--¿Sabes que existen las puertas? Podías haber tocado simplemente para hablar con Marcy, que niña más irresponsable.
--Calmate cariño, ella no sabía. La señora Wu se encontraba curando a Sasha ya que tenía algunos raspones en sus piernas y brazos, mientras que Marcy solo observaba con nervios y preocupación.
--¿No te duele? No debí decirte que me gustabas, que tonta soy. Marcy coloco sus manos en su cabeza con desesperación mientras que Sasha solo pudo abrir sus ojos en par en par al escuchar a la azabache decir aquello en frente de sus padres, estos solo se miraron entre sí y el padre de Marcy fue hacia ella para calmar a la joven.
--Creo que tienen algo pendiente de que hablar señoritas, ya está... Pueden ir a la habitación de Marcy. La madre le dio una cálida sonrisa a Sasha haciendo que su corazón se sintiera con un leve dolor ¿Era así como se sentía el amor de madre? La joven agradeció a la azabache mayor, para luego ser guiada por Marcy a la habitación de está.
--La, La ventana boto todas mis hojas... Tengo que ordenarlas de nuevo por color... Marcy tomo aquellas hojas entre sus brazos para luego colocarlas en el escritorio que había en su habitación iba a comenzar a ordenar aquellas hojas pero una mano en su brazo la interrumpió.
--Marcy... ¿Te gustó?
--Uh... Es algo complicado, no lo sé aún tengo mi ligera sospecha que es así. La azabache comenzó a jugar con sus dedos nerviosa al recibir aquel tacto de la mano de la joven, era algo pequeño pero para ella era algo intenso.
--Hare algo... Pero no tengas miedo ¿Ok? La azabache con duda asintió con su cabeza a la petición de su contraria.
Sasha dudo un poco pero se acercó su rostro al rostro de la chica mirando unos cuantos segundos los labios de esta para luego dejar un suave y corto beso en los labios ajenos, ambos corazones dieron un brinco de la emoción de aquel suave beso.
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The girl from the flower shop | Sasharcy
FanficUn día normal para Sasha Waybright iba camino hacia la casa de su abuela pero quería sorprender aquella mujer que le daba un gran respiro a su vida, la rubia amaba a su abuela más que a nada en el mundo aquella señora canosa era la única en su famil...