INICIO, HERMANOS Y FUTURO- SEGUNDA PARTE.

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     Angela comenzó a abrir sus ojos, su cabeza le dolía y estaba algo mareada, confundida.

     Se encontró en un gran galpón, muy oscuro y descuidado, chequeó todo a su alrededor y sólo vio una mesa de madera despintada- aparentemente antes era azul- una silla de igual estado y nada más.

     Ella estaba recostada en el piso frío, amarrada de manos y pies, no había ni una sola ventana y el olor a encierro era realmente asqueroso provocándole más de una vez náuseas- afortunadamente pudo contenerse.

     Al cabo de unas cuantas horas, un hombre alto ingresó en el cuarto con una charola, ésta contenía una botella de agua sucia y pan duro.

-Se puede saber por qué me han traído aquí!- de mal modo.

-Esa boquita, no es apto ni corresponde que una señorita como usted use ese tono al hablar- con total calma.

-Cállate imbécil y dime quién te mandó a secuestrarme! 

-Agradece que te trajimos algo de comer.

-¿Qué? ¿Acaso tú te piensas qué soy idiota? ¿Estúpida quizás? tú me quieres matar, tú o el cobarde para el cual trabajas, esa agua está envenenada y el pan... no lo sé, pero no creo que haya anda bueno en él.

-Que tú padre haga esos juegos sucios no significa que nosotros también, mejor enfócate en tenernos miedo chiquita.

-¿Chiquita?- rió irónicamente- tú eres el chofer de mi padre ¿Acaso crees que te tendría miedo? te equivocas, no te tengo miedo, ni a ti ni a nadie ¿Me has oído? 

     El sujeto no respondió nada, sólo salió en silencio. Ese era el primer día de su secuestro.

Segundo día- en la mansión: 

-Ya no puedo más, no puedo Matías, no puedo- cayendo de rodillas rompiendo en llanto.

-Querida ya cálmate, por favor- poniéndose a su altura, secando una por una las lágrimas de su esposa con la yema de sus dedos.

-Por favor encuéntrala, te lo suplico... por favor... es nuestra hija.

-Respira... por favor, te prometo que la voy a encontrar, mírame- tomando su rostro con ambas manos- pronto estará aquí con nosotros Lucía! Lucía!- pero ésta no respondió, dado que quedó inconsciente. La cargó y dejó delicadamente en su cama matrimonial, luego llamó al médico quien la examinó y le dijo que sólo fue una baja de presión.

     Luego de eso, caminó rumbo a la oficina, donde había citado a algunos de sus hombres- Esto no puede ser!- gritó enfurecida golpeando su escritorio con la palma de su mano- Mi hija no aparece y mi esposa está en un mar de lágrimas! ¿Y ustedes de qué me sirven? Eh! - inconscientemente comenzó a dejar caer sus lágrimas- Quiero qué la busquen! Encuéntrenla!

    Todos los hombres se retiraron dejándolo a él en su completa soledad, derrumbándose en llanto se dejó caer al suelo. Realmente todo esto lo tenía muy mal, pero no podía, no podía hacerse en débil frente a sus hombres y tampoco frente a Lucía, ella sí conocía esa faceta suya, pero en estos momentos sólo quería brindarle la seguridad de que todo estaría bien y que la encontraría a pesar de que ni el mismo podía asegurarle eso.

Tercer día del secuestro:

-Oye! Óyeme imbécil! Hey! - gritó Ángela al lado de la puerta.

-Eres la primera rehén que no grita pidiendo ayuda- exclamó el sujeto ingresando al lugar.

-No me mal interpretes querido, pero jamás gastaría mis cuerdas vocales en un idiota como tú.

-No me obligues a matarte- farfulló.

-Anda! Mátame si quieres! pero eso sí, sí lo haces, lo que después suceda no será culpa mía.

-Qué dices!- gritó apuntándola con su arma.

-Seamos razonables, tienes varios hijos, una esposa, una madre y un padre ¿No sería triste qué todos cayeran como pajaritos? y todo porque tú mataste a la hija del hombre más peligroso del país, yo que tú... - y no la dejó terminar dado que él bajó el arma, la tiró al piso cabizbajo -Muy bien- volvió a retomar su habla ella- ahora sácame de aquí.

     El sujeto iba a acceder, pero en eso llegaron otros tres hombres que opinaban muy distinto a él.

-¿Qué estabas por hacer?- preguntó uno.

-Yo... 

-Tú ibas a dejarla ir ¿Verdad? siempre supe que eras el menos indicado para esto, pero el jefe no pensó igual.

-Ya basta!- ambos sujetos estaban a punto de matarse cuando...

En la mansión:

-Permiso- abriendo sólo un poco la puerta de la oficina da Matías.

-Adelante Josh.

-Mire... usted nos mandó a buscar a su hija y... 

-La encontraste!- poniéndose rápidamente de pie.

-No, pero sé quien sí puede, claro, si usted lo permite, él lo encuentra todo, si no lo hace él, no sé que más.

-¿De quién se trata?

-Ven- haciendo un ademán con su mano, enseguida ingresó un chico unos años menor que Josh- jefe él es Tom, mi hermano del alma, ambos nos criamos juntos en el orfanato, hace unas semanas que cumplió con la mayoría de edad, él ya no puede quedarse allí.

-¿Y esto qué tiene qué ver con Ángela?- frustrado.

-Tiene que ver- habló ahora Tom pasando su brazo por la espalda de Josh- y mucho, si usted me contrata a mi como uno se sus hombres y me adelanta el sueldo, actualmente mi situación económica no es la mejor, a cambio... 

-¿A cambio qué?

-Traeré a su hija de nuevo a casa.

-¿Cómo harás eso?

-Bueno... 

-Señor- ingresó otro sujeto dueño de esa voz- enviaron esto- enseñándole un sobre manchado en sangre- es de... usted ya sabe.

-Trae eso- al abrirlo tomando un papel en igual estado éste decía: 

      Hola querido hermanito ¿Cómo estás? yo muy bien, feliz después de que hayas matado a mi familia, por casualidad hoy será el funeral de Ángela y me gustaría que estuvieras presente, tú ya sabes donde, ven solo, sin tus payasos detrás.

     Por primera vez sé un hombre y no un asesino.

     Verás con tus propios ojos como te quitan lo más preciado y que tú no puedas hacer nada al respecto.

No voy a firmar, tú sabes de sobra quien soy, si es que tienes conciencia.

ARCANO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora