୧ ׅ𖥔 ۫ 𝑻𝒉𝒊𝒓𝒅 ⋄ 𓍯

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Al llegar a la mezquita, la ceremonia empezó a tomar forma. Mientras se oían plegarias acompañadas del eco de las voces de la gente rezando, ambas sultanas estaban tomadas de las manos mientras que mehmed iba con la vista en el suelo pero siendo huida por Gulsah. En el momento en el que la comitiva paró, fue cuando el ataúd empezó a ser sepultado, el sultán estaba con una mano en el ataúd mientras que miraba a sus hijos con lágrimas en los ojos. Mustafa estaba al lado de su madre mientras miraba a sus hermanos menores con preocupación, Mahidevran se encontraba manteniendo un rostro neutro aunque conservando la cabeza levemente inclinada en señal de respeto hacia la difunta y la familia imperial. Estaba recordando todo lo que había vivido con Hürrem, el como tantas veces la había detestado por quitarle todo pero otras tantas agradecido que hubiese llegado. Si por ella no hubiera sido rota la regla de "1 hijo por concubina", su pequeña sultana Turhan no estaría ahora con ella. Así que en el momento en el que pidió que solo la familia real rezara, empezó a orar para que la haseki llegase al reino de Allah. Tantos pensamientos se encontraban en la cabeza de la castaña, aunque sostenía la mano de su hijo con cuidado
-(Hürrem, espero encuentres la paz al lado de tu familia, espero Allah perdone tus pecados y confíes en que tus hijos estarán en buenas manos)- Pensó la sultana mientras el féretro era terminado de sepultar -(Espero que en otra vida seamos amigas, espero que en otra vida no tengas que sufrir lo que sufriste al llegar al imperio y sobre todo espero que me perdones)- Fue lo último que pensó mientras hacía una última reverencia

Por protocolo imperial, debía retirarse para permitir que la familia de la haseki permaneciera con ella en un momento de intimidad así que se acercó junto con Mustafa hacia el sultán, el sehzade y la sultana. Hizo una reverencia mientras miraba al sultán con ojos calmos
-Su majestad, me retiraré para poder dar su espacio con su esposa e hijos. Si me lo permite, me gustaría que Gulsah se quedase para cuidar del sehzade Mehmed y la sultana Mihrimah- Dijo de forma tranquila, mientras volvía a bajar la mirada
El sultán solo la miró con ojos algo vacíos y llorosos mientras murmuraba -Claro, que se quede la señorita. Puedes retirarte Mahidevran- Aunque luego sostuvo su mano -Toma- Dijo dándole el anillo de esmeralda y luego volteándose abrazando a sus hijos para continuar con su luto
La sultana solo hizo una reverencia mientras veía el anillo y le indicaba a Gulsah que se quedara con ellos, siendo escoltada por Mustafa hacia el palacio de nuevo. Estaba jugando con el anillo aunque tenía una mueca, no lo quería y sentía que Hürrem debió ser enterrada con el por lo que al llegar al palacio, fue a los aposentos del sultán para dejar el anillo en el escritorio y dentro de una cajita, no quería un anillo que no le pertenecía y supuso que el sultán se lo dio para guardar más no para usar. Al salir de los aposentos, decidió darse una ducha por lo que fue acompañada y bañada por sus criadas, aunque para su mala suerte la madre sultana había pedido su presencia. Debía usar colores oscuros por lo que siguió portando un vestido negro y una corona no muy adornada para no verse ridícula o feliz por la muerte de la haseki, al llegar a los aposentos de Hasfa simplemente hizo una reverencia mientras veía a su suegra con curiosidad, no tenía idea de porqué la había llamado pero supuso que era por una buena razón
-Madre, me a llamado ¿Se le ofrece algo?- Dijo de forma suave aunque intentando no verse brusca
-Mahidevran, mi querida nuera. Te eh llamado para hablar sobre Hürrem- La sultana mayor había dicho las palabras con algo de alegría
-Claro madre ¿qué pasa?- Hablo mientras se sentaba al lado de su suegra con elegancia
-Hürrem a muerto y tú podrás tener por fin el lugar que mereces como madre de Mustafa- Dijo de forma simple y siniestra mostrando una sonrisa cínica
-Disculpe madre, pero el sultán tomó la decisión de amar más a Hurrem que a mí, y tomara más concubinas luego de que ella partió al reino de Allah- Fue lo único que dijo, intentaba mostrarse entusiasmada como ella, pero la verdad es que solo quería vivir en paz, ya no le interesaba el amor del sultán y el poder que eso conllevaba
-Te mandaré a los aposentos del sultán, te amará. Ve a prepárate- Dijo moviendo la mano para que se fuera

