Nuevamente nos encontrábamos entrenando a las afueras del hotel. Para sorpresa de todos fuimos los que primero se levantaron y desayunamos, fue obra de Scaloni ya que sino después los demás equipos iban a usurpar todo el lugar y nosotros nos tendríamos que cagar por no llegar antes.
Estábamos bastante despiertos porque dentro de todo conseguimos dormir las ocho horas correspondientes de un ser humano, también había que sumar la emoción que teníamos, estábamos en el mundial, el evento más esperado de todas nuestras vidas y en especial de los pibes más jóvenes, osea enzo y julián que habían llegado hace no mucho.
Estaba concentrado en el nuevo enfrentamiento entre nosotros que hacíamos como parte del calentamiento antes de empezar a usar los objetos de práctica que no me di cuenta de la llegada de dos intrusos. Después de putearme un rato con Dybala por llevármelo puesto en una barrida quise ir a buscar una botella de agua, estaba sediento; ahí los vi.
— Qué carajo hacen esos dos acá, ni siquiera vinieron con su equipo completo. — Dijo Emiliano mientras aparecía atrás mio y apoyaba su mentón en mi cabeza.
— No tengo idea, pero me cago de sed.
Le dí un codazo para sacarme su cuerpo apestoso de encima y como estaba a unos buenos metros de distancia de las botellas, decidí pedirle a ese asiático que me las alcance, si nos iba a espiar que por lo menos colabore en algo.
Iba a quejarme por lo lento que estaba siendo hasta que me di cuenta quién era, no sabía dónde meterme nuevamente.
— La concha de mi madre. — murmuré para mi mismo mientras lo veía cada vez más cerca hasta tenerlo frente a mi.
— Aquí tienes. — Me tendió la botella y la tomé sin mucha amabilidad.
— Si, gracias.
A toda costa evité hacer contacto visual con él mientras bebía agua hasta dejar la botella por la mitad, hacía bastante calor y por eso el día se volvía bastante pesado.
— Vi esa barrida que hiciste, ¿no te lastimaste?
Arquee una de mis cejas al escucharlo, por qué mierda se estaba preocupando por mi si nisiquiera sabía su nombre. Solté un pequeño suspiro antes de atreverme a mirarlo, cosa que evitaba hace menos de diez segundos.
— No, ya estoy acostumbrado. Además si no hago una buena defensa y mi equipo no tiene la confianza de que no nos van a hacer un gol conmigo ahí es como si estuviera al pedo.
Me di cuenta que tuvo el descaro de mirarme de arriba hacia abajo y viceversa, ¿qué tanto me iba a analizar? ya me caía mal.
— ¿Vos no tendrías que estar con tu equipo? Digo, como hoy a la noche arrancan los partidos deberían prepararse.
Scaloni todavía no me llamaba para que vuelva así que fue inevitable que me quede charlando con él, ni siquiera era algo planeado, simplemente pasó.
— Es divertido ver los cambios de actitudes que tienes, ¿te pongo nervioso? —Preguntó mientras daba un paso más adelante.
Ah no, este no tenía idea dónde se estaba metiendo.
(autor: sonny trata de ligarselo y cuti piensa que lo está provocando para irse a las piñas xd)
— ¿Ponerme nervioso vos a mi? Quién te comiste que sos. — También di un paso adelante con mi ceño fruncido. Estaba más que seguro que los otros boludos atrás mio debían estar observando todo lo que pasaba.
— Nadie, pero anoche no parecías verte tan rudo como hoy, ¿te tengo que hacer acordar?
— ¡Árbitro, metió mano, saquele roja! — Gritó Otamendi a lo lejos y papu hizo sonar el silbato.
Yo seguía en un trance porque ahora tenía sus manos en mi cintura y su cara cerca de mi cuello. Mi cerebro mandaba todas las señales posibles a mi cuerpo para que lo empuje y salga de ahí, pero por primera vez en mis 24 años de vida mi instinto de omega me ganó y me hizo quedarme quieto.
— Soltame.
Intenté pronunciar en un tono amenazante, pero mi voz salió de una forma más neutral de la que esperaba. La carcajada que soltó, probablemente por la ridícula reacción de omega que estaba teniendo, me hizo reaccionar.
Posé mis manos sobre sus hombros y lo aparté, aunque al hacer eso un frío repentino me invadió por completo. No era un frío literal sino una sensación interior, porque mientras me estaba abrazando había sentido un tipo de calorcito inexplicable que ahora me molestaba no tener. Carraspee y dejé la botella apoyada en su pecho para que la agarre.
— Ahora tengo que seguir entrenando así que no me jodas más.
Mi plan era dejarlo sólo ahí mismo y volver a lo mío intentando olvidarme de toda esa situación que fue presenciada por mi selección lastimosamente, incluso por Scaloni seguro, pero no pasó. Su mano se posó en mi muñeca y me jaló hacia adelante de nuevo, antes de que pueda decir algo tenía unos labios sobre los míos, callándome.
Abrí mis ojos con sorpresa, mientras en mi mente corría el pensamiento de empujarlo, al parecer mi instinto de omega se había complotado con el maricón de mi corazón para no querer alejarme y corresponderle.
Y es que debían entenderme, era la primera vez que tenía ese tipo de sensación tan agradable con un alfa... o con cualquier persona en general. Los únicos que tenían derecho a abrazarme o tocarme sin que me sintiera disgustado eran mis pibes de la scaloneta, pero ahora estaba siendo besado por un coreano que no conocía y se sentía igual de bien y bonito.
Mi mano libre se posó sobre uno de sus hombros alargando el beso más de lo esperado. Lo que me hizo entrar en razón fueron los gritos y piropos de Otamendi, Rodrigo, Enzo y como no, papu. Ahí si fue cuando me separé de golpe y agaché la mirada, sin decirle nada más me fui trotando hasta el campo de entrenamiento de nuevo.
— ¿Y eso, Cuti? Te lo tenías bien escondido. — Dijo Rodrigo mientras pasaba su brazo por mis hombros a lo que rodé los ojos.
— Son unos metidos de mierda, si siguen así lo más leve que les voy a hacer es una fisura en la tibia a cada uno.
— Fuaaa, mejor le decimos a ese coreano que venga a besuquearte de nuevo para que se te calmen los humos. — Esta vez habló Enzo mientras aprovechaba la oportunidad para acercar a Julián y hacernos burla.
Menos mal que estábamos en el mundial, que eran de mi equipo y que los quería porque sino los mataba.
Ahora no iba a poder bloquear ese beso de mi cabeza por más que lo intente. Maldito alfa asqueroso que se tomaba el atrevimiento de besarme así y agarrarme como se le cantaba... Lo que más me molestaba no era eso, lo que más me tocaba las bolas soberanamente era que me había gustado y quería volver a repetirlo. Lo odiaba.

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Opuestos. [CutiSon]
Fanfiction[COMPLETA 4/01/23] Cristián Romero, mejor conocido como "Cuti Romero" era una amenaza para cualquier jugador que no sea parte de su selección, el joven omega de 24 años tenía una defensa impecable. No le tenía miedo a deslizarse por el piso para ba...