༻My Angel༺ [DSMP/Quackity]

Cafeína

Oh la cafeína, ¿a quien no le gusta tomar un poco de este para sentirse reanimado? La mayoría daría una afirmación y otros tal vez no pero eso da igual. El problema es para los principiantes que lo toman, uno debe ser cuidadoso con la cantidad que llega a beber.

—¡Déjame ir!— decía Purpled pataleando.

—¡No, debes quedarte en cama!— pobrecito el zorrito que trata de meterlo nuevamente en la habitación del nombrado.

En el casino había llegado un paquete equivocado, era una caja llena de bebidas energéticas los cuales contenían demasiada cafeína. Ya creo que se tendría una idea de lo que pasó.

—¡Soy libre!— dijo el alienígena apunto de tirarse por la ventana.

—¡N-No, tienes que quedarte!— Ranboo le agarro de la pierna ya que fue lo único que alcanzó.

Purpled había pateado el estómago de Fundy para liberarse de él.

Cuando tomo de la bebida parecía haber hecho efecto en ese momento, teniendo unas grandes ganas de correr por donde sea nadie lo lograba detener ni siquiera Quackity, cuando lo agarraron lo ataron con una cuerda y lo llevaron a su habitación con tal de que repose y la sobredosis de energía se le bajará.

Pero no fue así.

Pasaron 3 días desde que no durmio y aún poseía energía de sobra, habían veces en las que se quejaba de los dolores de cabeza que le venía momentáneamente, y otras veces pareciera delirar, incluso intento comerse un libro.

—¡Sueltame aún no quiero ser poseído por un ser superior!— nuevamente fue amarado y lanzado a su cama.

—¿Qué hacemos?— Ranboo hacía lo posible para que el energético no muerda la cuerda.

—¡Ahh! ¡Yo me rindo! ¡Lo siento pero ya no puedo más!— Fundy se quito la corbata y la tiro al suelo para luego salir de la habitación tirando la puerta fuertemente.

En esa habitación solo quedaba Ranboo con Purpled, este último habia ya roto la cuerda pero no hacía nada más que estar quieto en la cama volvieron los dolores de la cabeza algo insoportable a este punto. Le dolía demasiado, apretaba sus puños y se mordia el labio para distraerse de aquel dolor.

—¡E-Espera tranquilo llamaré a alguien!— el enderman salió corriendo de la habitación en busca del pato.

—Me d-duele mucho— de sus ojos salían tiras de lágrimas y se retorcia entre las sábanas.

Tenía sed, hambre, calor, frío y tantas ganas de dormir pero no podía ya que la energía lo molestaba dándole más ganas de hacer otra cosa que lo que quiere algo muy tonto a la vista razonable de alguien.

Los minutos parecían horas, veía las nubes pasar por la ventana y uno que otro pájaro el dolor había disminuido un poco pero aún permanecía estaba sudando arto, oh no, ahora tenía fiebre, su cabeza estaba caliente, sus ojos molestaban del ardor provocada por sus propias lágrimas saladas.