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El temor no me dejo en paz, la agonía de que él estuviera tan cerca de mi me atemorizaba, esto abría las puertas a lo que no necesitaba, ese era mi pasado, me sentía indefensa, completamente insegura, ni siquiera me sentía en la seguridad de poder contárselo a Alisson, ya que la conocía, ella iría y lo encararía, yo era más ingenua que ella, o quizás no tanto, los recuerdos de una chica de 15 años a la cual le arruinaron su adolescencia iban y venían, no me dejaban en paz, quería correr, escapar de este desastre, pero no podía, ¿donde me iría?, no había salida, conocía a la perfección a Derek y me seguiría aunque eso significará hacerlo por todo el mundo.

— cariño, ¿sucede algo? —preguntó mamá.

— no  —dije muy convencida de lo que realmente estaba diciendo.

— sabes que puedes decirme lo que sea, Madison — insistió.

—lo sé, mamá — aseguré asintiendo con la cabeza— pero en este momento no hay mucho que decir, más que todo se encuentra bien — mentí.

Me sentí horrible, no me gustaba mentirle a mamá, pero no era capaz de abrir las heridas sanadas, no quería que nadie más que yo, lidiar con esto, y con lo que se venía, y por supuesto, adelantaría mi idea a Nueva York, extrañaba a Tyler, y estar aquí en mis tierras me daba cada día más miedo, observe a mamá quien aun me miraba en silencio,  le sonreí, y le transmití, a través de ello que todo estaba bien, o que por lo menos lo estaría, me encamine a la puerta principal y salí, sabía perfectamente, y mejor que nadie,que era lo más estúpido y riesgoso que estaba haciendo en ese momento, pero necesitaba salir de aquellas cuatro paredes por lo menos unas horas, le deje una nota a mamá en el refrigerador y salí en un silencio, tan inaudible, que hasta yo me asuste un poco, camine sin rumbo, y por supuesto atemorizada, pero no sé en que momento termine en la entrada de la casa de mi mejor amiga, observe en silencio, y supuse que necesitaba contarle a alguien todo lo que estaba pasando, toque el timbre y nadie salio, me preocupe, ya que espere unos minutos y escuche gritos desde su interior, esas voces las reconocería donde fuera.

— vete de aquí de una maldita vez, ¿qué crees?, ¿qué puedes venir y arruinarle la vida cuando se te antoje? — preguntó irónica.

— ella fue mi mejor inversión, inocente, malditamente bella, y — interrumpió.

— cállate maldito imbécil, hubiese sabido que todo esto sería así, jamás la hubiera alentado a salir contigo, me das asco —escupió— ahora vete de mi casa Derek, y no vuelvas nunca más por aquí — dijo finalmente.

— tú y Madison, son unas perras sarnosas — aseguró, y lo ultimo que escuche fue una cachetada.

— aquí el único sarnaso, asqueroso y hijo de las mil putas, eres tú, quizás Mad sea más débil de mente, y más manipulable, pero me tiene a mi, y escucha bien, mientras este conmigo, no le sucederá nada — aseguró, tenía la mejor amiga del mundo.

Sentí que la puerta se abrían, y corrí a entre los arbustos que rodeaban la casa, no permitiría que me viera, porque eso significaba que me llevaría de nuevo con él, y eso no lo permitiría, y debía evitarlo a toda costa, era un asqueroso el cual jamás cambiaría, no podía entender, y hoy me sentía tan estúpida el hecho de haber caído en sus redes, era demasiado inocente, en eso Alisson tenía la razón absoluta, estaba de espalda, y como desde la secundaria el vestía su chaqueta negra que lo caracterizaba, ahora me daba asco solo de verlo, estaba casi llegando a su auto, cuando este se detuvo, y volvió hasta donde se encontraba Alisson, el miedo se apodero de mi por un instante, pues yo sabía mejor que nadie, quien era él, y de lo que era capaz con tal de conseguir lo que quería.

— bueno —dijo— si mientras este contigo no podré recuperar lo que me pertenece, tendré que deshacerme de ti —aseguró mirándola fijamente a los ojos, y sin decir más se retiró en completo silencio.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora