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Los meses pasaban como si se tratarán de segundos.

NamJoon suspiró profundamente al mismo tiempo que llevaba su vista hacia su esposo.

Ya habían pasado cuatro meses y su esposo no había mejorado, ni siquiera había abierto sus ojos. Cuatro meses en los que NamJoon no pudo ver los hermoso orbes de su esposo.

Afortunadamente ya había sido dado de alta del hospital y ahora se encontraba en la comodidad de su casa, pero eso no quitaba el que NamJoon se sintiera sumamente preocupado por él.

Ni siquiera había asistido al trabajo en esos cuatro meses. Sus empresas se habían congelado hasta nuevo aviso. Sabía que aquello le traería problemas económicos a sus empleados, por eso se encargó de darles una buena suma de dinero, en lo que operaban nuevamente las empresas.

Por otro lado, NamJoon se había encargado de ignorar por completo a SeokJin, y no sólo a él, sino a todo el mundo, ya que el pensaba que si no le hablaban para decirle que su esposo se encontraba bien y que muy pronto abriría sus ojos, entonces no tendría importancia quedarse a escuchar.

El doctor que se encontraba en su habitación carraspeó, provocando que NamJoon saliera de sus pensamientos.

—Lo siento señor Kim…No puedo decirle lo que le sucede a su esposo.

—¡¿Cómo qué no puede?! ¡Usted es doctor! ¿No es así?

—Por supuesto que sí. Pero el caso de su esposo es muy extraño. Sus signos vitales son estables, su coordinación está intacta y es como si estuviera inmerso en un profundo sueño, del cual puede despertar en cualquier momento, solamente que…Hay algo que no me queda muy claro.

—¿Y qué es?

—Su esposo…morirá…—Al mencionar esto, los ojos de NamJoon inmediatamente picarón, advirtiéndo que lágrimas estaban a punto de salir.

—¡No puede ser posible!

Gritó furioso, lanzando lo primero que le mostró su vista, el doctor se hizo a un lado y pegó un pequeño brinco al ver como la lámpara era estrellada contra la pared y caía en miles de pedazos.

No lo entendía…

Diez doctores le habían visitado. Habían revisado a su esposo y todos y cada uno de ellos daba el mismo diagnóstico. Era imposible, su esposo no podía morir, no podía dejarlo…

—¿Por qué diablos dice eso? ¿Acaso es una broma de mal gusto?—Lo miró fríamente, importandole poco estarlo intimidando.

—N-no, es sólo que pareciera como si su esposo tuviera una especie de contador, alguna alarma que en cierto tiempo llegará a su fin y detendrá todo…

NamJoon lo miró extrañado. De los nueve doctores que lo habían visitado, este le había dado la teoría más loca e imprudente.

—Salga, necesito estar a solas con mi esposo.—Musitó con su voz ronca, pero profunda y entonces el doctor hizo una casta reverencia, para después huir de la habitación, dejando solo así a NamJoon, el cual miraba a su esposo mientras dejaba escapar sollozos débiles.

—P-por favor no me dejes cariño…

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Caminaba a un paso ni muy rápido, ni muy lento, al mismo tiempo que dos guardias corpulentos se mantenían a sus costados.

El edificio era completamente blanco, hecho de ladrillos gruesos, con vidrios a prueba de balas, los cuales protegían al exterior de los violentos rehos.

Cada celda era un cuarto cerrado, con una pesada puerta metal y lo único que permitía ver atraves de la habitación era un gran ventanal en forma rectangular, el cual permitía ver lo que hacía el reho desde afuera.

꧁♡CLONANDO AL AMOR ♡꧂ [KNJ & KSJ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora