𝐒𝐔𝐍𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄; Len Potter vivió toda su vida en el campamento Mestizo, hasta que un día un hombre con barba le dijo que debía asistir a una escuela de Magia.
❝Té para tres.
Un sorbo de distracción
Buscando descifrarnos.
No hay nada mejor
No hay n...
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Chapter eighteen girls night
A la mañana siguienteMarlene se preparo como lo hacía habitualmente. Ducha matutina, ropa abrigada, una golosina azul y a desayunar.
Se estaba adaptado al ambiente solitario de la casa de Slytherin. No hablaban mucho, no eran cariñosos, cada uno en su propio mundo, con sus propias ambiciones y determinaciones.
Muy diferente a lo que estaba acostumbrada.
Se sentó en la punta, como siempre, desayuno el mismo bowl de Yogurt con frutas y jugo. Al terminar se levantó y fue a la mesa de Gryffindor, se sentó junto a su Primo. Como siempre.
—Hey, Buen día—sonrió.
Las primeras palabras que decía desde que se despidió de él en el aula de Historia de la Magia.
—¡Len! Buen día ¿como dormiste?—pregunto sonriendo.
¿Dormir? ¿que es dormir? ¿Se come? Pensó.
—Sip, como un tronco ¿Vos?—respondió.
Harry quería creerle, pero tenía las ojeras más pronunciadas, más que el día en que se conocieron. Su piel estaba más pálida, no perdía ese tono bronceado, pero no era igual de marcado. Sin embargo, la sonrisa que le daba a su Primo estaba intacta.
—¿Desayunaste bien? No quiero que te desmayes por falta de alimentación... no comiste fruta, no es pregunta Hazz, ya es afirmación. Una manzana. Ahora.
Harry soltó una risa y agarro una manzana, se la mostró a su prima y dio un mordisco sin borrar la sonrisa de su rostro.
—Muy bien, ahora terminatela y... suerte en el partido ¡a todos!— sonrió al equipo, antes de levantarse de la mesa.
Los gemelos le devolvieron la sonrisa, los demás aún no se acostumbraban a que una slytherin se sentará allí y sea bueno con ellos.
Salio al patio antes que todos, el día estaba tranquilo. Un rayo de sol golpeo en su rostro, aliviandola por completo.
El día estaba fresco, un viento se colaba por su espalda y le provocaba escalofríos. Pero nada comparado a otros días. Se sentó en las gradas, pese a que faltarán más de veinte minutos para que el juego empezase.
Empezó a leer. Capítulo 10: hombres lobo. Leyó con atención, como siempre lo hacia. Se tiro más para atrás en el asiento, así sus pies quedaban colgando, empezó a moverlos adelante y atrás.
