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Tyler me miraba fijamente, se sentía confundido frente a la situación, eso lo podía ver, su rostro cambió y sus ojos se trasladaban de un lugar a otro, se levantó de la mesa con una mano en su espalda, podía notarlo, aún le dolía, y con al otra tomaba sus castaños cabellos, estaba atónico, igual que Dalton y Alisson cuando les dije mis supuestas sospechas, seguía caminando de un lugar a otro, me estaba colocando nerviosa, ya que no decía nada, y solo daba pasos o se queda mirando fijo un lugar determinado.

-¿estás segura? -me pregunto fijando su vista azul en mis ojos.

Negué con la cabeza, él estaba más confundido aún, pero la realidad era esa,no estaba segura, pero todo lo indicaba así, las pistas analizadas lo hacían verse así, le explique paso por paso el porque pensaba que podía ser,el negaba con la cabeza, y yo no entendía donde estaba tanto su duda si Hannah había matado sin piedad a su hijo, por ende, jamás la tendría por un ser que nunca en su vida había visto antes.

-¿qué es lo que te entra en duda, Tyler? -pregunto Alisson.

-es que no puedo creer que haya estado tanto tiempo sin conocer a la chica con la cual compartí cuatro años de mi vida -dijo pasando la mirada por todos.

-así son las cosas Tyler -escupí fría.

Tyler me miro confundido por mi actitud, pero esa era la realidad, así eran las cosas, y no se lo diría de otra manera más suave, pensar en que ella quizás pudo matar a mi padre me hervía la sangre, junto al mal nacido de Derek me habían quitado al hombre que más había amado en toda mi vida, y no se lo diría de una manera más cariñosa, si era lo que él pensaba, su antigua novia estaba vincula a mí desde antes de que yo lo conociese a él, y eso era suficiente, para devolverla al lugar del que nunca debería haber salido, la cárcel.

Aquella noche, Tyler se acostó conmigo, el doctor había recomendado reposo, aunque dudo que él pueda cumplirlo del todo, me rodeo con sus brazos, y me sentí protegida, pero no podía quitar el temor de mi, en cualquier momento podría llegar Derek con una pandilla y matarnos a todos, no pude pegar un solo ojo en toda la noche, era demasiado el temor que tenía sobre mis hombros, jamás entendería, y menos trataría de comprender la situación de personas asesinas, se creen superiores por acabar con la vida de seres humanos, sin darse cuenta, que son simplemente unos cobardes.

Recién en la mañana, cerca de la seis logré consolidar el sueño, sentía como las ojeras comenzaban a crecer, había pasado una noche de los mil demonios, tratando de no mover a Tyler, para que no se pasará a llevar la puñalada que este llevaba sobre su espalda, ¡MALDITO!, eso era un maldito que merecía pudrirse en el infierno, pensar que un día lo quise hacía que me hirviera la sangre, porque lo pensaba y pensaba y no lograba entender como fui lo suficientemente estúpida para quererlo, ese había sido el más gran error de mi vida, y ahora que casi tengo las piezas reunidas del rompecabezas, estoy dispuesta a acabar con su vida, de la misma manera que él lo hizo con la mía, acabo con ella, porque las herida abiertas hace cuatro o cinco años, jamás terminarían de cicatrizar, me había quitado lo que más amaba en el mundo entero, y eso era irrevocable.

***

- Mad - susurró a mi odio, sus besos eran la mejor manera de despertar.

- ¿qué sucede?, ¿por qué me despiertas tan temprano? - sonreí acariciando su cuello, él me miró negando con la cabeza y luego estallo en una carcajada, ese era un hermoso sonido.

- son las tres de la tarde, Madison -dijo fijando sus azules ojos en los míos.

- No tuve una buena noche, Tyler - le conté- necesito juntar las piezas del rompecabezas, tengo que saber caso ella -guardé silencio y luego volví a hablar- tiene que ver algo en la muerte de mi padre -dije con un nudo en la garganta.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora