Aguardo por un par de horas, ya que aún era temprano, continuó vendiendo rosas con una calma fingida, puso toda su fuerza de voluntad para no desmoronarse frente a sus clientes.
A lo lejos vislumbro el cabello castaño de Andrés mecerse con el viento, su corazón se agitó acelerando los latidos al reconocer a su dueño.
Apretó los dientes reteniendo la sonrisa que anhelaba asomarse por las comisuras de sus labios.
Esquivo su mirada, simulando estar ordenando las rosas. Cuando sintió que lo tenía frente a ella levantó su mirada apretando los puños.
—Mi amor, el día está perfecto para salir a merendar al aire libre, ¿Qué te parece?.
Elise no emitió palabra alguna.
—¡Aaah!..¡No!, olvide que mi padre quería hablar conmigo de algo bastante serio. ¿Podría ser mañana?, comemos delicias sentaditos en el suelo, admirando el paisaje acompañados de el cantar de los pájaros —sus ojos brillaban.
La pelirroja no hizo ademán de contestar, en cambio, su mente divagó en lo dicho anteriormente… "su padre quería platicar con él". ¿Sería para hablar seriamente de su futura esposa?, una sensación de pesadez creció en su estómago, y un dolor en el pecho le hizo torcer los labios.
—¿Estás bien? —preguntó el castaño evidentemente preocupado. Tomó su mano y acarició el dorso de esta.
Elise apartó su mano con brusquedad, más de lo que hubiera deseado.
—¿Qué sucede?.
—Me mentiste.
Las alertas se encendieron, y como si lo hubieran descubierto en un engaño, el corazón de Andrés se detuvo y abrió los ojos de hito en hito.
—¡Yo….Elise…por favor, explicate!.
—Pedí que fueras sincero. Lo único que te pedí a la orilla del río Tamesís, fue tu honestidad ¿Lo recuerdas?.
—Si —respondió, nervioso.
—Te dije que odio las mentiras, y que si, algún día tus padres decidían que debías contraer matrimonio con una señorita acaudalada, me lo dirías. ¿No es así?.
—Elise—respondió, atragantándose con las palabras.
—¿Soy un pasatiempo para ti? ¿Realmente me amas?
—Que dices, no es así. no sé quién te habrá metido tales mentiras en la cabeza. Yo te amo, más que a mí vida. Creeme —tomó ambas manos entre las suyas con desespero.
—Entonces sé honesto conmigo, dime la verdad.
—Jamás he estado tan seguro de algo en mi vida, como lo estoy de que te amo con cada latido de mi corazón, no digas que eres un pasatiempo para mí, porque lo eres todo. Todo Elise.
La pelirroja sintió como sus piernas flaqueaban, era tan débil cuando de su amor se trataba, inspiró profundamente —. ¿No pensabas decirme que la condición de que tu padre te cediera el título, era desposarte con una dama de la nobleza?.
Su corazón se detuvo y el pánico se adueñó de su interior, ¿Cómo lo supo? ¿Quién le contó? ¡Diablos!, no se suponía que tomara aquel rumbo.
Él le iba a contar, pero no aún, primeramente, quería tener la certeza de que su padre ya no lo obligaría a casarse con quién él no quisiera. Se esforzó tanto por limpiar su reputación, por mejorar día a día. Dejó su malas amistades rodeandose de buenas influencias, dejó los vicios, dejo todo. Incluso próspero económicamente sin tocar una libra del dinero de George. Con un sólo y poderoso fin: Casarse con Elise.
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En tu mirada | °2 Trilogía "Amores Verdaderos" | √ COMPLETA
RomanceEl respetado e intachable vizconde George Chesterfield, ha cedido el título a su hijo Andrés con la condición de abandonar su despreocupada vida de excesos y lujuria, para casarse con alguna dama de intachable reputación y linaje distinguido, lo que...