HERMANOS: VOLVIÉNDOTE LOCO.

13 1 0
                                    


     Poco  a poco Matías comenzó a abrir sus ojos, estaba en una habitación- de una casa común y corriente -le dolía todo el cuerpo y la cabeza, vio a Tahiel parado frente a otro sujeto, éste llevaba un bastón blanco- un médico- se dijo a su conciencia, veía algo borroso, aún así podía oír todo lo que sucedía.

 -Muchas gracias doctor por todo lo que ha hecho por mi hermano, tenga- entregándole un sobre blanco, el sujeto lo chequeó por dentro y luego se fue.

 -¿Ya te despertaste Matí?- acercándose a él- dos meses en coma fue muy poco, aunque para ser honesto me estaba aburriendo sin ti.

-¿Por... ¿Por qué?- con su voz ronca y débil.

-¿Por qué, qué? habla bien que no te disparé en la lengua.

-¿Por qué eres así conmigo? admite que aún sientes compasión... por tú... tú hermano.

-¿Yo? ¿Sentimientos hacia ti? 

-No me malinterpretes, no eres mi tipo querido, además -acercándose -tú no te tienes que morir ahora, primero- tomando su mano -verás morir a tú hija, sufrir, gritar y por último agonizar, convivirás con su cadáver tres días, encerrado y luego de eso serás libre, para vivir tú vida en paz y si quieres ahí, muérete, no me importa pero antes tú verás y sentirás todo lo que yo sufrí, esto es sólo un pequeño avance de lo que te sucederá- amarrando sus manos a las barandas de la cama.

-¿Me amarrarás? 

-No, voy a tomar el té- sonrió.

-¿Hasta cuándo seguirás con ese estúpido juego del sarcasmo?

-Hasta que mi familia reviva... no, espera, eso es imposible, Rayos! los mataste tan bien que ya no volverán.

-Tú te lo merecías, además tú problema no es con Ángela, ella es todo lo que me queda.

-¿Y a mi qué? tú problema era conmigo, según tú nivel de locura y sin embargo pagaron mis hijos y mi esposa.

-No entiendes Ángela no es mi hija.

-¿Te hicieron cornudo hermanito? vaya las cosas que uno se entera.

-No, es más, Lucía era demasiado para mi y por siempre estaré agradecido con ella por todo el amor que me brindo. Pero estoy diciendo la verdad, Ella no es mi hija, no lleva mi sangre, si no es mi hija no tienes porqué matarla! 

-Eso no tiene nada que ver, el que lleve tú sangre o no, tú la amas y si la mato sé que te dañará, Quieras o no ella es Ángela Arcano!- dando un puñetazo a la mesa.

-No la amo, entiendes, ella no es nada para... para mi, jamás la traté como a una hija, jamás la llamé así, te lo juro, por favor.

-Mientes y ¿Sabes por qué? porque eres débil, Débil Matías! sin tus hombres y tú arma, amarrado a una cama, no eres nadie- rió -te oí llamar a esa cosa más de cien veces hija y me parece que el trato que le das no es el de un mal padre, he tocado tú punto Matías, tú punto débil, es por eso que me dices todas esas cosas ¿Acaso crees qué yo me chupo el dedo o qué?- éste lo miró sin comprender- ¿Acaso crees qué en verdad yo no sabía nada de todo esto? ¿Tan ingenuo eres? 

-¿Me estuviste espiando? 

-¿Y perder mi tiempo en ti? No! te he investigado desde ese día.

-¿El día qué maté a tú familia?- preguntó con cierto temor en su voz.

-No! El día qué mataste a mi mejor amigo! el padre de Ángela es mi amigo, o... era, desde que cierta persona también lo mató ¿Qué más quieres? mi esposa, mi hija, mi hijo, mi mejor amigo y mi otro hijo o hija, el que me negaste a conocer, en estos momentos agradezco no haber tenido un perro.

-¿Tú no tenías dos hijos?

-Dos, sí y uno en camino, pero tú matas, matas y matas. Ah y en cuanto a tú protesta te dejaré con unos amigos para que pases bien la noche- destapó las mantas que había colgado en las paredes, Tahiel había mandado a hacer grandes cuadros con las fotografías, a la derecha una foto de un niño y una niña, a la izquierda una de Jessica y la imagen de la ecografía, en la pared lateral una de su mejor amigo, en la cabecera de la pared una de Ángela- ¿Ves esa?- apuntando a la de la chica -esto es lo que le sucederá- y disparó justo en medio de su frente en la fotografía- te dejo en buena compañía, pero Ojo!, son imágenes no personas, digo... no sea cosa que quieras volver a matarlos- luego Tahiel salió cerrando con llave la puerta, Matías gritaba como un loco por dentro, mientras que por fuera su hermano escuchaba música clásica mientras comía unas frituras.

     A Matías se le cruzaban un montón de cosas por su cabeza, si él estaba allí ¿Cómo protegería a Ángela?, todos acataban sus órdenes ¿Y ahora? no podría hacer nada, literalmente, eso sin contar los retratos y el como eso afectaba a su conciencia, esa era gran parte del plan de Tahiel, él quería matar a su hija, pero antes, debía volverlo loco.

ARCANO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora