𝐒𝐔𝐍𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄; Len Potter vivió toda su vida en el campamento Mestizo, hasta que un día un hombre con barba le dijo que debía asistir a una escuela de Magia.
❝Té para tres.
Un sorbo de distracción
Buscando descifrarnos.
No hay nada mejor
No hay n...
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Chapter twelve Goodbye
Remus se había quedado toda la noche con Marlene, la había abrazado hasta quedarse dormida y al otro día la despertó para desayunar. Si bien apenas probo bocado, Remus no le insistio a que coma más, comprendía su situación.
—Mañana deben volver a sus casas.—dijo Remus comiendo una parte de su tostada.
Lupin dividía la tostada en cuatro y le ponía distintos acompañamientos: Meremelada de frutilla, durazno, miel y manteca de maní, cuando Marlene vio eso sonrió en sus adentros, ella también lo hacía.
—Si—afirmó Marlene.
—¿Volverás al campamento?—preguntó a la par que daba un sorbo a su té.
Marlene lo pensó, pero negó—Iré a ver a mis hermanos e iré a casa de Percy a quedarme el verano.
—En caso que quieras volverte antes de tiempo—empezó Remus—En el número 12 de Grimmauld Place nos estamos quedando Sirius y yo, junto a la orden.
—¿La misma orden de hace años?—preguntó alzando la visa confundida.
Remus asintió—Así mismo, si queres dejar la casa de los Jackson antes, envía una lechuza que te vamos a buscar al aeropuerto ¿Si?
Marlene asintió—Gracias, tío Moony.
Este sonrió—No hay que de, cachorra... yo debo irme en un rato, ¿Necesitas algo antes que me vaya?
Marlene negó—Gracias por quedarte.
—Siempre me quedare, cachorra, te lo prometí a vos y a tu madre cuando naciste y me declararon tu padrino.—declaró abrazándola con suavidad.
Remus se separo y tomó los hombros de su sobrina—¿Segura que no queres ir al baño o algo?
—Puedo ir sola—negó intentando tranquilizarlo, se levantó lentamente para probar su punto.—¿Ves?
—No te apoyes en la mesa de luz—retó y Marlene rodo los ojos.
—Estoy bien, tío Moony, ahora vamos, shu shu.
Se llevó una mano al pecho, haciéndose el ofendido—¿Me hechas?
—Para nada, tío, pero tenes que irte.—recordo con una mueca.
—Lo se, Cachorra—beso su cabeza y la obligó a recostarse otra vez—Seguramente suba Theo... sobre él...
—Ay no, no seas igual que Canuto y Percy.—murmuró con una mueca.
