Kion estaba quieto mirando como el clan de hienas se retiraba. Pensaba que luego de semejante pelea alguna miraría hacia atrás con enojo, miedo o alguna emoción en sus ojos, pero nada. Para nada querían mirar hacia atrás, solo aparentaban querer volver a su casa.
Sí, la batalla ya había terminado, y ganaron, pero ¿a qué costo? Todos estaban heridos, en especial Fuli y Bunga, que ya estaban sobre el lomo de Beshte, listos para ser cargados hasta donde Rafiki.
Beshte— Cuando tú digas Kion.
El líder los miró, decidido.
Kion— Muy bien, vamos.
Se marcharon de la zona, a paso algo acelerado, estaban preocupados por el bienestar de sus amigos.
Kion— Chicos, ¿ustedes están muy lastimados?
Beshte— Yo apenas tengo un par de rasguños, pero estoy bien.
Ono— Yo salí ileso, ninguna hiena me tocó.
Kion— Je, vaya que tienes suerte Ono.
Ono— Eso creo.
Beshte— Espero que Rafiki esté en su árbol.
Kion— Sí, pero nunca se va, solo cuando nosotros lo llamamos a la roca o si tiene que emprender un viaje muy importante.
Beshte— Ah, bien entonces. ¿Crees que podrá ayudarlos?
Kion— Estoy seguro, creo que ha tratado con lesiones peores, a lo sumo nos dirá que tendrán que reposar unas semanas.
Ono— ¿Cómo patrullaremos sin ellos?
Kion— Eso no importa ahora Ono, ya lo veremos después. Por ahora solo tratemos de llegar. Cuando vuelvan mis padres también les comentaré la situación y veré si nos pueden ayudar o guiar en algo.
Ono— ¿Cuándo vuelven?
Kion— No lo sé... Creo que ya se están tardando bastante.
Beshte— Tranquilo Kion, creo que solo han pasado... dos días desde que me dijiste ¿verdad?
Kion— Hmm.
Ono— Miren, ya llegamos.
Vieron el imponente gran árbol frente a ellos. Era hora de la verdad.
Kion— ¿Puedes hacerlo tú solo Beshte?
Beshte— Yo me encargo, tranquilos, ustedes suban primero.
Así fue, Kion y Ono subieron primero. Apenas entraron a la habitación superior vieron a Rafiki entretenido con algunas pinturas, pero no tardó en notar su presencia.
Rafiki— Hola chicos. Vaya, ¿pero qué te pasó Kion?
Kion— No soy importante ahora Rafiki, tienes que ayudar a Fuli y Bunga.
Justo en ese momento Beshte ingresó con ambos.
Rafiki— Hmm... Déjenlos en la mesa.
Beshte se los llevó a una especie de sobremesa de madera a un costado, dejándolos reposar sobre ella.
Rafiki— ¿Pueden contarme qué sucedió?
Kion— Nos atacaron, las hienas, muchas de ellas.
Rafiki— Ya veo, ¿hace cuánto están así?
Kion— Fuli no hace mucho, Bunga no sé desde cuándo.
Ono— Desde antes que llegaras.
Beshte— Sí, fue el primero en salir herido.
Rafiki— Entonces Bunga necesita atención médica primero.
El mandril estuvo a punto de ir a buscar unas cosas, pero el cachorro lo detuvo.
Kion— Rafiki ¿acaso no ves a Fuli? Está más grave que Bunga.
Rafiki— Bunga lleva más tiempo sin recibir atención, sus heridas deben estar más infectadas que las de Fuli.
Kion— Pero...
Rafiki— Tranquilo Kion, los trataré lo mejor que pueda, pero necesito que se retiren.
El león hizo caso, aunque a regañadientes.
Kion— Bien, vámonos chicos.
Sus otros dos compañeros lo siguieron fuera.
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Unidos Como Nunca
FanfictionKion y Kiara siempre se han querido mutuamente como buenos hermanos, pero... ¿Y si ese cariño fraternal se convierte en algo mucho más complejo?