Marcy veía a los carros pasar y a las personas desde la florería, quería ser como esos niños que jugaban en aquel parque que siempre veía a lo lejos, ella quería ser como esas adolescentes que iban a la cafetería en frente de la tienda, pero ella sabía que mínima cosa que no fuera de su agrado la alteraría y quizás quedaría en ridículo.
Después de todo su ansiedad social más bien su Asperger siempre estaban presentes, quería abrazar a sus personas especiales pero el pánico le ganaba, Marcy creyó que había hecho algo tan malo en su otra vida que ahora lo estaba pagando con esto. La azabache quería ser una persona normal, enamorarse, salir, ser feliz, tener compañía.
Marcy de niña pensaba que sus padres la odiaban porque nunca le daban cariño pero siempre estaban presentes cuando a su madre se le olvidó que su pequeña hija odiaba ser tocada hizo que le diera un ataque de pánico haciendo que la azabache recordara cada día de su vida aquel momento tan pesado.
La azabache de pequeña tenía mucho miedo de lo que sus padres y terapeuta le decían, pero según el psicólogo su autismo apenas estaba apareciendo y podría ser tratado, años después se había desarrollado tanto que ya no se podía hacer nada al respecto. La señora Wu estaba tan decepcionada del terapeuta que habían contado que optó por despedirlo, aquel no había servido de nada más bien había empeorado la situación.
--Uh Marcy Wu es un placer tenerla aquí.
--Hola señorita Seo.
--Ven cuentame que te está atormentando.
--No es nada.
Dijo la chica jugando con sus dedos evitando ver los ojos de su terapeuta, la señorita Seo conocía cada pequeño gesto de la chica, algo estaba perturbado la mente de la chica y se sentía incómoda con algo.
--Sabes que no puedes mentirme.
--Uhm..
--Puedes confiar en mi, quiero que te sientas cómoda tu comodidad es lo esencial ¿recuerdas?
--Claro, si ehm ese Funko está mal acomodado.
La azabache señaló dónde un funko de spiderman de la gran saga de Marvel estaba mal puesto en su lugar, la doctora se levantó rápidamente poniéndolo en su posición correcta para luego volver a sentarse en aquella silla.
--Perdona, había acomodado todo antes de que vinieras pero seguro no me fijé.
--Eh, si está bien.
--Ahora hay algo más que te molesta ¿no es así?
--H-hace unas semanas una chica me tocó el hombro, fue algo repentino y no me dió pánico, pero lo extraño es que nunca en mi vida alguien que no sean mis padres o Anne me habían tocado.
La doctora solo asintió levemente, Marcy se veía demasiado inquieta y su actitud era extraña, nunca había visto aquello en la azabache solo cuando la vez que le había enseñado entusiasmada un beso homosexual en una serie, solo se limito a dar una pequeña sonrisa.
--Marcy está pregunta no es de psicólogo a paciente entonces puedes negar a contestarme ¿ves a las chicas lindas?
--Claro, las chicas son lindas.
--Esa chica ¿recuerdas como era?
--Sí, era rubia unos.. muchos centímetros más alta que yo, tenía un lunar debajo de su ojo y una leve cicatriz debajo de su otro ojo, sus ojos eran como el azul del cielo pero tenía una mirada amenazante.
Marcy le dió un pequeño escalofrío cuando por error choco miradas con la chica aquello había sido un gran error, si antes no podía ver a las personas a los ojos ahora menos, ahora temía que todos tuvieran esa mirada amenazante.
La doctora Seo con solo esas simples cosas recordaba a una paciente, tenía una joven con problemas emocionales y ataques de irá, totalmente diferente a la azabache que tenía en frente pero por alguna razón no podía evitar pensar que podían llevarse bien.
--Anne parecía conocerla, quisiera ser como Anne ir a la escuela y tener amigos.
--Marcy sabes que puedes hacerlo, sería un gran paso aterrador pero también sería un avance para tí.
Marcy se emociono con ello pero sabía que la escuela había tantas personas, tanta gente la podia hacer tener un ataque de pánico eso hizo que dejara su emoción de lado. Sus padres nunca aceptarían llevarla a la escuela, sabía cómo se preocupaban por ella pero al menos podía soñar con eso.
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The girl from the flower shop | Sasharcy
FanfictionUn día normal para Sasha Waybright iba camino hacia la casa de su abuela pero quería sorprender aquella mujer que le daba un gran respiro a su vida, la rubia amaba a su abuela más que a nada en el mundo aquella señora canosa era la única en su famil...