En la superficie, Gina parecía tener el matrimonio perfecto, pero por dentro estaba llena de frustración por la distancia que Harry había puesto entre ellos.
Así que decidió recuperar a su marido. Tenía que hacer algo para mostrarle lo mucho que realmente lo deseaba, que siempre lo había deseado. ¡Pero iba a tener que actuar rápidamente si no quería perderlo por otra mujer!
Capítulo 1
Desde el punto de vista de cualquier observador imparcial, el de Gina Tyson era el matrimonio perfecto. Algunos días, incluso, Gina podía hacer como si lo fuera.
Después de todo, tenía una bonita casa en primera línea de playa de Bondi, la más famosa y hermosa de Sydney. Tenía tres hijos encantadores, dos niños y una niña.
Tenía un marido que cualquier mujer le envidiaría ... en la superficie. Harry no sólo era alto, moreno y dinámica atractivo, sino que también era suficientemente rico como para no tener ninguna clase de problemas económicos.
De todas formas, superficie era la palabra clave.
Su matrimonio iba perfectamente de puertas afuera. Por debajo, Gina se estaba volviendo loca lentamente de frustración. Y, detrás de esa frustración estaba el miedo de que aquello fuera lo único que se pudiera esperar de Harry ... una casa, una familia y un hombre atractivo a su lado. Su marido vivía su propia vida, que Gina sospechaba que estaba bastante apartada de la de ella, incluso cuando él estaba a su lado. Como en ese momento.
Esa noche le había hecho su cena favorita, escalopes al vino. Él la estaba disfrutando, pero sin compartir ese disfrute con ella. No se producía ninguna clase de contacto visual ni comentarios apreciativos.
Ninguno de los esfuerzos especiales que ella había hecho estaba teniendo el menor efecto. Lo que no era precisamente una buena recomendación para los consejos que había leído en una revista sobre como revitalizar un matrimonio.
Su cambio de imagen personal había fallado miserablemente. Si Harry había notado algún cambio en su apariencia, era evidente que, para él, era de lo más irrelevante. Lo cierto era que no había dado ninguna señal de verla como una mujer nueva y deseable. Gina se preguntó si hubiera debido poner más cuidado con su arreglo.
Había estado tentada de cortarse el cabello dramáticamente, pero siempre lo había llevado largo y, al final, no pudo soportar pensar en deshacerse de su melena castaña. Así que había llegado a una especie de compromiso y se lo había dejado por los hombros al tiempo que se lo había rizado más aún.
La estilista la había maquillado de forma que sus ojos como ámbar tuvieran un aspecto más misterioso, pero todos esos esfuerzos fueron un desperdicio con Harry, incluso su vestido nuevo, por el que tanto tiempo le había costado decidirse. Para ella, esos pantalones negros de satén y la túnica de seda a rayas atigradas con el cinturón formado por una cadena dorada, le habían parecido un conjunto de lo más sexy, elegante y, a la vez, sensual.
Pero no había despertado el menor interés en su marido. Tal vez si ella hubiera elegido otra cosa más atrevida, si fuera más atrevida con todo ... Pero eso no estaba en su naturaleza.
Su madre italiana le había inculcado principios de dama desde el nacimiento. Una buena chica italiana, sin importar que el padre de Gina fuera australiano de cuarta generación, no metía su cuerpo en cualquier vestido inmodesto. Las ropas debían favorecer a las mujeres, no mostradas. Tal vez porque ella sólo tenía diecisiete años cuando murió su madre, Gina no se sentía cómoda traicionando sus consejos, aunque a veces deseaba poder ser como las demás mujeres que no se avergonzaban en absoluto de lo que se ponían, o no se ponían.
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HES Novelas
Teen FictionHistorias adaptadas todos los derechos reservados a los autores originales.