Capítulo cuatro: Caos

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La plaza de Isla Carnaval ardía en llamas abrasadoras que se extendían con intensidad amenazando con volver cenizas todo el territorio.

No había persona en ese sitio que no estuviese luchando a muerte con su semejante, y, en efecto, eso era obra de Bombón.

Sucedió que, como se lo había insinuado a Law, ella sí tenía suficiente energía como para realizar una técnica que controlara las masas, y con el fin de hacer que él se tragase sus palabras —tal como lo había dicho anteriormente—, se elevó en el aire exclamando el nombre de una de sus técnicas más despiadadas.

Hizo que los marines lucharan en su nombre, aún en contra de sus propios superiores.

También, orquestó un ataque cerrado por parte de los civiles que se entregaron a la causa sin reservas ni temor, acorralando a todo aquel que ostentaba un uniforme de marine a excepción de Smoker.

Deseaba mantener cerca de ella al antedicho porque simple y sencillamente había gustado de él pese a su aversión por los marines, pero no perdonaría a Tsuru y mucho menos a Tashigi que había arruinado sus planes.

Tampoco le placía que lo tuviesen tan fácil los vicealmirantes: Doberman, Momonga, Comil, Strawberry, Lacroix, Yamakaji, Bastille y Mozambia, que habían llegado como refuerzos para darle caza.

Y, mientras Law, Kid, Shachi, Killer, Penguin, Heat, Bepo y Wire, cubrían la ruta de escape y luchaban contra los mencionados vicealmirantes, (Tn) hizo que Smoker envolviera a Ikkaku en una nube de humo y que la cargara a ella en sus brazos en tanto se alejaban de la zona de fuego.

Una guerra sin cuartel se desató hasta que la marina se rindió puesto que tampoco era su intención lastimar a los civiles bajo el control de (Tn). A ese punto, la isla entera formaba parte de su ejército ya que ésta vez, ella incluyó a mujeres y niños mayores de doce años.

De modo que pasadas unas dos horas de aquello, ahí estaba, muy tranquila rodeada por los hombres que aún mantenía bajo su «hechizo»: Smoker, Heat, Kid, Law, Penguin, Wire, Killer y Bepo. (E Ikkaku, que otra vez cumplía el rol de prisionera).

Estaba contemplando la puesta de sol en la colina mas alta, mientras que los piratas de Kid y algunos hombres de la villa cargaban todos los tesoros en un pequeño navío que se acondicionó para ella.

Sabía que tenía que abandonar la isla en los próximos cincuenta minutos. El tiempo le jugaba en contra, y el control que ejercía sobre cada persona perdería el efecto.

Por eso estaba tan calmada y sin hacer mucho esfuerzo físico. Era consciente de que debía conservar su energía tanto como le fuese posible dado que si se dormía debido al cansancio, tendría que enfrentarse a algo peor que lidiar con la marina, o sea: la ira de Kid.

—(Tn)-ya, yo también quiero que me acaricies el cabello —murmuró Law, acercándose a gatas donde ella se hallaba sentada en la verde grama jugando con la blanca melena de Smoker.

El antedicho se encontraba acostado boca arriba con la cabeza sobre el regazo de (Tn).

—Yo también. ¡Yo también! —suplicó Killer señalándose la mejilla izquierda sobre el casco.

Kid, por otro lado veía sobre su hombro derecho a (Tn). Sus ojos ámbar refulgían con amor y súplica, ya que ella le había ordenado quedarse a distancia y de espaldas a todos como castigo por haber intentado golpearla con su ataque «Repel».

La joven le daba su atención a Smoker como premio por haberla salvado de la turba que les esperaba a pocos metros de donde Law, Penguin, Shachi, Bepo e Ikkaku corrían llevándosela lejos de la plaza. Esto fue antes de que lanzara su último ataque para demostrar que no era la debilucha que el mencionado supernova creía.

Aye, captain! ━━ [En curso] 《26》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora