Lo ultimo que Kati, escritora de novelas románticas, deseaba en el mundo era pasar las navidades con el exasperan! hermano de su compañera de piso. Un ranchero de Wyoming como Harry Stylesse sentía tan perdido en Nueva York como ella se habría sentido en mitad del campo. Lo que Katí no preveía era que los increíbles besos y abrazos de aquel hombre no tardarían en dejarla completamente indefensa. Y aquella invitación para visitar su rancho no era otra cosa que un chantaje de lo más sensual. En muy poco tiempo, ella había entregado su corazón con la pasión de las heroínas de sus propias novelas.
Capítulo 1
NO hablarás en serio? -protestó Katriane mirando boquiabierta a su mejor amiga—. ¡En Navidad!
Ada contrajo el rostro y apretó los dientes. -Escucha, Kati... -comenzó en un tono conciliador, empleando el diminutivo que hacía años le había dado-. Nuestro piso es grandísimo. ¿Qué digo grandísimo?, es enorme, y las dos estamos invitadas a un montón de fiestas... sin contar con el baile benéfico de los Thomson, así que casi ni lo veremos. Ni notaras su presencia, ya verás.
-¿Que no? —resopló Kati incrédula, apartando del rostro un mechón de cabello dorado rojizo-. Es difícil ignorar la presencia de alguien de casi dos metros — apuntó con los ojos castaños centelleándole.
—Pero es que es la primera Navidad que pasamos sin nuestra madre -insistió Ada-. No tiene a nadie más que a mí.
—Podrías ir tú al rancho en vez de que viniera él —dijo Kati sin poder reprimirse, aun sintiéndose cruel por la sugerencia.
— ¿Y dejarte aquí sola? ¿Qué clase de amiga sería si hiciera eso?
— ¡Al menos no estarías obligándome a soportar a tu horrible hermano ahora que por fin tengo unos días para relajarme! ¿Cómo voy a relajarme con Harry aquí? Sabes que no nos llevamos bien... ¡Acabaremos a tortazo limpio! Ada, ¿acaso te he hecho algo malo?
Su amiga se aclaró la garganta. —Podrías intentar mirarlo desde otro ángulo —le propuso — . ¿No me dijiste el otro día que ibas a ambientar tu próxima novela en Wyoming, en un rancho? Bueno, pues... ¿quién puede saber más de ranchos y de Wyoming que Harry? Podrías preguntarle todo lo que quisieras para documentarte.
Kati la miró furibunda.
—Además, estoy convencida de que en el fondo no os caéis tan mal —añadió Ada—. Es sólo que... no queréis admitirlo.
— ¿Que no nos caemos mal? —repitió Kati con sorna—, Ada, lo odio. Lo detesto. No puedo verlo ni en pintura. ¿Es que has olvidado lo que pasó la última vez que nos vimos? Ada suspiró.
—Venga, mujer, no seas así... Sólo serán unos días. Kati resopló y se volvió hacia la ventana, sacudiendo su
largo y ondulado cabello.
—No me hagas esto, Ada. Dile que ha surgido un imprevisto, que no puedes invitarlo.
— Me temo que eso ya es imposible: salió esta mañana.
— ¿Qué? —exclamó Kati, girándose hacia ella con los ojos como platos—. Oh, Dios... ¡Oh, Dios! —masculló lanzando los brazos al aire—. Primero se pierde el cheque que me había enviado la editorial justo cuando me toca pagar la letra del coche, y ahora me va a tocar aguantar todas las navidades a un hombre al que odio...
— Es mi hermano —musitó Ada—. No querrás que pase solo la Navidad...
— ¿Solo? ¿Estamos hablando del mismo Harry? — inquirió Kati frunciendo las cejas—, porque el que yo conozco nunca está solo: va de conquista en conquista. Seguro que ya tiene plan.
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HES Novelas
Dla nastolatkówHistorias adaptadas todos los derechos reservados a los autores originales.