La sultana no tuvo más remedio que levantarse y hacer una reverencia, luego salió de los aposentos para ser cambiada aunque seguía vistiendo de negro. Los niños al ver que era preparada, empezaron a murmurar mientras Raziye se acercaba a su madre
-Ma..¿irás con?..- Dejó la pregunta en espera
-Si, tu abuela quiere que valla. Espero volver pronto porfavor cuida de tus hermanos- Dijo mientras se incaba y la abrazaba, siendo alcanzada por Mustafa y Turhan abrazándola. Luego vio a los cuatro hijos de Hürrem y les permitió que se acercasen -Vengan, no tienen que pedir permiso- Al oír esas palabras, los niños se acercaron al tan añorado abrazo
Luego de levantarse los miro
-Gulsah, que todos duerman como ayer y en cuanto puedas, pide una cama extra para los niños y para ti. Necesito que todos descansen- Dando besos a sus hijos, salió de sus aposentos hacia los del sultán

Al llegar a los aposentos de este, permitieron su entrada e hizo una reverencia hacia el sultán. Aunque a los pocos segundos levantó la mirada para verlo, el hombre estaba en su escritorio con una botella de vino en mano y se veía desaliñado. Nada digno de un sultán quedaba en él pero la mujer se quedó callada en señal de respeto, aunque el sultán fue el primero en hablar
-¡¿Qué haces aquí?! ¡A caso quieres tomar el lugar de Hürrem!- Dijo el sultán tomando otro largo trago -¡Tu y mi madre solo quieren que dé más hijos a la dinastía, pero la mujer con la que quería todos mis hijos está muerta!- En ese momento se levantó mientras aventaba las cosas del escritorio -¡Eres una esclava, una esclava que está a mi disposición pero es igual de inútil que las demás!- Volvió a tomar, mientras Mahidevran solo recibía un regaño que no debía recibir. La sultana tenía los ojos llorosos ¿Por que ser tan cruel con ella cuando fue la única que se preocupó por la pelirroja en sus últimos momentos? -¿Crees que eres importante? ¡Escúchame bien, jamás tomarás el lugar de mi haseki y jamás tomarás el lugar que ella dejo en mi corazón!- Lo último que dijo fue acompañado de un largo trago y la botella fue lanzada hacia la sultana, la cual pudo esquivar aunque con un rasguño en la mejilla
La joven castaña, levantó la cabeza mientras lo miraba, había reunido todo el orgullo y coraje luego de tantas faltas de respeto que había cometido el sultán patan que tenía enfrente
-¡Sabe que! No pienso lidiar contigo ¡Eres un patan!- Levantó la botella y se la lanzo al sultán con fuerza pero sin golpearlo -¡No quiero remplazar a nadie, no quiero un maldito título, no quiero ni tocarlo una sola noche! Si, soy una esclava ¡Y madre de su primogénito! Y si, soy igual de inservible que las demás pero al menos tengo coraje de hecharme la culpa de mis errores ¡Cuide a tu esposa en sus últimos días, cuidó a tus hijos porque me lo pidió de favor! ¡Y tú tomando como un...como un idiota!- Tenia todavía más coraje contenido -¿¡En serio cree que luego de tantos años en los que me humillo voy a llegar a tomar una oportunidad que me importa lo mismo que su título y su corona barata!? No lo amo ¡Jamás lo haré, ni siquiera quería estar aquí esta noche! Pero su madre me envió, me retiro Süleyman y me importa ¡Muy poco si me ejecutan! Pero al menos habré muerto haciéndole saber que es un patan y un egocéntrico bueno para nada- Luego de terminar, tomó aire y analizó la situación. El sultán estaba con la boca levemente abierta atrás del escritorio viendo a su primera esposa, mientras esta tenía una leve cortada en la mejilla por la botella. Aunque Mahidevran tenía que irse lo más rápido, decidió cruzarse de brazos hacia el, mirándolo con ojos de odio, había derramado muchas lágrimas y ya no lo iba a hacer por alguien que no la valoraba -Bien, buena noche y ojalá y se ahogue con su saliva en la noche- Fue lo último que dijo para darse la vuelta y salir sin hacer ningún tipo de reverencia. Los guardias al ver a la sultana, intentaron disimular su sorpresa y Gulsah al ver a su sultana herida, le pidió que esperase afuera de los aposentos para poder curarla para que sus hijos no la vieran. Luego de que su pequeña herida fuera limpiada y disfrazada decidió volver a sus aposentos, acostándose en el suelo con unas almohadas y con una manta encima para poder dormir (quizás su última noche con vida pero feliz y desahogada)

𝑶𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅𝒆𝒔- 𝑴𝒂𝒉𝒊𝒅𝒆𝒗𝒓𝒂𝒏 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora