Over The Moon [Tsukishima Kei]

CAPÍTULO 12

Despertar a un lado del amor de su vida se sentía como una droga la gran mayoría de las veces, algo así como un calmante que le hacía sentir totalmente completa, podía pasar horas viendo a su amado dormir y solo pensar en lo afortunada que se sentía, aunque esa paz nunca duraba mucho...

Había pasado un gran rato cerrando los ojos intentando volver a dormir pero aquella pequeña cama le estaba haciendo sentir más que incómoda. Se acomodaba discretamente contra el pecho de su novio para sentirse más cómoda pero realmente no estaba funcionando.

Abrió los ojos en cuanto sintió que una mano estaba pasando suavemente por su cabello, supo al instante que Kei estaba despierto.

—Perdón... no quería-

—Llevó despierta hace horas —le interrumpió Kyoko acomodándose en la cama con más libertad pues ya no tenía miedo de despertar a Kei.

—¿Y por qué no me despiertas?

—Te ves lindo durmiendo —se rio jugando con el cabello en la frente de su novio— hasta así pareces enojado.

Kei parecío que se iba a quejar pero estaba disfrutando el tacto así que mordió su labio inferior y cerró los ojos suspirando.

—Me decían lo mismo cuando niño.

—¿En serio?

—Sí y una vez me lo dijo Suga-san...

—No se porque me lo imagino —ambos rieron.

Aquel pequeño esfuerzo les hizo doler algunos músculos por lo que sonrieron al notar como sus risas se cortaban.

—Me duelen partes del cuerpo que no sabía que existían —murmuró Kei a lo que Kyoko le plantó un beso en la mejilla con una sonrisita.

—Te lo advertí, Tsukishima Kei...

Kei asintió en silenció pasando una mano por la mejilla de la chica con algo de dulzura.

—¿Tú mamá está allá abajo? —cambió el tema pues realmente estaba desesperada de estar acostada.

—Podría apostar que sí —murmuró Kei cerrando los ojos una vez más— no creo que sea la mejor manera de que vuelvan a hablar...

—Ya sé, pero estoy algo incómoda...

—Avísame esas cosas... —el rubio abrio las mantas y se acomodó correctamente  para demostrarle que podía acostarse sobre él.

No tenía porque ser algo sexual, lo hacían hace mucho tiempo y era algo tierno.

Kyoko rodó sobre si misma y pasando una pierna por el cuerpo de su novio se acomodó en su pecho sintiendo una mano en su cintura acomodándose ambos.

Se sentía una vez más como un calmante, ahora podía escuchar el suave golpeteo de sus latidos y se sintió calmada por ello, aunque en el fondo también le perturbó un poco.

Cerró los ojos una vez más ignorando el caos que pronto se avecinaba.

Hablaron de algunas tonterías triviales, eso incluyó una posible cita al cine y el no-trabajo de Kyoko.

—¿No crees que eres demasiado exigente?  llevas poco tiempo sin trabajo.

—Sí, pero me van a echar a patadas de mi casa si no pago en el tiempo.

Claramente era consciente de que llevaba un tiempo trabajando en exceso y perdiendo parte de su vida en el proceso, pero no tenía muchas opciones.

—Vive conmigo, Kyoko.

Levantó la cabeza para ver a Kei y el parecía tranquilo así que lo tomó como un chiste.

—Sí, claro... —rió volviendo a acomodarse en su lugar.