Aye, captain! ━━ [En curso] 《26》

Capítulo ocho: «SOLO VIVA»

*Nota: pido que prestes mucha atención a partir de este capítulo —ya que soy una idiota a la que le encanta jugar con las líneas temporales—, y he narrado los hechos en orden intercalado y no cronológico.

Desde luego, los hechos se van enlazando a medida que se avanza y es algo notable.

Por mi parte estoy muy acostumbrada a lecturas de este tipo pero no sé tú, así que por eso lo pongo en aviso desde ahora. ^^

En retrospectiva, veintiocho días antes de que Bombón despertase siendo observada por Kid y Killer en el Victoria Punk, una importante reunión se llevó a cabo en el cuartel general de Marineford.

Dicha convocatoria tuvo lugar debido a que la mencionada novata fue la protagonista del caos que por poco convirtió en cenizas Isla Carnaval.

Aquellos que cogieron las corrientes rápidas que impulsarían sus submarinos a gran velocidad para atender al llamado por parte del almirante de flota, Sengoku, fueron los tres almirantes Kuzan, Kizaru y Sakazuki —mejor conocido como: Akainu—, en compañía de los vicealmirantes Smoker, Momonga, Hina y Tsuru. El resto de los marinos de alto rango que habían tenido un encuentro con Bombón se hallaban embarcados en distintas misiones, o bien, siguiendo la pista de los piratas de Kid.

A la cabeza de la blanca mesa ovalada se situaba Sengoku, que con gran severidad reprendía a cada uno de los presentes debido a la incompetencia —tal como sus superiores catalogaban la cantidad de intentos fallidos con respecto a la captura de Bombón—, y el gasto de recursos empleados en la infructuosa operación.

Ya habían tratado sobre la intervención de los piratas de Kid y la inconveniencia que tuvieron sus fuerzas de apoyo, con el hecho de que Cavendish y su banda hubiesen aparecido cuando tuvieron la efímera oportunidad de aprehender a Bombón; sumando que Trafalgar Law les cortó el paso a los marines que seguían el Victoria Punk.

Aunque no lo habían confirmado, los altos mandos de la marina —incluyendo el Gobierno Mundial—, sospechaban que éste último fue cómplice del atentado que sacudió Mariejois aquel fatídico día.

Y en efecto, indirecta e involuntariamente, Trafalgar Law estuvo implicado. En los días postreros la marina tendría que lidiar con él, aunque eso todavía no lo sabían.

—Al menos hemos comprobado la veracidad sobre la información que recibimos acerca de las habilidades de Bombón —comentó Kizaru.

—¡¿Y te conformas con eso?! —le recriminó Akainu.

Kizaru le dedicó una mirada sin importancia.

Entretanto, Sengoku paseó la vista por cada uno de los presentes hasta detenerse en alguien en particular.

—¡Kuzan...! —vociferó el antedicho, notando que el almirante había vuelto a quedarse dormido.

El mencionado moreno ni siquiera se inmutó. Continuó durmiendo como un bebé, con el antifaz de color verde olivo de bordes azules cubriéndole los ojos. Se encontraba a gusto y enteramente entregado a su «merecido» descanso. Babeaba por la comisura de los labios entreabiertos. Tenía los brazos cruzados y la cabeza inclinada hacia la derecha al igual que su torso.