ojos los estantes de la biblioteca en busca de un libro que necesito para un trabajo de literatura que debo entregar mañana. En ocasiones deseo que el fin de semana llegue rápidamente, pero luego recuerdo que los sábados trabajo en Nova, un club nocturno gay. En ocasiones suplanto a algún bailarín que falta, pero normalmente preparo bebidas, las mejores del lugar, no por nada soy el barman favorito de los clientes.

La hora del almuerzo llegó, pero mi apetito no existe, por lo que ahora mismo estoy en la sala de descanso del instituto, a esta hora no hay muchos alumnos, en ocasiones está deshabitada, lamentablemente no es el caso ahora mismo. En los sofás del fondo puedo ver a alguien recostado, solo veo sus zapatos grandes y pantalones jeans grandes. Una extraña combinación.

Decido recostarme en un sofá largo individual cerca de la biblioteca de la sala, antes de cerrar los ojos coloco mi alarma, no quiero quedarme encerrado en la sala como la última vez.

Guardo mi móvil, pero cuando estoy por cerrar mis ojos, una voz suave y aterciopelada llega hasta mis oídos. Una canción desconocida y melancólica se introduce en mi memoria, y no puedo evitar recordar el pasado, mientras las imágenes navegan dolorosas por mi mente, mis lágrimas caen, lentas y dolorosas.

La voz angelical me rompe, y por la forma distorsionada que toma su tono, puedo saber que él también está roto. Quizás alguien rompió sus alas, o tal vez fue la vida quién lo hirió hasta hacerlo llorar.

—¡Nenita, pero sí aquí estás! —Una voz ruidosa interrumpe el canto del ángel logrando que quiera maldecir—. ¿Por qué lloras? Ey, aún no te doy tu lección como para que ya estés desperdiciando tus lágrimas.

No es mi asunto. Me digo secándome las lágrimas. No tengo ganas de ir a detención. Esta semana he estado dos días seguidos en detención, es tedioso así que voy a ignorar este asunto.

—Me dijeron que estabas charlando con los J-Five, y no recuerdo haberte dado permiso de acercarte a ellos, sabes que soy un chico muy celoso —La burla y malicia que hay en sus palabras me hace retorcer el estómago, esto de recordar no me está poniendo fácil los límites que apenas hace segundo me puse—. Ahora que recuerdo, tu querido hermano mayor solía ser parte de ellos, y sabes que no terminó bien…

—No fue culpa de ellos, eran sus amigos, y él… solo tomó una mala decisión —Mi corazón se acelera con dolor—. Así que por favor, no hables de cosas de las que no sabes nada… ah.

El sonido de una bofetada me pone alerta, tanto que termino sentado en el sofá, mis ojos se dirigen hacia ellos, el chico de gorro rosa tiene el rostro hacia un costado, ahora el gorro que tenía está sobre la alfombra, dejando a la vista un cabello rubio que combina con su piel blanquecina, una que ahora lleva una marca roja.

—Veo que te vuelves valiente cuando mencionan a tu estúpido hermano muerto —Y no lo aguanto más, me levanto de sofá y camino hacia el sujeto que no hace más que molestarme a cada maldito segundo que pasa—. No te preocupes te daré una lección que borrará esos deseos de hacerte el valien…

Una patada en uno de sus costados lo hace caer al suelo bruscamente, desde ahí me mira con sorpresa y lo que distingo como miedo.

—J-Jacel…

—Espero que tengas un buen dentista, porque voy a dejarte sin un puto diente, hijo de puta —gruño y sin siquiera dudarlo me lanzo sobre él.

No me importa si me insultan, pueden hacerlo hasta el cansancio, pero si se meten con alguien que me importa, entonces olvido mi razón.

Umbrablack.

JACEL© [La forma en la que lates] #1 LGBT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora