14: «¿Hola?»

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Te vi, yo no buscaba a nadie y te vi

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Te vi, yo no buscaba a nadie y te vi. (Fito Páez)

JAKE.

Dejo caer mi espalda contra el colchón de mi cama. Este fin de semana me mudare al edificio de los Newman. Mis padres nunca están, y la casa se siente demasiado grande. No sé qué harán con ella cuando ya no vivía ahí, lo más seguro es que la vendan. No puedo decir que tengo recuerdos memorables en este enorme lugar. Mi tiempo lo he compartido más con la soledad que con las personas que quiero.

En ocasiones como está me gustaría pertenecer a otra familia, a una que me dé el amor que necesito, el amor y el cariño que toda persona debe tener de sus padres… aunque no sea algo enorme, me conformo con solo un pequeño abrazo, o una pregunta simple como «¿Qué tal tu día, hijo?» pero no hay nada de eso.

Mis ojos se llenan de lágrimas, suspiro y las siento caer mientras me siento en la cama con mi espalda apoyada contra el respaldo de la cama, luego me abrazo a mis piernas y recuesto mi cabeza contra mis rodillas, llorando como cada vez que me siento solo y herido.

«Lo tienes todo, Jake, no puedes dártelas de rebelde y hablarnos como si fuéramos unos malos padres. Te damos todo lo mejor, así que deja de quejarte que ya suficiente tenemos con nuestros negocios. Ahí te deposite más dinero, siempre que nos lloras es porque quieres que te depositemos. Ya te deposite dinero, no molestes más.»

Ese mensaje fue lo que leí apenas llegue a casa luego de dejar a Kaemon en la suya. Nunca pensé que un mensaje fuera suficiente para descontrolar mis emociones.

Cuando logro calmarme un poco tomo mi móvil y llamo a Jacel, él es el único con el que puedo hablar de esto.

—¿Qué pasa?

—Sólo quería saber de mi hermoso chico. —digo intentando sonar divertido.

Jake ya estás grande para estas cosas. No fastidies, es tarde.

—Ey no…

Pero él corta la llamada y yo estoy tan desanimado que no intento llamarlo de nuevo. Sé que si se lo digo directamente lo que sucede, me escucharía, pero de repente ese pensamiento no me parece tan seguro.

Quizás a Jacel tampoco le importa lo que suceda conmigo. Sí, somos amigos, pero, ¿qué tan amigos? No lo sé, y no quiero pensarlo porque ahora mismo mis sentimientos no están siendo muy claros.

Me recuesto y miro mi móvil, entro en galería y recorro las fotos que tomé en algunas fiestas, también otras que tengo con los chicos. Suspiro cuando veo una que tome en la cafetería del instituto, estamos con los chicos de la banda. Suspiro al recordar que Jacel acepto ir a verlos tocar sin dudar en lo absoluto.

En cambio tú rogaste que fuera a verte tocar y él jamás fue.

Sí, siempre soy el que ruega atención.

Paso mis manos por mis rostro y vuelvo a suspirar. No quiero llorar de nuevo. Cuando estamos tristes es cuando la mente se da por analizar todo y pensar de más. Vemos lo que antes no veíamos y eso en ocasiones te hace hacer cosas que no quieres, pero que necesitas.

Si me pongo a rememorar mis momentos y recuerdos con mis amigos, creo que… terminaré mucho más solo.

Vuelvo a mirar mi móvil, recorro mis contactor y me detengo en uno. Cabe la posibilidad de que no me responda, pero de todos modos ya estoy marcando llamar. No me llevo el móvil al oído, solo miro la pantalla y espero.

—¿Hola?

Kaemon me ha respondido.

—Creo que… realmente estoy muy solo, Kae. —Y sollozo sin poder contenerme.

Estoy llorando porque duele demasiado estar solo. Lloro con el móvil en mi oído. Él no dice nada por un rato, solo me escucha llorar, sé que sigue conectado, y cuando habla, su voz logra que me centre y le preste atención.

También pensé que estaba solo, por un tiempo vi la vida de una forma realmente torcida, pero la verdad es que cuando estamos tristes la soledad se aprovecha y se abraza a nuestras emociones. —Mis lágrimas son silenciosas. Su voz es realmente agradable, me hace sentir bien oírlo—. Lo que sientes ahora seguro es una mierda, y si me estás hablando a mí, a alguien que no conoces, entonces la soledad te está abrazando muy fuerte, no permitas que distorsione tus emociones, Jake.

—¿Y sí solo me está mostrando la verdad? —inquiero de forma extrangulada—. Porque llamé a mi amigo, con el que comparto más y él… solo me corto la llamada, y tú que no me conoces estás tratando de calmarme, no lo sé, me duele mucho, ¿por qué las personas que deben quererme no me quieren?

Suspiro y seco mis lágrimas, aunque no sirve de nada ya que están vuelven a caer. Mis ojos se sienten bastante irritados y mi nariz está medio tapada.

No lo sé, Jake. No lo sé. —dice eso casi en un susurro—. Pero sí sé que necesitas hablarlo directamente, no te guardes nada, enfrentalo, cuando lo hagas verás con más claridad, sabrás que hacer.

—¿Seguro?

No, para nada, pero igual hazlo quizás a ti te funcione. —Sorprendentemente su respuesta sincera me hace reír—. Eres realmente raro.

—Créeme, me lo han dicho muchas veces.

Ujum, te creo. —Un lenta sonrisa se desliza por mis labios. Supongo que sí cambió un poco—. ¿Te sientes mejor? Debo dormir, maña…

—Quédate un poco más… hasta que me duerma, no quiero estar solo está noche, Kae.

Bien.

Entonces... ¿Qué piensan de está new amistad?

¿Qué creen que pueda suceder con Jake y sus emociones?

¿Y qué os parece Kae?

¿Creen que Jacel fue un idiota o también harían lo mismo si los llamaran casi las 3am?

¿Qué tal va el libro?

Umbrablack.

JACEL© [La forma en la que lates] #1 LGBT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora