3

159 3 1
                                    

TYLER JONES

No podía creer lo que había hecho, mi corazón estallaba en dolor y en alegría, me sentía aliviado y a la vez con un cargo de conciencia enorme, mire hacia atrás, y no lo podía creer, la he denunciado por lo que había pasado ayer por la tarde, me removí toda la maldita noche sobre la cama buscando una solución y llegaba a la misma conclusión, lo mejor que podía hacer era demandarla como me había dicho Madison, la policía me aseguro que investigaría el caso y que irían a casa, lo más probable, es que solo estuviera la sangre sobre el piso y unas cuantas huellas, Hannah era demasiado precavida y debe de haber supuesto que yo la demandaría, no lo quería hacer, de verdad que no quería, pero debía hacerlo, era una mujer malvada y llena de odio por el mundo, ella no era capaz de amarse más que así misma, pero por alguna razón estúpida y poco convincente yo había caído completamente enamorado, no puedo evitar sacármela de la cabeza, algo en ella había visto, algo me había vuelto loco, claro que ahora no se, si es la costumbre que me hace sentir culpable, o es el amor que persiste en mí.

Me baje del auto en silencio, miré hacia lo que solía ser nuestro hogar, parecía el lugar de los sueños, donde todo era posible, pero aunque tengas todo el dinero del mundo, a veces no tienes nada, y solo te conviertes en un miserable como yo, que se dejó engañar por dos personas bajo sus propias narices, ese era Tyler Jones, un miserable que no tenía sentido en la vida, que se había enamorado de la persona más mala del mundo, y si lo sigo diciendo, enamorado, porque no conozco otro significado, para no poder dejar ir a una persona que no es capaz de valorarte y que solo quiere verte destruido, me encamine hasta el jardín, tan grande, tan lleno de sueños, que hoy están destruido, baje mi cabeza, no lo soporto solo me estoy haciendo daño a mí mismo. Antes de que Hannah llegara a mi vida era el típico chico "mujeriego rodeado de dinero", pero todo eso cambio cuando la conocí, vi la vida de otra manera, vi como realmente se debía ser feliz, tenía una razón, pero quizás ahora me doy cuenta que yo cambie y ella también, si nunca hubiese cambiado, quizás seguiría siendo un miserable y un idiota como lo soy ahora, en creer o intentar justificar algo que no existe.

La nieve de pronto comenzó a caer, levanté la cara y mis recuerdos vuelven, habíamos pasado tantos inviernos como se nos había permitido, cuatro malditos años siendo engañado, golpee con mi pie sobre el suelo con irá, impotencia, no lo soportaba más, salí de ese lugar solo me traía malos recuerdos, volví a mi auto y golpeo con fuerza sobre el volante, no lo acepto, no podía ser más que un imbécil.

— ¡MALDITA SEA! –bufé- ¿Cómo no me di cuenta antes?, ¿cómo llegue a este punto?, ¿Cómo fui tan imbécil para enamorarme de la chica más mala del universo? –levante la mirada y vi el techo de mi auto, mis ojos azules bajaron hasta quedar mirando fijo la carretera, estaba nevando cada vez más fuerte, no quería nada, solo quería llorar, solo quería escapar de ahí, apreté el acelerador y me marche, no puedo vivir rodeado de todo esto por toda una eternidad, no puedo y no quiero.

***

La música sonaba fuerte, el olor a alcohol entraba por mis narices, no podía creer que he llegado hasta este punto, deje de beber por ella, todo fue por la MALDITA HANNAH, camine hasta la barra y pedí el primer trago de la noche, un tequila, no sé que estoy haciendo, la rabia me inunda y es mucho mayor que yo, no lo puedo controlar, una chica se sienta a mi lado y sonríe coqueta, no quiero chicas, no quiero nada, solo quiero estar en paz, la ignore y pedí otro trago, se a la perfección que esta no es la solución pero es lo mejor que puedo hacer ahora, de lejos la divise, ella estaba aquí con Augusto de la mano, apreté el puño de mi manos con fuerza, el trago ya me comenzaba a afectar de apoco, me levanté de mi lugar y camine hasta ellos.

— pensé que serías más astuta y te marcharías a otro estado –dije riéndome a carcajadas- no puedo creer en lo que te convertiste, y como preferiste a este mal nacido antes que a mí-lo miré de arriba abajo con asco.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora