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Me costo quedarme dormida la noche anterior, pensé en donde me llevaría al otro día, porque de algo estaba segura, algunos de sus lugares especiales, o quizás simplemente, sería un momento para compartir como nos sentiamos ante la situación, me sigue pareciendo un completo idiota, no dejo de pensar, en como fue capaz de volver a estar con ella, cuando la mujer con la que se tomo de su mano era una asesina, y sabía a la perfección que ninguno estaba enamorado, o quizás eso era lo que yo quería creer y no él, me di una y mil vueltas, pensando caso estaría sano y salvo, o si ya estaba muerto, debía luchar para mantenerlo alejada de mí a como diera lugar, pero eso era cada día más imposible, ya que, he comprobado, que yo, no puedo estar alejada de Tyler, el significa para mi, más de lo que yo esperaba. Me levante temprano por la mañana, tenía que pensar en como evitar las preguntas de Alisson, me estresa demasiado rápido y lidiar con ella, era todo un desafío, suspire pensando en que le diría, cuando en verdad, no tenía porque ocultar las cosas, ni andar dandole explicaciones, pero simplemente le diría que me quedaría un tiempo más en la biblioteca de la universidad y todo estaría resulto, me digne a levantarme, camine hasta mi armario y lo miré de arriba a abajo, no sabía que ponerme, me quede mirando fijamente, pero entonces concluí, no debía pensar en que ponerme, solo tengo que ser yo misma, es mi amigo y nada más que eso, me encamine hasta el baño, era la hora de levantarse, entre en la ducha y deje que las gotas de agua me relajaran, sonreí para mi, pero, ¿por qué?, no tenía ni la más minima de las ideas, simplemente lo hice por naturalidad.

Terminé mi baño y volví a mi habitación secando las puntas de mi cabello, entonces vi mi telefono y lo recorde, debía llamar a mamá, lo había olvidado por completo, camine rápidamente, lo tomé y marque su número, era una hija muy ingrata.

— Hola -escuche que dijeron de la otra línea, una dulce voz entro por mi timpano, Grace mi pequeño ángel.

— cariño, soy Madison, ¿cómo esta mi pequeña princesa? -pregunte sonriendo ampliamente.

— Mad, bien, solo te he extrañado demasiado -pude imaginar como hacia uno de sus habituales pucheros- ¿cuando vendrás a casa?

— no lo sé cariño, quizás vaya para las vacaciones de invierno -comenté, no era nada concreto, pero lo estaba considerando.

— ven pronto -dijo en un susurro.

— lo haré cariño -prometí- dame con mamá ahora, para que pueda hablar con ella, ya voy tarde a clases, te amo princesa -dije y ella me respondió un "también" muy dulce, me partía el alma no poder verla, pero así eran las cosas, sentí que mamá suspiro desde el otro lado de la línea.

— pensé que jamás llamarías -regañó, me sonreí, mamá, mi mamá.

— lo siento mamá, solo que ayer se me hizo muy tarde -confesé en señal de disculpa.

— ¿un chico? -preguntó entre risas.

— nada de chicos -escuche que grito Matt al otro lado de la línea.

— no mamá, no vine aquí a buscar chicos, vine a olvidarme del dolor -creo o quizás eso era lo que yo quería creer.

— sabes que no te diré nada, lo que más quiero para ti es tu felicidad, cariño, si hay algún chico en tu vida, no dudes en contarme, si algo te preocupa también hazlo, tú sabes que siempre estaré para ti en lo que sea, te apoyaré en lo que sea Madison -aseguró.

— lo sé mamá, pero en este momento no existe nadie, el día que exista alguien quizás te cuente, pero ya sabes lo que creo sobre la basura que llaman "amor" -suspire, ya me estaba apestando el tema.

— ok, no seguiré insistiendo entonces -comentó desde el otro lado de la línea- que tengas un lindo día hija, cuídate mucho, espero que vengas pronto, te amo -dijo.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora