Prólogo

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Los pasillos de la cárcel son oscuros y angostos, el gendarme que lo acompaña no dice nada, guarda el silencio y eso lo pone más nervioso, su mirada es confusa y sin rubro, le gustaría que la historia fuera otra, que estuviera escrita de otra manera, pero no, estaba caminando por la oscuridad a ver a la mujer que amaba, que espantoso era para él verla de esa manera, llego al sector de visitas y observa en silencio, algunas personas ya visitan a sus seres queridos, los criminales visten el traje color naranja, él suspira, no podía creer que la chica que creía conocer no la conocía en realidad, mira despreocupado un instante antes de levantar la vista y ver a Hannah parada frente a él con una sonrisa y sus manos esposadas, ambos se sientan quedando frente a frente.

— pensé que no vendrías jamás -bufó- supongo que trajiste a un buen abogado para que me saque de esta inmundicia

— No Hannah -negó con la cabeza- vine pensando en que querías verme

— ¿crees que querría verte? ¿me ves como que pueda tener las fuerza? -gruño-

— No -dijo Tyler frío.

— lo que necesito es un abogado ahora, más encima tengo otros problemas de que asegurarme allá afuera -mascullo entre dientes.

— que podrías solucionar afuera Hannah, cometiste tantos delitos -aseguró con la cabeza gacha.

— aun así me amas -sonrió, estiro su mano para encontrar la suya.

— si te amo, maldita sea, pero no sé si podré seguir soportando toda esta mierda -chilló alzando sus manos.

— lo harás -aseguró.

Tyler tenía la mirada distraída, pero no quería saber por qué lo haría, Hannah era una chica con muchas cosas ocultas que él no sabía y que con el pasar del tiempo ha comenzado a conocer, su estancia tras las rejas no era por nada, ser traficante de drogas la había llevado ahí, le había pedido incansables veces que lo dejará como lo hizo él un día, pero ella jamás escucho y no solo estaba sola, sino que estaba con su mejor amigo, Augusto su cómplice y ahora él debería hacerse cargo de dos idiotas que han andado en turbulentos caminos, si lo hubieran escuchado no estarían en esa situación, Hannah además de eso, tenía demandas por robo con intimidación, se maldecía en silencio Tyler, no sabía cómo se había enamorado de una chica como ella, tan sucia por dentro, fría y calculadora, pero su corazón de alguna manera le pertenecía, por ello ahora estaba allí, viéndola como vestía esos naranjos trajes, volvió su mirada y la miro fijamente.

— ¿Por qué lo haría? –preguntó frío.

— porque en mi vientre llevo un hijo tuyo –aseguró con una sonrisa.

Todo se desmorono en ese momento para él, no sabía cómo debía estar, ¿feliz?, temeroso? ¿inseguro?, a nadie le enseñan a ser padres, pero él aún era inmaduro, a sus veintidós años aún actuaba como un niño, la miro fijamente y no pudo evitar soltar una carcajada, ella encarno una de sus cejas seria, parecía no ser una broma, sino que algo bastante serio, Hannah coloco sobre la mesa sus manos esposadas y lo miro, él seguía sin saber que decir, se encontraba nervioso, ahora tendría una responsabilidad de la que hacerse cargo cuando aún no era capaz de hacerse cargo de sí mismo, paso una de sus manos por su cabello castaño, estaba sudando, esto era lo que pasaba cuando no hacías las cosas con responsabilidad, volvió a mirarla y suspiro.

— tendremos que cambiar de vida entonces –dijo firme con su mirada fija en ella

— Tyler es que no lo entiendes –chilló lo suficientemente fuerte para que todos a su alrededor la miraran guardo silencio hasta que todos despegarán sus ojos de ella- no quiero esta criatura, no estoy preparada, quiero abortar –mascullo.

— sabes perfectamente que estoy en contra del aborto Hannah, no te permitiré hacer eso –aseguró fijando sus ojos azules en los de ella.

— no tendré este bebé –gruño- no permitiré que un estúpido niño venga arruinar mi vida y mi cuerpo –aseguró.

— como sea te verás hermosa –afirmo sonriendo.

— joven la visita termino, debe irse.

Se levantó en silencio del puesto y se acercó un poco a ella, beso su frente y se retiró en un profundo silencio, torturador, odiaba ese lugar, odiaba tener que caminar por lugares tan oscuros como ese, cuando llego a la luz suspiro aliviado, volvía a encontrarse con la luz del sol, su vida ahora estaba más que dañada, había pensado tanto en terminar de lleno con su relación, nunca había sido sana, debería haber cortado por lo sano hace mucho tiempo, eso Tyler lo sabía, pero no podía algo se lo impedía y esa era aquella chica colorina que estaba tras ese asqueroso lugar, camino hasta su auto y se dignó a desaparecer por la carretera que le prometía volver a casa sano y salvo.

***

Había conseguido sacarla de la cárcel semanas más tarde, cuando salieron juntos de ahí la acerco a él y la beso, extrañaba sus besos y sus caricias, Hannah había prometido que cambiaría por él y dejaría esa vida que llevaba para que pudieran ser una familia feliz, Tyler creyó en ella y en sus palabras, confió en todo lo que le dijo, estaba tan enamorado que hasta cegado estaba, no se daba cuenta lo que pasaba a su alrededor, una mujer como Hannah jamás cambiaría, siempre sería la misma, la chica que era, eso estaba escrito en un gran diario que marcaría su vida para siempre.

Meses más tarde salió Augusto con una sonrisa, ella tenía a su mejor amigo con ella de nuevo, tenía a su cómplice, era tan fiel con ella que hasta se sorprendería, su abdomen ya estaba avanzado, pronto tendría al bebé que ella no quería, pero tenía planes para esa criatura, ella no se haría cargo de ese aquella asquerosidad, no estaba dispuesta a ello, sus planes eran otros, ya había conseguido parte de lo que quería, y ahora debería seguir con su juego en rubro, sino estaría perdida.

Y ese había sido el más grande de los errores de Tyler, volver a confiar en su novia de hace algunos años, ella no cambiaría ni ahora, ni nunca, ni siquiera por él, porque fueran una familia feliz, y pudieran tener una historia que contar cuando ancianos, al parecer la queridísima Hannah no estaba tan enamorada como Tyler, él era su presa perfecta con la cual jugar, sus sentimiento por él jamás habían existido, siempre fue algo como "solo sexo" y nada más que eso, pero él aseguraba estar enamorado, hasta que encontró en su vida a la inesperada chica de un día lluvioso y que lo ayudaría a salir adelante en uno de los momentos más duros y difíciles de su vida, cuando ella camino a él todo había cambiado, todo era diferente, su mundo tenía una nueva razón, una nueva lucha y esperaba no equivocarse esta vez, aunque la confianza costará en ella, llegaría, pero todo era más confuso de lo nunca imagino, un error basto para no volverlo a cometerlo, jamás.

P


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A las/os que pasen por esta historia infinitas gracias, por leerla, como siempre digo significa mucho para mi, eso me alienta a seguir con mis respectivas historias, espero que les guste, ya que esta historia, me tiene muy, pero muy entusiasmada y estoy poniendo toda mi imaginación en ella, así que disfrútenla, al igual que yo al escribirla, NO OLVIDEN DEJAR SUS VOTOS Y COMENTARIOS, siempre responderé con gusto, gracias de nuevo.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora