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Capítulo 6

Juliet dejó el periódico en el suelo, junto al sofá, y cerró los ojos, que le dolían.

Llevaba horas leyendo artículos sobre los abuelos de Harry, Nate y Sara Ketchum. Porclo que había leído, era cierto que la vida de aquel matrimonio había sido interesante.

El señor Gilbert tenía razón. Escribir sobre ellos interesaría a los lectores porque habían sido una pareja fascinante, pero ella no quería escribir sobre ellos porque sería como sentenciar a muerte lo que hubiera entre Harry y ella, por no hablar del daño que podría hacerle a Gracia.

Su jefe le había preguntado ya varias veces cómo llevaba el artículo y ella no sabía lo que iba a hacer. De momento, sólo había leído periódicos antiguos y había tomado unas cuantas notas. El señor Gilbert le había vuelto a decir que si no escribía un artículo escandaloso sobre ellos, la despediría y Juliet se sentía al borde del precipicio.

Intentando no pensar en ello, se puso en pie y se fue a la cocina a prepararse un café. Estaba poniendo el agua a hervir cuando sonó el teléfono. Juliet supuso que sería Angie para contarle qué tal estaba Melanie.

—¿Diga?

—¿Juliet?

Juliet sintió que el corazón le latía aceleradamente.

Era Harry.

—Sí —contestó.

—Soy Harry.

—Sí, te he reconocido —admitió—. ¿Qué tal estás?

—Bien —contestó él escuetamente—. ¿Estás ocupada?

Juliet pensó en la cantidad de periódicos, de fotografías y de artículos que tenía en el salón sobre sus abuelos y se imaginó su reacción si supiera lo que estaba haciendo.

—No —mintió—. Me estaba preparando un café.

—Ah —contestó Harry pensando que eso era lo que él debería estar bebiendo—. Mira, no te quiero entretener, te llamo para preguntarte si tienes planes para el sábado.

—¿El sábado?

—Sí, el sábado, ¿tienes planes para el sábado?

—No. ¿Por qué?

—Verás, yo... o sea, Gracia y yo queríamos invitarte a salir a montar a caballo.

A lo mejor, nos llevamos algo de comer y comemos en el río. Si hace buen tiempo, claro.

—¿Un picnic? ¿De verdad?

—Por cómo lo dices, parece como si no creyeras que yo fuera capaz de organizar un picnic.

—La verdad es que no pareces muy propenso a ese tipo de cosas —sonrió Juliet—. Seguro que me has llamado en nombre de tu hija.

—Lo importante es que te he llamado y basta —gruñó Harry.

—¿Eso significa que lo único que te importa es poderle decir a Gracia que me has llamado y que has cumplido con tu parte?

—¿Por qué me lo pones tan difícil? —se impacientó Harry—. Limítate a decirme si quieres venir o no.

Juliet se quedó pensativa.

—No sé, Harry. Después de lo que pasó la otra noche... es obvio que tú no quieres nada conmigo y...

—Dijimos que nos íbamos a olvidar de lo la otra noche, así que...

—Sí, es cierto que te dije que me iba a olvidar, pero no he podido y, además, soy curiosa y quiero saber qué se esconde detrás de esta invitación.

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