La hija del presidente

Capítulo 12

Narra Kian

Me encontraba sentado en un reservado, aburrido. Prefería estar en la mansión, concretamente con la pelinegra ojos verdes que me vuelve loco, pero no, me tocaba estar en la discoteca en mi noche libre sólo porque se lo debía a los chicos. La última vez que salieron yo no quise salir, me hicieron prometer que saldría a la siguiente vez.
Bebí de mi copa y miré mi móvil.
La una de la noche.
Yo estaba solo en la mesa porque Nouel y los otros, estaban por ahí con unas chicas.

── Chinito ──Rodé los ojos── Hacía tiempo que no te veía ──Se sentó en mis piernas.

── Estoy cansado de decirte que soy coreano.

── Sabes que solo lo hago para molestarte ──Metió su mano por mi camisa, ya que los primero botones estaban sueltos. Sujeté su mano.

── Tengo novia, no quiero que vuelvas a hacer esto.

Nos quedamos mirando un momento hasta que empezó a reírse.

── ¿Estás de broma, no?

── No.

── Pero...Tú siempre has dicho que nunca tendrías novia.

── Bueno, pues ahora ya tengo. Nunca digas nunca.

── ¿Por qué a mí nunca me aceptaste sabiendo que me gustas? ──Preguntó molesta. Suspiré.

── Seamos realistas, Coral, tu trabajo es acostarte con prácticamente todos los hombres que vienen aquí, eso no me gusta ──Su semblante empeoró── Mi mujer es solo mi mujer, ningún otro hombre puede tocarla. Ahora, ¿puedes hacerme el favor de quitarte de encima? Estoy seguro de que si ella viera esto, no le gustaría nada, además, le estoy faltando al respeto.

── Eres un...──Se quedó callada. Nos quedamos mirando. Suspiró y acarició mi nuca── Kian, no me importa compartirte ──Se acercó y besó mi cuello, la separé de mí, hice que se parara y me puse de pié.

── Te dije que no ──Hablé molesto.

── Puto Imbécil ──resopló y se alejó. Miré a Noeul, que estaba apoyado en una pared, sonriendo.

── Vaya, estás enamorado, creí que caerías en cualquier momento.

── Lo tengo con Irem es en serio, no lo estropearé por algo momentáneo. Me regreso a la mansión, aquí solo estoy aburrido.

── Claro, claro, solo estás pensando en tu mujer ──Se burló de mí. Lo empujé un poco y me alejé.

── ¡Cuando te enamores, me entenderás!

Una vez en la mansión, subí a la habitación de ella y abrí la puerta sin tocar. Me miró de inmediato, estaba metida en la cama.

── Coreano, ¿donde estabas? Fui a tu habitación y te busqué prácticamente por todas partes.

Sonreí.

── Estaba en la discoteca ──Me senté en el borde de la cama── Los chicos me obligaron a ir.

Apartó las sábanas y se sentó a horcajadas sobre mí. Mordí mi labio cuando ví su pijama. La parte de arriba era de tirantes y estaba sin sujetador porque se le marcaban los pezones, la parte de debajo era un short súper pequeño y ajustado. Llevé las manos a su culo y la pegué más a mí.

── Creí que estabas enfadado conmigo por lo que pasó en la tarde.

── Estoy enfadado con mis compañeros,  que son unos salidos, no contigo, tu puedes vestirte como quieras ──Besé su cuello y fui bajando por el centro de su pecho. Tiró de mi pelo por detrás para que la mirara, eso hice, su otra mano la dejó en mi barbilla y me besó. Le seguí el beso.
Al separarnos, dió besos en mi mejilla y fue bajando por mi cuello. Se detuvo y giró mi cuello hacia un lado, luego me miró con el ceño fruncido, yo también lo fruncí sin entender.