Capítulo quince: Ilusiones rotas

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El sol de un nuevo día apenas era visible allá en el horizonte, sin embargo, (Tn) ya estaba despierta culminando con esa lectura que la mantuvo interesada toda la noche.

La linterna por poco se quedaba sin aceite aunque su luz ya no era necesaria.

Todos esos libros que Killer le había traído en su último viaje, fueron herramientas que le ayudaron a expandir su mente.

Rodó sobre su cama fijando la vista en el techo mientras abrazaba el libro y sonreía pensando, en que Killer ya no tendría que pasar nunca por aquella incomodidad que toleró, el día que ella tuvo su primera menstruación.

Suspiró nostálgica, dado que desde esa fecha, Killer le dijo que no era correcto que durmieran juntos.

—Él, su consideración, su gentileza y su rectitud... —murmuró para sí misma—. Es todo un caballero. Tan respetuoso...

Su rostro delataba su estado de ensoñación.

Lo echaba tanto de menos, y también el hecho de dormir a su lado aunque comprendía que ya no era posible.

Recordó que hacía un par de meses, horas después de su charla sobre su periodo menstrual por la mañana, giró sigilosamente la perilla de la puerta apenas atisbando la ancha espalda de Killer, quien ya la esperaba con la sábana levantada, dispuesta para ella.

Una vez que se acomodó frente a frente con Killer, éste le regaló una dulce y cálida sonrisa antes de acariciarle la mejilla con mucho afecto.

«Mi preciosa Bombón» le dijo muy gentil, «creo que ésta será la última vez que dormiremos juntos. Ya no somos unos niños».

Estando ahí, mirando el blanco techo de su amplia habitación, (Tn) se preguntaba qué era eso que sentía cada vez que esos ojos azules se posaban en ella. ¿Por qué se estremecía con esa blanca sonrisa? ¿Por qué se entristecía tanto durante todos esos días, cuando la ausencia de Killer la privaba de escuchar su voz?

Suspiró antes de levantarse de la cama. Miró el elegante frasco de cristal donde guardaba los pétalos del ramo de flores que Kid le obsequió aquel día. Sonrió sintiendo que su pecho se henchía. Ese tonto podía ser muy lindo cuando él así se lo permitía.

Después de asearse y ponerse un vestido con estampado floral, buscó sus lindas sandalias blancas y se dirigió a la habitación de sus papás. Estos aún dormían. Después, fue a la cocina con la intención de preparar el desayuno. Estaba contenta porque según sus cálculos, Kid y Killer volverían ese día.

Le dijeron que la llevarían con ellos en su siguiente viaje a la villa cercana, y estaba muy emocionada solo de pensar en que por fin conocería otro sitio lejos de esa zona olvidada donde había crecido.

Por desgracia para (Tn), Kid y Killer no regresaron ese día y tampoco el siguiente.

A partir de esa fecha, los dos muchachos tardaban mucho más en retornar a casa. Esto la asustaba, porque recordaba lo que su madre le había dicho acerca de no acostumbrarse a la presencia de ambos, que chicos como ellos no se quedarían quietos en un solo sitio y que a lo mejor, un día cualquiera ya no volverían.

Dos semanas después, Kid y Killer regresaron con las manos técnicamente vacías. Era poco lo que habían conseguido.

La situación iba de mal en peor y enfrentaban dificultades mayores debido a la peligrosidad que se vivía.

Con gran pesar, le dijeron a (Tn) que la salida a la villa tendría que posponerse.

A la susodicha no le importaba que no le llevasen regalos como antes o que no pudiesen salir a pasear, ella solo deseaba que estuviesen juntos, como lo habían prometido cuando eran niños.

Aye, captain! ━━ [En curso] 《26》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora