Capítulo catorce: La niña que se convirtió en mujer

473 80 44
                                    

—Bombón, el desayuno está listo —anunció Kid después de tocar a la puerta con los nudillos de los dedos—. Killer y tus papás ya esperan en la mesa del jardín. —Aguardó un momento por la respuesta. Frunció el ceño ya que no obtuvo ninguna—. ¿Bombón?

Meditó en que desde el día anterior (Tn) estaba actuando muy raro, y que ni siquiera había dormido con Killer así como lo usual.

Insistió una vez más pero no hubo cambio alguno, de modo que avisó que iba a pasar. Se asomó por la puerta divisando apenas a través de las cortinas blancas y transparentes, a la niña debajo del edredón de color rosa.

Dado que Kid tardaba, Killer se levantó de la mesa para verificar que todo estuviese bien. Al igual que el primero, se preocupó por la manera tan callada y distante en que (Tn) estuvo comportándose; no le parecía normal que ella hubiese permanecido encerrada desde la tarde del día anterior, y que tampoco llegó a dormir con él así como de costumbre.

—Kid, sal de aquí o enfermarás también —murmuró (Tn).

—¿Qué? —frunció el ceño. Estaba parado frente al alargado sillón sin espaldar junto a la cama—. ¿Estás enferma y no habías dicho nada?

—¿Enferma? —bufó con desánimo, después sonrió débilmente. Su gesto delataba su resignación—. Estoy muriendo, Kid.

El susodicho sintió como si su corazón se hubiese estrujado con un último latido antes de detenerse.

—¡¿Pero qué dices?! —le cuestionó Killer, pasando desde la puerta. Escuchó lo que (Tn) había declarado.

—Váyanse —dijo con voz trémula—. No quiero contagiarlos.

—Me importa un carajo lo que digas —masculló Kid, rodeando la cama para abrir las cortinas y así subir a la cama.

Killer también trepaba desde el otro lado, e intentó descubrirle la cabeza a (Tn), pero ella forcejeó con todas sus fuerzas para no permitírselo.

Kid y Killer compartieron una seria mirada cargada de consternación, fue antes de asentir concordando silenciosamente con lo que harían a continuación.

Destaparon a la niña que pataleaba y daba manotadas intentando alejarlos, pero esto solo facilitó que ellos notaran la sangre en el camisón blanco y en las sábanas debajo de ella.

Los dos muchachos comprendieron enseguida lo que sucedía, y eso se lo comunicaron mediante otra mirada que se dedicaron.

—Bombón, nena... —dijo Killer sonando gentil, cariñoso, considerado y comprensivo en tanto se sentaba a su lado—. No estás enferma.

—Tan solo... —murmuró Kid que se sentaba del otro lado—. Bueno... —se sonrojó bajando la mirada. ¿Cómo podría explicarle lo que sucedía?—. Esto...

—¡¿Que no moriré?! —exclamó (Tn) descubriéndose la cara a la vez que se sentaba abruptamente—. ¡Estoy desangrándome de una herida que ni siquiera sé cómo me hice ahí! —se señaló la entrepierna mirando primero a Killer y después a Kid. Tenía los ojos inundados de lágrimas—. ¡Y duele mucho aquí! —se palpó el vientre—. ¿Y me dices que no estoy enferma? Bueno, tienes razón. ¡Estoy muriendo que es distinto!

—Pero nena —murmuró Killer—, no es lo que...

—Bombón, es solo que...

—¡Y miren esto! —exclamó bajándose el dobladillo fruncido del camisón a la altura del pecho.

Los ojos de Kid y Killer se abrieron de par en par mientras que sus mejillas se teñían de rojo.

—¡¿Pero qué haces tonta?! —exclamó Kid, más sonrojado que antes. Apartó la mirada. Killer lo imitó.

Aye, captain! ━━ [En curso] 《26》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora