Unidos Como Nunca

Capítulo 11 - Basta de culpas

Los hermanos caminaban bajo la luz de la luna y las estrellas. El césped moviéndose entre sus patas y el roce de la leve brisa nocturna les erizaba el pelaje. Había mucha paz y tranquilidad en el ambiente. Era un momento hermoso.

Kion— Oye.

Kiara— ¿Sí?

Kion— ¿A qué te referías antes con cambiar?

Kiara— ¿Cambiar?

Kion— Sí. Dijiste que intentarías cambiar.

Kiara— Ah, claro. No es nada importante, solo. A veces no me comporto como alguien normal.

Kion— Pero Kiara no...

Kiara— Ya lo sé, ya sé que no quieres que cambie y que siga siendo la misma. Pero Kion seme sincero, ¿en dónde has visto que dos hermanos se peleen porque uno está en algo con otro animal?

Kion— Emm...

Kiara— En ningún lado, ¿verdad? Bueno a eso me refiero con cambiar. Tengo que dejar de comportarme como si todo fuera el fin del mundo. A mí no me debería importar si sales con alguien o no, eso es decisión tuya y eres libre de hacer lo que quieras.

Kion se quedó en silencio.

Kiara— Creo que... me indignó en el momento porque... hace solo dos semanas que terminaste con Fuli, y bueno, se me hizo un poco impactante.

Kion (extrañado)— Pero Kiara, lo de Fuli fue hace un mes.

Kiara (sorprendida)— ¿Qué?

El menor asintió.

Kiara— ¿Un mes? ¿En serio? O sea que encima te acusé erróneamente.

Su hermano solo rió.

Kiara— Jaja, ¿ves a lo que me refiero?

Kion— Pero Kiara solo son malentendidos, tampoco es que...

Kiara— No Kion, yo de verdad debo cambiar. ¿No te das cuenta? Discutimos por estupideces, y yo soy la que empieza esas estupideces la mayoría del tiempo. Casi... te pierdo... y dos veces ya.

Kion (confundido)— ¿Dos?

La hembra se dio cuenta y se arrepintió de haberle dicho dos.

Kion— ¿Cuál fue la primera?

Kiara— Esto... Preferiría no contártelo.

Kion— ¿Pero tú me hablas desde esa noche o desde siempre?

Kiara suspiró.

Kiara— Es por lo de ayer, cuando salí corriendo y saliste a buscarme.

Kion (Intrigado)— Ajá.

Kiara— Estaba tan cegada por mis emociones que casi me mato.

Kion (confundido)— ¿Qué?

Kiara— Sí, como escuchaste. Sin darme cuenta terminé en la frontera con las lejanías, casi no alcanzo a frenar antes de...

Su hermano se detuvo. Su semblante denotaba una ligera preocupación y sorpresa, y hasta indignación. La hembra se arrepintió de habérselo contado.

Kion— ¡¿Por qué no me dijiste nada de eso?!

Kiara— No me pareció algo importante. Aparte sabía que te angustiarías en vano...

Kion— ¿Cómo no va a ser algo importante Kiara? ¿Y angustiarme en vano? ¡Por supuesto que me angustiaría si me dices que por algo que dije casi te tiras a un precipicio!