Había algo en la niña que hacía que Remus se sintiera extrañamente cómodo.Maia era una bebé pequeña, más bien diminuta, abandonada por su propia familia hasta llegar a la puerta de la casa del castaño. Remus, cuando pudo volver al mundo real luego de que Andrómeda lo llamara, pudo reflexionar en que la niña era sólo eso, una niña. Todavía no se sentía preparado para cuidarla, y ese pensamiento se mantuvo días después. Pero el sentimiento de verse reflejado en la ojiazul que no había podido evitarlo, le revolvía las entrañas.
En otras palabras, podía ver a un Harry Potter huérfano y siendo llevado en brazos extraños a la casa de sus tíos.
Sabía que si James estuviera a su lado, pensaría en quedarse con Maia. Porque así era él. Sin embargo, Remus no pudo evitar compararse a sí mismo con su mejor amigo. Es decir, ¿por qué el muerto debía ser James Potter alias "el perfecto", y no Remus Lupin, el hombre lobo sin futuro por delante?
El joven de cicatrices, quien estaba en ese momento dándole de comer puré de manzana a la pequeña niña, suspiró con cansancio. Tenía una autoestima de mierda. Y su mente no se cansaba de repetirlo una y otra vez. Parecía una montaña rusa que daba vueltas y vueltas, pero que nunca paraba. Así es como él sentía que era su vida. Una montaña rusa sin pasajeros, a excepción de él mismo.
Por más que no quisiera, ahora estaba por su propia cuenta.
De un momento a otro, Remus vio que la cara de Maia comenzaba a tornarse roja. Y se asustó. Mucho. Se asustó tanto que tiró la cuchara al suelo, que contenía un poco de puré de manzana, y se acercó mucho más cerca de la bebé para observarla atento y con preocupación.
—¿Maia, qué pasa? —preguntó, aún sabiendo que la contraria no pudiera contestarle, la cual frunció el ceño y comenzó a hacer fuerza, volviendo su cara similar a un pimiento— ¿Qué sientes, linda?
Levantó con cuidado a la bebé para colocar su cabeza en su hombro, y comenzó a darle pequeñas palmadas en la espalda alta de la ojiazul, tal y como su amiga había indicado dos días atrás. Estuvo un rato así, esperando a escuchar que el aire en la niña saliera. No obstante, aquel momento nunca sucedió, pues en vez de que el aire saliera por la boca, salió... por otra parte.
Un sonido de flatulencia, y tal vez con una sorpresa también, sonó por el comedor.
—Oh. Así que por eso estabas haciendo tanta fuerza, ¿no es cierto? —dijo divertido, mas no sonrió— Casi me matas del susto.
Sin aviso previo, el sonido de un cristal se hizo presente en la cabaña. Remus sintió su corazón saltar de su pecho, y rápidamente se agachó lo más que pudo, cubriendo la cabeza de Maia con las manos y su cuerpo con el torso. Pasaron varios segundos, y cuando sintió que no había peligro alguno, giró para encontrarse con el que era un jarrón blanco, partido en pedazos en el piso.
Volteó una vez más para ver el estado de la bebé, si se había lastimado por el brusco movimiento o algo así, pero, un segundo antes de que desaparecieran por completo, el iris de la pequeña tenía destellos amarillentos.
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𝙂𝙤𝙙 𝙞𝙨 𝙖 𝙬𝙤𝙢𝙖𝙣 - 𝗿𝗲𝗺𝘂𝘀 𝗹𝘂𝗽𝗶𝗻! 𝗽𝗼𝘀𝘁 𝘄𝗮𝗿
FanfictionRemus John Lupin tenía tan solo 21 años cuando perdió a todos los que amaba. Dos mejores amigos muertos y el tercero encarcelado en Azkaban por ser la razón de su desgracia. Que aparezca una tierna bebé en la puerta de su vieja y agrietada casa...