18: «¿Qué carajos?»

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Eres mío, puedes sentirlo, eres mío, solo mío—Umbra

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Eres mío, puedes sentirlo, eres mío, solo mío—Umbra.

JACEL.

El lugar está repleto, nunca había visto tantas personas en este bar. Así que supongo que la publicidad de la banda en las redes sociales sí funcionó. Admito qué no creí que fuera a hacerlo.

Los chicos me pidieron que también les echará una mano promocionándolos en mi Instagram, uno que raramente utilizo, no, tengo que ser sincero, uno que nunca utilizo, si no fuera porque tengo la clave anotada, no habría podido entrar nuevamente. Esa app casi tiene telas de arañas. Lo extraño es que cuando entré tenía muchas solicitudes para seguirme, tal parece que tenía mi cuenta como privada, o eso creo. La cosa es que cuando comencé a aceptar terminé cansado, eran demasiadas, me sentí un poco avergonzado al ver que como perfil tenía una foto mía sin camisa, detrás de mí Hallory me abrazaba y sonreía a la cámara. No me atreví a cambiarla.

En fin, luego de aceptar a muchos subí un video avisando sobre mis amigos de la banda, y en qué lugar tocarían su música. Obtuve muchos corazones y confirmaciones de asistencia, y uno que otro comentario subido de letras.

—Vi el video. —Me sobresalto cuando Jake me susurra al oído y segundos después lo tengo subido en mi espalda. Se ha vuelto adicto al contacto conmigo, más de lo normal—. Te deje mi corazón y algunos comentarios.

Sí, los leí, pero él no tiene que saber que por alguna razón me sentí avergonzado de su poca vergüenza a la hora de escribir y decir cosas para mayores de dieciocho.

—Eres pesado. —digo refiriéndome tanto a su peso como a su actitud.

—No te quejas cuando estoy encima de ti. —Me estremezco cuando mordisquea mi oreja luego de haber susurrado eso—. Pero te haré caso, los ojos de Jerome me están dando duro, y no cómo me gusta.

No puedo evitar reírme, pero me callo cuando él hace girar mi rostro y me roba un beso, y en el proceso muerde con suavidad mi labio inferior. Es extraño, él nunca es así de demostrativo frente a los demás, por lo que me le quedo mirando más de la cuenta.

—Estoy feliz de volver a oír tu risa, Jacel. —dice con una sonrisa sincera—. Extrañaba mucho tu risa, querido amigo.

—¿Desde cuándo eres tan cursi? . —digo y muevo la cabeza negando, pero extrañamente tengo una sonrisa en mis labios.

—Ser cursi es una de mis pasiones, no lo sabes porque no eres mi novio. —revela, me da un guiño.

—Y nunca lo seré. —declaro.

—Oh, mírate. —Entorna los ojos y se aproxima a mi oído para susurrar—. Conmigo no necesitas dejarlo en claro, Jacel, yo sé que soy solo tu amigo, sé que me follas porque tengo un culo de infarto, sé que tu corazón no está abierto al amor, sé que no siento amor romántico por ti, sé que te quiero mucho, mucho, pero como mi amigo más cercano.

Cuando se aleja nuestros ojos conectan nuevamente, hay un brillo especial en esa mirada hermosamente azul.

—No es que quiera dejar en claro todo respecto a nuestra relación extraña de amistad y sexo, es que…

—No quieres lastimar a los demás más allá de un rechazo, lo entiendo, amigo, no tienes que explicar nada, te entiendo, ¿okay?

—Okay. —digo y me aproximo a dejar un beso casto sobre su mejilla—. Gracias, Jake.

—Aww, que lindo eres. —Me quejo cuando aprieta mi cuerpo con fuerza. Es como un koala, siento que soy su árbol.

Unos segundos después el de rulos se baja y mira en una dirección, no puedo evitar hacer lo mismo. Mi ceño se arruga automáticamente cuando veo a mi hermano, parece estar buscando a alguien entre la gente. Cuando los ojos de Kaemon dan conmigo por causalidad me sonríe y eleva su mano como saludando, ladeo mi cabeza confundido.

—¡Kae! —exclama Jake a mi lado con una enorme sonrisa, él mueve su brazo llamando la atención de las personas que tenemos alrededor mientras no deja de llamar a mi hermano—. ¡Aquí, ven aquí!

¿Qué carajos?

—¿Qué demonios hace él aquí? —le pregunto a mi amigo, este hace una mueca y sonríe con nerviosismo.

—Oh, verás es que… ujum, como que lo invité a venir. —dice sin atreverse a mirarme a la cara. Mis demás amigos, los cuales están con nosotros en la barra, nos miran sin decir nada—. Hemos mantenido contacto desde el día en el que hablamos por primera vez.

—Vaya, Kaemon es tu amigo, eso es nuevo, a él no le agradan los alborotadores. —comenta Javier, él también es amigo de mi hermano. Jake le saca el dedo medio, pero Javier fija sus ojos en mí—. No te pongas histérico, Jacel, si te molesta solo ignorarlo, y no te atrevas a irte porque tus amigos de la banda se sentirán decepcionados.

Le doy una mala mirada y hago chasquear la lengua de malas.

Tiene razón, no puedo irme y hacerles este desplante a los chicos, además realmente quiero verlos tocar está noche.

—Hola, chicos. —dice Kaemon apenas llega hasta nosotros, luego mira a Jake y le dedica una leve sonrisa—. Me debes un recorrido por la ciudad, Jake.

Mi amigo de rulos libera una risa por lo alto y con mucha confianza se aproxima hasta mi hermano para darle un leve abrazo, es notable que Kaemon se tensa, pero no hace por alejarlo, de hecho, le da una palmadita en la espalda al rubio.

No puedo hacer nada más que verlos con algo de molestia e incredulidad.

—Cumplo mis promesas. —dice y le da un guiño que sorpresivamente hace reír al de ojos claros.

—Eso espero. —sonríe el más alto. Los ojos de mi hermano se posan en mí—. No estoy aquí para molestar, solo vine porque Jake me invitó.

Arrugo mi entrecejo y aprieto mi mandíbula. Pero decido que no me voy a amargar la noche discutiendo con él.

—Tenemos que hablar. —Antes de darme cuenta tengo a Jake sujetado por la muñeca mientras lo arrastro por medio de la gente, definitivamente necesito hablar con él seriamente.

Umbrablack.

JACEL© [La forma en la que lates] #1 LGBT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora