3 de septiembre de 1971, NYC
—Liv, despierta. —Llamó la voz de su esposo, sacudiéndola ligeramente. —Venga, es medio día, tenemos que levantarnos.
—Mierda. —Talló su ojo izquierdo, levantándose lentamente. —¿Qué haces aquí?
—Tengo resaca. Llamé a la oficina y dije que estaba enfermo. —Olivia soltó una risa. —De verdad me siento enfermo.
—Necesitas una cerveza. —Se levantó de la cama, estirándose y bostezando. —¿Tienes hambre?
—No quiero volver a ver otra cerveza en mi vida. —Masajeó su frente. —Y no, no tengo hambre, acabo de vomitar.
—La próxima vez que vomites, por favor no me lo digas. —Arrugó la nariz y negó. —Iré a preparar café.
—¿Cómo es que puedes levantarte de la cama? —Dramatizó, tirándose contra su almohada. —La resaca me está matando.
—Me duele un poco la cabeza, pero nada terrible. —Le restó importancia. —Te lo dije, aprendí una o dos cosas de Bonzo.
—No te había visto beber así en años, ni siquiera recuerdo verte ebria anoche. —La castaña se encogió de hombros.
—Es un talento que recuperé en pocos días. —Declaró saliendo de su habitación, caminando hasta la cocina donde encendió su cafetera en el proceso.
¿Había emborrachado a Joe para no tener que decirle la verdad? Posiblemente.
El lado bueno era que se había divertido, fue una noche bastante agradable, disfrutó mucho pasar el rato en aquel bar que hasta ese momento le era desconocido. Tenía que agradecerle a Melissa por cuidar a su hijo durante la noche y lo más importante era que tenía que ir a recogerlo.
Tomó un cigarrillo de su cajetilla y lo encendió, llevándoselo a los labios rápidamente. Como nota personal se dio cuenta que no solo su consumo de alcohol había aumentado, también lo había hecho su consumo de tabaco. Aunque no lo parecía al inicio, incluso ella se dejó llevar por sus vicios durante la gira y entendía porque ellos lo hacían también.
Era un estilo de vida bastante agitado, era evidente que necesitaban algún tipo de alivio, podían tenerlo y no tendrían por qué dar explicaciones a nadie si se sobrepasaban. A nadie le importaba si estabas fumando de más, o bebiendo de más, o drogándote de más, o lo que fuera. No había reglas en la gira y eso le había quedado claro.
Cuando el tiempo suficiente pasó, se sirvió una taza de café y también una para Joe, las llevó ambas en sus manos aún con el cigarrillo en los labios.
—Toma, te sentirás mejor. —Se colocó de pie junto a la cama, llamando la atención de su esposo el cual soltó un quejido. —Venga Joe, ¿Me despertaste para seguir dormido?
—No. —Negó levantándose rápidamente, tomando la taza entre sus manos, agradeciendo y dándole un largo trago. —¿Por qué está tan cargado?
—¿Quieres levantarte de la cama hoy? Toma café. —Retiró el cigarrillo de sus labios y lo colocó en los de su esposo. —Te sentirás mejor después de esto.
Siguió tomando su café mientras recogía algunas cosas y caminaba en dirección a la ducha, ¿Se había bañado ayer siquiera? Asqueada por su recién descubrimiento se apresuró a darse un muy buen baño.
También tenía que obligar a Joe a darse uno.
Cepillo su cabello y sus dientes, golpeó sus mejillas tratando de llevar color a estás. Hizo una mueca al notar que su castaña cabellera había decidido no colaborar con ella aquel día, sus rizos que regularmente eran sencillos de deshacer se negaban a desaparecer esa mañana.
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Encubierta |Led Zeppelin| | ₊₁₈|
Fanfiction-¿Dioses del rock? No, no son dioses. No importa lo fantástica que sea la música que hacen. Led Zeppelin no son dioses, son sólo hombres, nunca he tenido miedo de los hombres y no voy a empezar a tener miedo de los hombres ahora, especialmente NO po...