Por la mañana siguiente fui el primero de los dos en despertar. Al principio no entendía dónde estaba ni por qué había otro cuerpo abrazandome por la espalda. Parecía que tenía una resaca asquerosa y apenas intenté moverme sentí como si me hubieran roto la espalda baja por el dolor que ahora tenía.
— La concha de mi madre. — Me quejé en voz baja, ya empezaba el día con mal humor.
Con el ceño fruncido me giré cuidadosamente para ver de quién se trataba y abrí los ojos con sorpresa al ver a sonny. Ahí me llegaron los flashback de todo lo que habíamos hecho y me quería morir.
Suspiré con pesadez mientras me estiraba para agarrar mi teléfono y ver la hora, lo encontré tirado en el piso al lado de mis pantalones.
— Claro, si yo gasto medio millón de pesos (450 dólares) en un pantalón choto para que quede en el piso después de que me culean.
Acaricie mi entrecejo antes de girarme por fin para ver la hora en el teléfono. Se suponía que a las 8 debíamos estar en el hotel y ya eran las 12:30 del medio día.
— Sonny levantate, se nos hizo re tarde.— No quería comerme una cagada a pedo de scaloni por desaparecer el día anterior y caer hoy a cualquier hora, seguro terminaba revoleandome un cono por la cabeza.
En vez de reaccionar igual de exaltado que yo, me abrazó más fuerte para no levantarse. Me iba a sacar canas verdes.
Llevé una de mis manos hasta su cabello y le dí un fuerte tirón haciéndolo reaccionar enseguida esta vez.
— ¡Cuti!
— ¡Nos tenemos que ir! Dale soltame, tan empalagoso ibas a ser.
Me saqué sus brazos de encima y empecé a vestirme a la velocidad de la luz aunque cada dos por tres puteaba gracias al dolor que sentía en cada mínimo movimiento.
Mientras lo esperaba a que él estuviera listo me incliné para atarme los cordones y ni lento ni perezoso, me encajó una fuerte nalgada.
— ¡Dale! Encima que me duele, te voy a matar.
Me quejé mientras se reía y después los dos salimos para volver al hotel dónde nos debían estar esperando. Lo obligué a ir casi corriendo, todo el romanticismo de la noche anterior se había esfumado y con razón.
Una vez que llegamos a nuestro lugar fuí como un rayo hasta la habitación para cambiarme con la ropa de entrenamiento. No me había dado cuenta que él me seguía.
— Oye calma, además de que estás adolorido, te vas a caer por apurado y será peor.
Me retó mientras yo seguía intentando atarme los botines, no entendía como estaba tan despreocupado cuando volvíamos a estas horas.
Cuando estuve listo intenté salir, pero se paró frente a la puerta sin dejarme pasar.
— ¿Qué haces? ¿No ves que ya llego tarde? Ya te di lo que querías, dejame-
Antes de poder terminar de hablar nuevamente me interrumpió presionando sus labios sobre los míos.
— Solamente te iba a saludar antes de no volver a verte hasta mañana probablemente. Ten cuidado porque todavía caminas chueco.
Sentí vergüenza por aquello así que volví a enredar mis dedos en su cabello y darle un jalón.
— Callate, ya me voy.
Sin decir nada más salí disparado hacia el estadio donde debía estar toda mi selección entrenando, estaba pensando en qué carajo les iba a decir.
— Ah bueeeeeeno, miren quién llegó. — Empezó papu.
— Y el que tiene plata llega a la hora que quiere viste. — Le siguió Otamendi.
— Este pibe seguro salió de joda y nosotros acá entrenando como negros bajo el sol, me parece injusto. Scaloni que haga 150 abdominales y 250 lagartijas. — Esta vez habló dibu.
— Pero cierren el orto.
Dije mientras caminaba con una mano en mi espalda baja, ahora que se me pasaba la adrenalina de llegar tarde sentía más fuerte el dolor, me tuve que haber tomado algo antes de salir.
— Cuti ponete a calentar y que sea la última vez que llegas-.... ¿Qué tenes en el cuello?
Cuando scaloni dijo eso, la atención de todos recayó sobre mi. La mayoría se acercó y yo me quería matar.
— ¡Se culearon al Cuti! — Dijo De Paul y le dí un golpe en el pecho, me quería ir de ahí.
— Así de tímido como lo ven, Romero es terrible. — Dijo Acuña mientras pasaba su brazo sobre mis hombros.— Scaloni, Cristián dice que no puede entrenar porque le duele el culo.
Así y más tipos de comentarios empezaron a llegar sin parar por las próximas horas de entrenamiento. Lionel los cagó a pedo para que se concentren en el entrenamiento, pero aún así todos seguían riéndose y descansandome.
Algunos comentarios me causaban gracia hasta a mi, otros provocaron que los taclee incluso si no llevaban la pelota.
— Cuti, boludo tené cuidado, para esto es posta. Llegaste adolorido así que no te tires así porque te vas a lastimar mal y nosotros te vamos a matar a vos. — Dijo Paredes, la verdad era que tenía razón.
Otro suspiro abandonó mis labios mientras me resignaba a entrenar con cuidado, esto no iba a quedarse así. Me las iba a cobrar primero con Sonny y después con estos boludos.
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Opuestos. [CutiSon]
Fanfiction[COMPLETA 4/01/23] Cristián Romero, mejor conocido como "Cuti Romero" era una amenaza para cualquier jugador que no sea parte de su selección, el joven omega de 24 años tenía una defensa impecable. No le tenía miedo a deslizarse por el piso para ba...