s e v e n t e e n.

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Intenté no sobre pensar tanto la situación para que todo saliera bien. Después de darme una ducha rápida me cambié con ropa casual y salí directamente hacia la florería; eran las siete de la tarde así que debía apresurarme, para mi suerte no quedaba demasiado lejos de donde estábamos así que en unos 30 minutos ya las había recogido y estaba de nuevo en el hotel.

Traté de pasar desapercibido con el pequeño ramo medio escondido contra mi pecho cuidando de no aplastarlo, pero no pude lograrlo porque cierto brasileño estaba más atento que una lechuza a lo que hacía. Escuché unos pasos apresurados a mis espaldas y luego una mano sobre mi hombro hizo que me detenga.

— ¿Qué es todo esto? — Preguntó el rubio con una sonrisa picarona.

— Estoy haciendo lo que me dijiste, voy a hablar con él. Esto es un detalle que planeo darle para suavizar el ambiente.

— Oh, mi querido Son Heungmin, un alfa tan cariñoso y romántico que la vida cruzó con un omega de carácter rudo y rabioso.

— No lo llames así. — Le dí un pequeño golpe en el hombro a modo de juego.

— ¿Me equivoco? — A pesar de que no lo hacía simplemente sonreí y me liberé de su agarre.

— Déjame ir antes de que se me haga tarde, no puedo estropearlo ahora.

Me dijo un "buena suerte" en portugués antes de volver a sus asuntos. Tomé mi teléfono para revisar la hora dándome cuenta que faltaban unos 15 minutos antes de encontrarnos; tomé aire y me dirigí hasta las gradas donde habíamos quedado de vernos.

Cuti POV's.

No había encontrado a Pablo ni Scaloni por ningún lado, aunque de todas formas ya no los necesitaba. Tampoco esperaba encontrarme con Heungmin y terminar en un citado para hablar de, probablemente, nosotros. Simplemente solté un suspiro sabiendo bien lo que debía hacer antes de llegar.

Entré al hotel comenzando a buscar a Emiliano, independientemente de mi situación con el alfa surcoreano, necesitaba hablar con él para aclarar bien las cosas y no acabar metiéndome en un lío tras otro.

Lo encontré en el comedor, estaba merendando algo junto a Lautaro y Otamendi. Me acerqué a ellos y posé mi mano sobre su hombro.

— Ah, Cuti. Hicimos los licuados que nos recomendó Pablo y te guardé uno, ¿lo queres ahora? . — Continuaba teniendo esos gestos conmigo los cuales probablemente iban a terminarse después de esa charla.

— No, estoy bien. Pero quiero hablar con vos de algo importante, en privado. — Se miró con los otros dos que empezaron a hacerle caras y yo suspiré.

Cuando se levantó lo llevé fuera de la cocina, salimos en busca de un lugar que no sea tan concurrido para poder estar tranquilo. Podía percibir su confusión y curiosidad de saber porqué lo había llamado.

— ¿De qué queres hablar? ¿Estás bien?

— No te quiero cerca. — Lo miré seriamente. — No me malinterpretes, lo que pasó anoche y esta mañana fue una equivocación, los dos estábamos tomados y yo seguía medio boludo por lo que me había pasado con Son, pero no te quiero conmigo.

Pese a que siempre intentaba ser sutil con mis palabras nunca funcionaba, acababan saliendome de una forma poco amable.

— ¿Me estás diciendo en serio? — Parecía no querer aceptarlo.

— Si, es mejor frenar todo para que no sigas desarrollando cosas por mi que no van a ocurrir. Tuvimos un roce, pero nada más... además, voy a tener un encuentro con Heungmin en media hora y no sé qué pueda llegar a pasar. No quiero lastimarte, Emi, por eso te lo digo ahora y de frente.

Opuestos. [CutiSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora