Narra Irem
Me pegué en la puerta luego de cerrarla y me llevé la mano al pecho.
── ¿Eres estúpida? ──Hablé para mí misma── ¿Cómo se te ocurre decirle que huele bien?
Cuando recordé lo que dijo, me olí.
── Sí que necesito una ducha.
Me dí una ducha y luego llené mi jacuzzi de agua caliente tibia.
Mientras estaba metida ahí, con los ojos cerrados, pensé en su cuerpo. Tiene todos los músculos muy marcados, y con esos tatuajes que tiene repartidos por todo el pecho, cuello, abdomen y brazos, se ve muy sexi. Incluso pude apreciar que tiene uno más para abajo de la v que tiene bien marcada, no pude verlo bien porque su dichoso calzoncillo lo tapaba.
Tiene el pelo negro precioso dividido al medio, una nariz fina y unos labios carnosos rosados. Sus ojos rasgados le dan un toque muy tierno cuando sonríe, porque los ojos se le cierran.
Hoy fue la primera vez que lo ví, ni siquiera sabía que aquí había un coreano, mucho menos que fuera la mano derecha de papá.── ¡Por dios, Irem! Para ya, es un idiota ──Suspiré y salí del jacuzzi── Por el dolor que estás pasando ahora mismo, recuerda no volver a insultarlo ──Me susurré.
Me vestí con el pijama y me senté a hacer deberes. Cené en la habitación porque aún sigo enojada con mis padres por obligarme a hacer lo que no quiero.
Ya iba a acostarme cuando tocaron mi puerta.── ¡Adelante!
── ¿Segura?
── ¡No, no entres!
Me acerqué rápido a la puerta y la abrí, pero no completamente. Me miró sin ningún disimulo, terminó sonriendo.
── Bonito pijama.
Me miré a mí misma.
¡Maldita sea! ¿En serio? ¿No podía ocurrirseme ponerme otro pijama? Tenía que ser justamente el pijama de unicornios. Por lo menos es lindo.
La parte de arriba de tirantes, me llegaba al ombligo, y la parte de debajo es un pantalón corto.
Cuando lo miré, estaba mirando mi pecho.
Normal, los pezones se me marcaban porque no me había puesto sujetador.
Aclaré mi garganta logrando que me mirase.── ¿Qué querías?
── Dejaste los tenis en el vestuario.
Me dí cuenta cuando salí del gimnasio, pero obviamente no iba a devolverme. Saque una mano para cogerlos, y cómo no, se cayó uno. Ambos nos agachamos para cogerlos.
Nos quedamos mirando. Fue bajando su vista. Sonreí y me puse de pié. Miró mis piernas y luego levantó la cara para mirarme desde abajo. Por alguna razón, me gusta que me mire así.── ¿Todo bien? ──Ambos miramos a mi padre, que tenía los brazos cruzados en la espalda.
Él aclaró la garganta y se puso de pié.── Sí señor, solo vine a traerle los tenis a la señorita Irem.
── ¿Qué tal estuvo el entrenamiento?
── Muy bien, la señorita Irem se esforzó mucho, tuvimos algunos problemas pero supimos resolverlos y ya no volverán a ocurrir ──Me miró── ¿Verdad?
¡Serás capullo!
── Sí ──Dije finalmente.
── Me alegro mucho cariño. Kian, ahora tienes entrenamiento con los chicos, ¿no?
── Sí señor.
── Bien, no te quito más tiempo. En cuanto termines el entrenamiento, vete a dormir.
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La hija del presidente
PovídkyXx: Yo, Kian, prometo dar mi vida por su hija. Nadie le pondrá un dedo encima, y el que lo haga, morirá. Portada hecha por: @Nicole_Rizzo •NOVELA 100% MÍA •PROHIBIDA SU COPIA