25: «Flores de papel»

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El mundo en ocasiones se detiene en un recuerdo demasiado doloroso, demasiado hermoso y cruel—Umbra

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El mundo en ocasiones se detiene en un recuerdo demasiado doloroso, demasiado hermoso y cruel—Umbra.

JACEL.

No puedo creer que esté aquí, todo mi cuerpo está temblando. Siento que mi corazón quiere romperse más y más con cada paso que me acerca a su tumba. Las flores de papel que yo mismo hice cuelgan de mi mano y se mueven con mis movimientos al caminar, mis lágrimas me acompañan en el camino de recuerdos tanto hermosos como dolorosos.

—E-Estoy aquí, amor—Dios mi voz tiembla tanto como mis emociones rotas.

Me siento frente a su lápida, no confío en mis piernas para que me mantengan de pie frente a su eterno descanso. Solo vengo cuando es su cumpleaños, esa fecha es más significativa que en la que decidió irse para siempre. Además, hay muchas personas ese día viniendo a verlo, así que este día hermoso en el que nació, es nuestro reencuentro cada año.

—Awww, el aroma es delicioso—dijo moviendo sus pestañas dulcemente—. Huelen a papel.

—Mm, quizás se deba a que son de papel—dije con sarcasmo al tiempo que me sentaba en el pasto de la plaza cerca de su casa—. Las flores reales son mejores.

¡No para mí!—exclamó y le tomó un segundo estar con su cabeza sobre mis piernas, olisqueando las flores de papel que hice porque son sus favoritas—. Ya te dije…

—El aroma a papel y la forma de las flores en blanco te inspiran—completé por él, entornando los ojos en el proceso—. Lo entiendo, algo de músicos.

—A veces parece que no lo entiendes, Dulzura—Bajé hasta él y dejé un beso sobre su nariz, logrando que se ría—. Que lindo te ves desde aquí abajo.

—Me veo lindo desde cualquier ángulo, mocoso—La risa que soltó me alteró el corazón como él sólo sabe hacerlo.

—Tengo dos años las que tú, así que dime, ¿quién es el mocoso aquí?—Se levantó de mis piernas y de un momento a otro lo tenía sobre mí—. Dulzura, mi niño dulce, no tienes idea de cuánto te amo.

—Bueno, estando igual—dije con una sonrisa, una que sé fijo en sus labios sonrientes—. Tampoco tienes idea de lo mucho que te metiste en mi corazón, Hellory.

—Ah, amo cuando dices mi nombre—susurra acercándose a mi boca para dejar un besito suave—. Aunque cuando lo gimes suena aún más hermoso.

Mi rostro enrojeció, pero eso no provocó más que una sonrisa picara en su boca adicta a la mía.

Suspiro ante ese recuerdo.

—Extraño mucho cuando me besabas, Hellory, ojalá estuviera contigo, pero… me está comenzado a gustar estar vivo, no te enojes, volver a tus brazos me tomará más tiempo del que pensé, aún así, no dejes de esperarme, amor.

Dejo las flores en el jarrón y me tomo mi tiempo para contarle como está yendo mi vida, por supuesto que mis lágrimas no me dejan hablar por momentos, pero me quedo más tiempo que antes frente a su lápida, antes no aguantaba ni siquiera diez minutos.

—¿Jacel?—Dejo de secar mis lágrimas al oír la voz del hermano menor de Hallory—. V-Volvere en otro momento.

—No, ya me marcho—Me levanto y sacudo mi jeans para pasar junto a él y comenzar a andar hacia la salida del cementerio.

—Hermano, lo lamento—Esas tres palabras logran que me detenga, aunque sigo dándole la espalda—. Pensé que él era un idiota que ni siquiera venía a saludarte en tu cumpleaños, lo siento, estaba equivocado.

Giro hacia Helleth, él también mira en mi dirección, sus ojos verdosos están húmedos.

—Solo vengo en su cumpleaños—aviso aún cuando no es de su incumbencia—. Es la primera vez que te veo aquí.

—Está es la única hora que puedo venir, no me gusta cuando hay muchas personas, así no puedo hablar con mi hermano—revela y gira nuevamente hacia la tumba—. Te traje pastel, tu favorito.

Veo como él saca de una bolsa una caja pequeña, luego toma asiento y no sé porqué, pero me encuentro regresando sobre mis pasos, quedando a su lado, también tomo asiento.

—Lo siento, olvidé el encendedor—dice el de ojos verdes, mirando fijamente la vela de 19 años sobre el pequeño pastel.

Todos mis movimientos son automáticos; saco el encendedor que Hallory me regaló cuando cumplí quince años. Recuerdo que era de sus favoritos. Prendo la vela y conecto mis ojos con los de Helleth.

—Gracias—dice dedicándome una pequeña sonrisa.

Veo como el menor cierra los ojos unos segundos, parece que está pidiendo un deseo en lugar de su hermano, sonrío y hago lo mismo.

Deseo que seas muy feliz donde sea que estés, mi amor.

No le cantamos el “feliz cumpleaños” a él no le gustaba esa canción, no tengo idea de porqué, quizás era algo de músicos, quién sabe.

Acompaño a Helleth un largo rato, y luego nos despedimos en silencio.

Umbrablack.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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