44

64 3 0
                                    

El sombrío silencio era un extraño invitado en la casa, y en el jardín mis oídos se concentraban en el relajante sonido del agua. Caminé un largo rato hasta quedar frente a un gran árbol claro, me deshice de mis zapatillas negras, sintiendo el húmedo pasto que había crecido a su alrededor. Mire el cielo, esperando algo, entonces un conocido sentimiento me invadió desde lo profundo de mi estomago expandiéndose por mi cuerpo, un grito despegó de mi alma y junto a este mis piernas comenzaron a moverse. Sin darme cuenta, me encontraba a los pies del gran tronco, con la frente palpitante y un hilo de sangre corriendo sobre mis ojos.


Meses antes...

Los parpados me pesaban, el dolor que soportaba mi cuerpo era una sensación constante desde hace tiempo, sin embargo hoy lo sentía más de lo normal. Había pasado la semana con Satoshi y hoy volvía a los dormitorios de la academia, pero de camino paré en seco.

- Voy a ver a Denki -pensé-.

No podía quitarme de la cabeza la dolorosa imagen de aquel día, a pesar de mi situación actual con Bakugo, no me era posible olvidar al rubio que me acompaño por tantos años. Caminé tranquilamente, tomando mi tiempo, hasta llegar al edificio de la academia. Hasta ese día, cuando vi a las instalaciones, entendí las preguntas de Dabi y Toga. ¿Cuáles eran nuestras diferencias? Vivíamos sonriendo, pensando que hacíamos algo bueno, pero hacemos lo mismo que ellos. Destruir, herir, bajo una excusa.

Una voz me sacó de mis pensamientos, una mano se había posado en mi hombro haciendo notar su presencia. Me di vuelta, encontrándome de frente con Midoriya, me llamó dándome la bienvenida con su típica sonrisa y ropa de entrenamiento. Su rostro cambió al ver el mío, serio y con la mirada fijada al vacío.

- Akane, ¿Estás bien? -me preguntó preocupado-.

- Izuku, ¿Cuál crees que es la diferencia entre nosotros y a quienes llamamos villanos?

- ¿Por qué lo preguntas? -contestó serio- Akane, ¿Qué sucede?

- En la secundaria no te llevabas bien con Katsuki.

- ¿Kacchan? Somos amigos de la infancia, pero no entiendo que tiene que ver con...

- Izuku, no estoy ciega, he visto como te trata. Tu y Katsuki en la secundaria. Respóndeme.

- Es complicado Akane -respondió junto con un largo suspiro-.

Me sonrió esperando que estuviera satisfecha con su respuesta, pero ante mi silencio continuó hablando.

- No -dijo dudando de su respuesta-. No teníamos una buena relación. No lo odio, Akane, es solo que... en algún minuto las cosas se volvieron complicadas.

- ¿Qué pasaría si hubieses tomado otro camino? -me miro confundido- Si la ira se hubiese acumulado tanto en tu interior que no puedes escapar de ella.

- Akane, no le tengo resentimiento a Kacchan.

- Lo sé, estamos hablando de casos hipotéticos. ¿Recuerdas? -suspiré ante su silencio-. Tal vez no hay una diferencia, estamos juzgándolos sin saber. Izuku, yo creo que a los héroes nos mueven las emociones fuertes, pero también a ellos.

- ¿Eso es un pensamiento o estas proponiendo algo? -preguntó mirando el suelo-.

Nos desviamos de nuestra siguiente parada. Vi a Izuku teclear rápidamente en su celular, seguimos de largo hasta encontrarnos con el escuálido profesor en la calle donde salgo a correr todas las mañanas. Tomé el brazo de Midoriya, no comprendía su intención, en respuesta solo me sonrío diciéndome que todo estaría bien.

- Joven Midoriya, joven Nakamura. ¿Qué sucede? -preguntó All Might confundido y dirigiéndose luego a Izuku- Me pediste que nos reuniéramos muy tarde, me preocupaste.

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora