OJO POR OJO -ÚLTIMA PARTE

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     Los bocinazos ensordecían a medio mundo y aquella mujer intentaba que Tahiel reaccionara nuevamente, ya vencida dio media vuelta y se marchó, pero él rápidamente bajó del automóvil y tomó nuevamente su mano, ésta giró quedando frente a él.

—¿Jessica eres tú? —con los ojos cristalizados.

—¿Tú quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? Responde! Cómo lo sabes! 

—Tú me lo dijiste cuando teníamos nueve años, ese día me sentía una basura y tú lo transformaste en el mejor día, porque ese día te conocí, Jess, soy yo, Tahiel.

     Al escuchar esas palabras a ella también se le llenaron los ojos de lágrimas, pero aún así, tragó su nudo en la garganta y dijo— Lo- Lo siento, pe-pero yo no te conozco... creo que te equivocaste de persona —luego salió corriendo.

     Tahiel quiso seguirla pero los bocinazos lo obligaron a regresar nuevamente al automóvil, ese día él haber asistido a la Universidad, fue realmente en vano, lo único que hacía era pensar en ella, en cómo había cambiado, en su tatuaje, su voz y como se veía aún más hermosa que la última vez.

     De regreso decidió ir nuevamente por esa carretera, a pesar de que le quedara aún más lejos de vuelta que de ida, aún así no había nadie y sólo regresó a su hogar algo desanimado, podría jurar que era ella, no pasaron tantos años, aún la reconocía y sabía que ella lo había reconocido a él.

—¿Qué te pasó? —preguntó alarmado al ver el terrible estado de Salí.

—La injusticia del inocente hermano —colocando hielo en su cabeza.

—¿Pero qué te pasó? ¿Qué hiciste? 

—Yo nada! me contacté con una de mis tantas amigas, tú sabes —éste asintió— ella me propuso encontrarnos ya que su esposo estaba de viaje de negocios y yo acepté, no tenía otra opción.

—Todo muy interesante tú vida, pero ¿Cómo rayos apareciste así de golpeado? 

—Ese es el punto, digamos que nos fallaron los cálculos y su esposo no llegaba mañana si no hoy, nos vio, me molió a golpes y me arrojó a la calle, Desnudo! eso sí, que fue infame, la gente actualmente es muy violenta... Ah! me olvidaba, Necesito tus llaves, perdí las mías por ese percance.

—Aha, claro y yo trepo los balcones hasta llegar aquí ¿Acaso me ves cara de spiderman o qué? 

—Pero yo las necesito... 

—No te las daré, si tú ingresaste ahora... espera ¿Tú llegaste hasta aquí desnudo? 

—Así es, ésta es tú ropa —señalando la que llevaba puesta.

—¿Y la tuya? tú tienes más ropa.

—En el tender amigo.

—¿Cómo ingresaste sin tus llaves? Salí, aquí viven niños, es un edificio muy grande.

—Por eso no te preocupes, lo calculé todo... sólo subí hasta el segundo pio, donde vive esa amable mujer, María, Doña María.

—¿La qué tiene cien años? 

—Sí, ella, la pobre tiene problemas cardíacos, en fin, sólo toqué su puerta, ella me abrió y yo hábilmente corrí hasta el balcón, lo que tampoco calculé era que la puerta que va hacia el balcón, también estaría cerrada y la anciana me agarró a escobazos literalmente, yo sólo corría por todo el departamento hasta que pude abrir la puerta y me colgué a nuestro balcón, trepé y subí al tercer piso, lo que menos me imaginaba era que mi querido amigo, mi compañero del alma, cerraría la puerta del balcón y yo quedé ahí, solo, triste, desolado y desnudo, decí que se me activó una neurona y recordé que yo mismo había perdido la llave del balcón, por lo que sólo empujé la puerta y entré.

—¿Y yo qué sabía qué tú harías eso? demasiados problemas tengo yo, Salí, como para acordarme de ti, además... ¿Tú no estabas de novio? 

—¿Hablas de Lucía? ella no me importa... pero ¿A ti qué te sucede? 

—¿Qué harías si te reencontraras con el amor de tú vida, pero ella no lo sabe, sólo sabe qué sí eres tú? bueno... supongo que me recordó, sus ojos se cristalizaron.

—Quizás tenía alergia, No lo sé! amigo lo siento, pero en ésta no puedo ayudarte, yo no creo en esas estupideces del amor, no es lo mío, hazla simple, sólo diviértete.

—Salí, no soy como tú, la conozco a Jess desde niños, ella fue la única que confió en mi, tú quédate aquí con tus 'Amigas'  yo me iré a recuperar a la mujer de mi vida —tomó las llaves y se marchó de allí, recorrió todas las calles cercanas a esa ruta, hasta que por fin la vio, era como si brillara en medio de la oscuridad, como lo había sido siempre. 

ARCANO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora