t h i r t e e n.

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Especial más votado:
Scaloni x Aimar.

Dias antes de viajar a Qatar.

Después de enterarnos que Argentina había clasificado para el mundial, cosa que no me sorprendía demasiado realmente, llegó ese bendito momento en hacer la lista de los convocados.

Estaba intranquilo caminando por el comedor de un lado a otro mientras Pablo me miraba y tomaba mates tranquilamente.

— No entiendo porqué estás tan inquieto, todavía tenes una semana para armar esa lista y otra semana más antes de que viajemos.

Me detuve en seco para observarlo, a veces envidiaba la tranquilidad y despreocupación que tenía el omega con el que me había casado.

— Bueno, porque no puedo equivocarme al elegir a los pibes, además estamos hablando del mundial el-

— El evento más importante en la carrera de un jugador y la historia de un país. — Me robó las palabras de la boca.

— Si ya sabes entonces para qué-

— Para qué preguntas. — Volvió a hacerlo mientras se tomaba otro mate, me conocía perfectamente. — Siempre te pones ansioso ante cualquier evento importante y siempre termina saliendo bien.

Un poco de razón tenía en sus palabras, pero aún así no podía evitar esa sensación. Quería que todo esté perfectamente planeado y organizado antes de llevarlo a cabo.

En el exterior podían tener una imagen seria y tranquila de mi, en el interior era casi lo contrario, los únicos testigos de eso eran mi pareja y dos hijos.

— Mira, yo te puedo ayudar a armar la lista mientras vos te clavas un paquete de sugus, pero cuando vuelva de mi clase de yoga. Y acordarte que tenes que pasar a buscar a Ian y Noah a casa del amigo.

Se levantó mientras llevaba la pava y el mate a la cocina, yo me quedé observando la linda silueta que tenía, esa misma con la que me seducía en los momentos erróneos y lo hacía a propósito. La ropa de gimnasia que se ponía lo hacía resaltar aún más.

Cuando volvió se acercó para darme un beso al que correspondí de inmediato, Pablo tenía un aroma a incienso dulce y algo más que, después de tantos años juntos, todavía no podía descifrar, lo único que sabía era que me encantaba.

— ¿Te tengo que llevar yo?

— No se te van a caer las piernas por hacerme ese favor. — Respondió con ironía y yo asentí mientras agarraba las llaves de la camioneta.

Salimos de la casa y nos subimos, pusimos la radio medio bajito mientras él me contaba sobre la gracia que le daba ver a las señoras más grandes hacer yoga.

— Vos te reís mucho aunque vas en ese camino. — Dije con una leve sonrisa a la vez que prestaba atención en el camino y las señales de tránsito.

— ¿Disculpame, Lionel Scaloni? Yo estoy en plena forma. Susana de la que te contaba la otra vez, todavía no llega a tocarse ni la punta de los pies.

Desde jóvenes me divertía con esa personalidad que él tenía. Era una cosa terrible; siempre fue medio chusma, pero fuera de eso era una persona maravillosa. Se preocupaba por mantener el espíritu de los jugadores e invitaba a los más jóvenes para que se animen a adentrarse en el mundo del deporte. Siempre tuvo presente que los pibes que salían a jugar en cada partido también son personas, personas a las que se esforzaba por conocer y entender, ese era el magnífico omega que tenía a mi lado y la persona que más amaba en este mundo.

Opuestos. [CutiSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora