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Toc, toc, toc. La lluvia, caía sobre mi cabeza y en mi ropa,  poco me importaba ahora. Me sentía perdida. Volví a golpear la puerta, no me interesaba que Satoshi me llamara la atención por la insistencia. ¿En que momento todo empezó a salir mal?


Unos meses antes...

Los primeros días fue difícil, el entrenamiento estaba siendo duro tanto dentro de la academia como en la pasantía. Los días que estaba en la academia me levantaba a las cuatro de la mañana para el entrenamiento matutino, luego me iba a clases y en las tardes estudiaba de los libros que me iba dando para complementar el entrenamiento de la práctica. Casi no tenía tiempo para mis amigos y solo podía pasar el almuerzo y los recesos con Denki. Los entrenamientos en la montaña eran duros, tenia pocos descansos y durante estos tenia que estudiar de los libros que me daba. Denki me mandaba mensajes y me llamaba todos los días, pero rara vez podía contestarle. Agradecía su paciencia, aún que me mataba no poder darle lo mismo a cambio. En realidad, he estado algo desconectada de la clase, he escuchado cosas pero tampoco las he podido conectar bien. No creí que esto iba a consumirme tanto tiempo, ni siquiera sé lo que esta pasando en la vida de mis amigos o de mi novio. Por otro lado, parte del entrenamiento parecía no tener relación con mi don, me pedía meditar en la naturaleza, aprendí a utilizar distintos tipos de armas blancas, combate cuerpo a cuerpo contra árboles, puntería, entre otros. El único que realmente me ha hecho sentido fue el día que fuimos a un río cercano a su casa y, en la parte más profunda, tuve que hundirme con la ayuda de unas rocas, aguantando la respiración debía activar mi quirk a través de mis emociones, mantener el fuego y controlarlo bajo agua. Al principio nada sucedió pero de a poco pequeñas llamas comenzaban a aparecer. 

Recordando mi progreso, finalmente llegue a la UA, era tarde y la luna brillaba con fuerza en el cielo. Pase un par de días fuera de la academia, iba a tener que ponerme al día con muchas cosas. Estando parada frente al edificio, un detalle llamó mi atención, la luz de mi dormitorio estaba encendida. Entré en silencio y dejé mi mochila junto a la puerta, subí haciendo el menor ruido posible, pase a mi habitación, observando de lado a lado encontrándola exactamente como la deje con una excepción. 

- ¿Denki? 

- Akane, me asustaste. Estaba empezando a pensar que no ibas a llegar hoy. 

- El viaje de vuelta es largo y terminé tarde. ¿Qué haces acá?

- Te extrañaba. -dijo abrazándome- Ha pasado tiempo que no hemos estado solos, no respondes mis mensajes ni mis llamadas. Necesitaba verte. 

- También te extraño mucho, Denki. La pasantía me consume mucho tiempo, pero es temporal, lo prometo. 

El abrazo duro unos minutos más en un total silencio, notaba una energía extraña que venía de Denki pero no lograba descifrarla bien. Sin separarme de él le pregunté si sucedía algo, a lo que me respondió:

- Nada, quería verte. Las últimas noches he venido a esperarte, eso es todo. 

- ¿Seguro que es solo eso?

- Dios mío, si. ¿Quieres que sea algo más?

- No, no te molestes. Te noto decaído, es algo poco común en ti. Pero si me dices que es eso te creo, no volveré a insistir. Perdón. 

- Ya te dije, estoy así porque no nos vemos en bastante tiempo. 

- Este fin de semana no tengo que ir, podríamos salir, ¿Qué dices? -su cabeza escondida en mi cuello asintió provocando un fuerte sentimiento nervioso en mi abdomen- Perfecto... Te quiero mucho. 

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora