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Terminamos de cenar cerca de las 9:30 p.m, mi mamá lo único que quería era conocer al "chico misterioso", pregunto cómo nos habíamos conocido, fue una pregunta realmente incomoda, ya que, ni él, ni yo, sabíamos que decir, así que él improviso, contándole con lujos de detalles de "nuestro supuesto encuentro en la universidad", odiaba mentirle a mamá, pero la verdad no podía ser revelada, menos delante de mis pequeños hermanos. Cuando finalizamos, Tyler se despidió de mi familia y yo lo acompañe hasta la puerta, aún con el pequeño papel entre mis manos, ya en la puerta, me dio un beso en la mejilla, más bien, cerca de la comisura de los labios, lo miré en silencio como él se alejaba por completo del vecindario, cerré la puerta tras mis talones, y en un acto involuntario lleve mi mano hasta donde su beso había sido depositado con tanta delicadeza, mi sonrisa fue espontanea ¿me estaba enamorando de él?, negué con la cabeza, eso era algo imposible, o quizás no del todo, vi a mamá que me miraba sonriente, encogí mis hombros con naturalidad, besé su mejilla y regrese escaleras arriba hasta mi habitación. Me tire sobre mi cama, no podía dejar de pensar en él, esto era extraño, demasiado, para una chica como yo, que no cree en este tipo de cosas, que en verdad, son simplemente idiotas, recordé el papel, lo saque de mis manos, lo abrí con nerviosismo, se notaba en como mis manos tiritaban, vi una caligrafía, un poco, desordenada, pero me gustaba.

"Quiero verte esta noche, por favor Mad, permite me conquistarte, no seré como el chico que antes te hizo daño, solo quiero pedirte una sola cosa, confianza, nada más que eso, el resto se generara con el tiempo, de verdad, soy un loco que día a día, sé esta enamorando de ti, sé que no hiciste nada para que esto sucediera, pero el solo hecho de que estés aquí, conmigo, es razón suficiente para que pueda quererte, quizás amarte. Te esperaré una cuadra más allá de tu casa, a las una de la madrugada, sal en silencio, prometo que no te sucederá nada, conmigo jamás te

pasará algo, recuerda algo, te quiero, Tyler. "

Quede mirando la nota confundida, él sabe que yo no creo en las promesas, ¿por qué diablos promete?, quiere mi confianza, eso es algo que no me lo esperaba, sé que puedo confiar en él me lo ha demostrado, pero no me atrevo a revelar mi pasado, y entonces vuelve a mi cabeza la estúpida de Hannah, ella dijo saberlo todo, maldición, sabía que tendría que revelar eso más tarde que temprano. Dormí un poco, un par de horas antes que la hora llegará, aunque no lo quisiera reconocer, me gustaba ese chico, sé que es algo extraño, pero es hora de admitirlo, o quizás no, no tenía nada de seguridad en nada, Hannah era el maldito problema, siempre lo sería, no nos dejaría en paz jamás, aunque eso fuera lo que más quisiéramos en la vida, quizás deberíamos escapar y ser felices, o eso es lo que yo creía, pero tampoco es posible, hay que de desenmascarar a la maldita de Hannah. Vi la hora, 12:50, me levante, me puse mis converses y salí en completo silencio de mi habitación y posteriormente de casa, el frío se incorporó en mis poros, puse mi gorro sobre mi cabeza para ver si esto me calentaba un poco más, mis manos de manera inconsciente se fueron a los bolsillos del poleron camine una cuadra y él estaba allí esperándome, al verme sonrió y corrió a abrazarme, me levanto en los aires y luego me bajo, me observo en silencio.

-pensé que no vendrías –dijo sonriendo.

-sé supone, que quieres hablar de algo importante, ¿no? –pregunte confundida- porque no pretendo congelarme y morir de hipotermia por absolutamente nada –comente riéndome.

-por supuesto Mad, es más importante de lo que crees –confeso besando mi mejilla- sube por favor –sonrió.

Supuse que había rentado un vehículo, porque viajar de Nueva York a Georgia en auto es algo fatal, me subí al copiloto, y el de conductor, encendió la radio, y lo primero que sonó fue el nuevo tema de Adele, me perdí en la melodía y en la letra mientras avanzábamos hasta quien sabe dónde, no tardamos en llegar a la playa, este chico quería matarme, lo miré con el ceño fruncido, bajamos y yo observe con tristeza el lugar, esta era a la playa que normalmente venía con papá, extendió su mano para que la tomará, acepté, dudosa, caminamos hasta donde se encontraba la zona de yates, observe extrañada.

Inevitable desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora