CAPÍTULO 14

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Y Diciembre se había acabado una vez más, dejando atrás lo malo y así empezar de manera correcta el año.

O eso esperaba Kyoko.

Kei había empezado oficialmente su trabajo en el museo y aunque estaba agotado todo el tiempo estaba bastante feliz, dentro del estrés que era todo lo demás.

Kyoko volvió a clases y al parecer estaba terminando el tercer año universitario con bastante éxito.

Y con lo que respectaba a su relación, ambos estaban al borde de la locura con su boda.

—Mamá, ya te dije... en enero del próximo año... ¡Es un simbolismo!

Todo el mundo que sabía de las noticias estaba obsesionado con los detalles y bueno, la recién comprometida pareja no estaba muy preocupada por eso, al menos no aún.

Kei se dejó caer en la cama a un lado de Kyoko quien se concentraba en el informe que estaba haciendo, y pronto había colgado el teléfono y miró al techo agotado.

—¿Otra vez?

—Otra vez... mi madre dice que tenemos que pensar en la boda un poco más, que no debemos ser esas parejas que están eternamente comprometidas y blah blah.

La castaña dejó a un lado su laptop para centrarse en Kei.

—Sí fuera por mi nos casariamos mañana mismo, pero no es tan sencillo —se quejó el rubio acomodándose en la cama para abrazar a Kyoko— además quiere que tengamos la boda del siglo.

Kyoko abrazó a su prometido de vuelta, últimamente parecía que todo le molestaba un poco más de lo que siempre lo hacía y podía entenderlo, Kei tenía demasiadas responsabilidades.

Aunque le daba miedo que no supiera manejar tanto estrés.

—Cariño, tranquilo, tenemos todo el tiempo del mundo —le sonrió y lo pegó a su pecho.

—Quiere que tengamos una boda tradicional, a lo grande, con lo de las velas y todo.

—¿Y tú qué quieres?

—Quiero casarme contigo, no importa como.

Sus mejillas se tiñeron de rojo y para ocultar su vergüenza se escondió en el cabello de Kei.

—¿Te das cuenta que todo lo volvemos un problema?

Ambos rieron.

Hablaron un poco del tema, pero nada concluyente antes de que la alarma de Kei sonara por toda la habitación obligándole a levantarse de aquella pacífica situación.

Ya era la hora de Kei de trabajar.

A Kyoko le tocaba turno de noche así que volvió a tomar su computadora para avanzar con el proyecto de psicopatologia.

Lo vió arreglarse, se puso su credencial, se peinó y salió por la puerta.

En cuanto escuchó la puerta cerrarse tomó su celular y llamó.

Tenía una pequeña idea formulandose en su mente durante la última semana .

—¿Yamaguchi?...

.
.
.

Kei tenía un partido esa tarde y ellos una pequeña sorpresa.

Dejo pasar a sus amigo, y mientras él sacaba algunas cosas de las bolsas que cargaba, Kyoko les servía té.

—Resulta que no venden disfraces de rana para hombres adultos de metro ochenta, pero... ¡conseguí diademas!

Se acercó desde la cocina dejando las tazas a un lado de ellos para observar.

Over The Moon [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora