𖦆 🧚🏻‍♀️ ֺ ( CAPÍTULO 12 ) ▸ .🐇𖧧 ࣪

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Remus no escuchó la fina voz de Maia durante menos de cinco minutos, y eso era raro

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Remus no escuchó la fina voz de Maia durante menos de cinco minutos, y eso era raro.

Hasta hace unos momentos, la había escuchado cantar a todo pulmón y hablar sola. Aunque, bueno, estaba hablando con sus amigos imaginarios, los cuales no preocupaban al hombre, pues era común que tuviera ese tipo de amigos a esta edad, más aun si se encuentra sola en el bosque con la sola presencia de su padre.

Al principio, escuchar los sonidos del bosque fue liberador, calmo. Se sentía como en los viejos tiempos; cuando no tenía la espalda contracturada, ni tampoco una niña chillona con la extrovertida y espontánea personalidad de Sirius Black. Pero luego cayó en la dura y cruel realidad.

Cuando una niña con esa personalidad no hacía ningún ruido, era porque había hecho algo malo.

Caminó rápido hasta el cuarto de su hija, pero cuando abrió la puerta –la cuál en ningún momento escuchó que la ojiazul había cerrado– no encontró por ningún lado a Maia.

La buscó por debajo de la cama, por su ropero y salió corriendo hacia distintas partes de la casa, tratando de encontrarla. Gritó su nombre varias veces, esperando escuchar una chillona respuesta.

Pero su hija no estaba por ningún lado.

Volvió a la habitación donde estaba antes, como si cuando pisara una vez más el piso de madera de ese cuarto pintado de rosa, apareciera Maia por arte de magia. En vez de buscar, se detuvo a mirar lo más que pudo la situación. Las lágrimas ya eran obstáculos en su vista, y sentía la cara roja del estrés, preocupación y las ganas de desmayarse que tenía.

Se quedó parado y sus manos las llevó a su cabello, tirando de este en señal de desesperación. De repente, una brisa fresca recorrió su cuerpo, y Remus se dio cuenta de que la ventana estaba abierta.

La maldita ventana estaba abierta.










— Juguemos en el bosque mientras el lobo no está —cantó Maia, dando saltitos para no caerse por las gigantescas raíces que sobresalían del suelo

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Juguemos en el bosque mientras el lobo no está —cantó Maia, dando saltitos para no caerse por las gigantescas raíces que sobresalían del suelo.

𝙂𝙤𝙙 𝙞𝙨 𝙖 𝙬𝙤𝙢𝙖𝙣 - 𝗿𝗲𝗺𝘂𝘀 𝗹𝘂𝗽𝗶𝗻! 𝗽𝗼𝘀𝘁 𝘄𝗮𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora