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Con un té caliente en mano y la lluvia cayendo fuerte fuera de la casa sobre las hojas, me encontraba con Satoshi. Desde el primer día me gusto su casa, era como entrar en otra dimensión donde nada de lo que sucedía afuera podía afectarnos acá. 

- ¿Qué piensas hacer, Nakamura?


Unos meses antes...

Debía sentir miedo, tal vez algo de remordimiento por lo que había hecho. Habían pasado unos días desde el incidente, a mi madre no le dieron la historia completa, pero sabe lo necesario. Actualmente estoy en la oficina del director junto con Aizawa, hoy darían mi sentencia. He escuchado hablar a algunos profesores, era de esperar que se filtrara lo sucedido, la probabilidad de que me encontrarán inocente era alta si lo veían como defensa personal, al final eran dos hombres contra una estudiante. Por otro lado, la escena no estaba a mi favor, dos hombres quemados y casi provoque un incendio forestal. El director Nezu miraba por la ventana y Aizawa tenía su mano sobre mi cabeza para darme apoyo, pero la verdad es que poco me interesaba el resultado. Repasaba constantemente esa noche, las pesadillas eran constantes, cada día dormía menos y las bolsas bajo mis ojos comenzaban a notarse. Con tres toques en la puerta, una señora entró a la oficina, alcance a ver a Denki esperando afuera, desde el día del incidente ha estado pendiente, me visita de manera regular, me cocina aún que no sea exactamente su especialidad. También Izuku me ha estado visitando, pero dentro de las pocas veces que nos hemos podido ver lo único que hemos encontrado en común son los entrenamientos lo cual las autoridades llegaron a un acuerdo de prohibirme entrenar hasta que los jueces lleguen a un veredicto. Katsuki fue quien logró sacarme de mi habitación, al menos las primeras veces, al principio solo me acompañaba en completo silencio hasta que llego el día en que me arrancó de la cama y me saco del edificio. 

Cada recuerdo pasaba por mi cabeza a medida que la señora, morena y alta, con el sobre amarillo bajo su brazo, se acercaba al escritorio del director. No moría por saber el contenido de este, mi vista pasaba de su mano delgada a mis zapatos cafés, complementarios del uniforme. Deslizo suavemente el papel sobre el escritorio, llamando la atención del director y tensando a mi profesor. Con una reverencia, la mujer de traje se marcho, dejando el envoltorio amarillo en manos del peludo blanco. El director Nezu lo abrió, sacando un documento en papel blanco con una gran descripción que seguramente entendería la mitad, Aizawa se levantó para revisar junto a él lo que se describía en este. 

- ¿Qué dice? -pregunté-

- Inocente en todos los cargos. -respondió Aizawa-

- Señorita Nakamura, a pesar de que los jueces la encontraron inocente y nosotros, hablando por las autoridades de la academia, estamos en la misma posición. No es algo que podemos dejar pasar.

- Acaba de decir que cree que soy inocente. ¡Mis acciones fueron en defensa propia!

- A pesar de que fuesen en defensa propia, las consecuencias de sus acciones fueron grandes y pudo haber pasado a algo peor. He visto los resultados de sus entrenamientos y hace no mucho su quirk tuvo variaciones en su intensidad, apenas pasó el examen de licencia provisional.

- Estaba bajo control.

- ¡Nakamura Akane, mataste a dos personas! 

El grito de Aizawa dejo en silencio toda la habitación. Por más que quisiera negarlo, no podía devolver el tiempo, ya estaba hecho. Ante la ley podía seguir estudiando para ser héroe, nada me lo impedía. Solo quedaban los profesores.

- ¿Qué debo hacer?

- De ahora en adelante tus únicas salidas serán para las pasantías, te mantendremos vigilada. No puedes quedarte afuera sin un permiso, incluye la práctica. En los entrenamientos durante las clases las únicas personas con quienes podrás interactuar estarán bajo el criterio de Aizawa o entrenaras sola. Tu don será utilizado cuando tus superiores te den permiso. -respondió Nezu-

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora