୧ ׅ𖥔 ۫ 𝑻𝒉𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏 ⋄ 𓍯

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Mahidevran se estaba cambiando mientras era peinada y arreglada con esencias. Al terminar de ser arreglada acomodó el hermoso vestido y miró a sus criadas y luego a sus hijos sonriendo un poco. Una Kalfha llegó con calma, mientras hacía una leve reverencia
-Sultana, permítame llevarla con su majestad.-
Mahidevran asintió ante esto y salió seguida de la Kalfha y de sus criadas.

Al llegar pidió ser anunciada y así fue. Le permitieron la entrada mientras sonreía y hacía una leve reverencia hacia el sultán
-Su majestad.- Murmuro Mahidevran
-Mahidevran, ven. Adelante.- Dijo sonriente el sultán

El sultán se acercó a la castaña acariciandole la cara con cuidado, le gustara o no admitirlo iba a extrañarla. Amaba verla más feliz y acompañada de tantos niños por lo que se sentía mas feliz y ya no sentía tanto la ausencia de la pelirroja. Le dio un suave beso en los labios siendo correspondido por esta y ambos entraron a la cama juntos, cumpliendo su deber como regentes del imperio

Al día siguiente, Mahidevran despertó junto a Süleyman con un leve dolor de cabeza, solo acariciaba el cabello (calva) del hombre mientras soltaba un pequeño suspiro y se sentaba en la cama. La mujer miró al rededor y tomó una bata, cubriéndose el cuerpo con ella y acercándose a la puerta para pedir el desayuno. La mujer tenía una suave sonrisa en los labios y esperó a que el sultán despertara

Hatice estaba hablando con Akar mientras intentaba convencerlo para que volviera a trabajar a su lado, sin embargo Akar simplemente se mantenía en silencio, viéndose claramente irritado por la presencia de la sultana de sangre
-Ya eh dicho que no trabajaré para usted una sola vez más. No me interesa si intenta cortar los suministros para los medicamentos de mi madre ¿entiende? No volveré a traicionar a la sultana- Akar respondió, visiblemente enojado ante tal insistencia por parte de la sultana de sangre
-Entonces deberás entregar tu cabeza por eso.- Hatice finalmente contestó mientras se acercaba a Akar con una suave sonrisa -Pero tu madre lo hará primero y haré que te sirvan su propia alma, para que te revuelques-

Sin más que decir, Hatice partió lejos mientras era seguida por Rustem, el cual vio por unos cuantos segundos a Akar para después partir, siguiendo a su sultana de forma silenciosa y analizando las opciones que tenía
El joven guardia se quedó quieto, mientras las palabras de Hatice resonaban en su cabeza pero no hizo mayor escándalo simplemente volvió a su puesto, esperando que Mahidevran lo llamara para poder conversar con ella o como mínimo poder tocar a su sultana una última vez antes de huir con su madre

Mahidevran dejó los aposentos del sultán unas cuantas horas después mientras Akar la esperaba. Los ojos del guardia se entristecieron al ver a Mahidevran salir de los aposentos del sultán en bata, sabiendo perfectamente que el amor de su vida había pasado la noche con su esposo sin embargo no podía reprochar nada, al final, solo fue un amorío de rato
Mahidevran pasó de largo mientras sus criadas la ayudaban a verse un poco más presentable ya que debía ir a la sala común en menos de media hora y eso sería un poco contraproducente para los pocos utensilios de arreglo que tenía a la disposición
Al ver que las sirvientas salían a buscar un vestido, Akar rápidamente tomó la mano de la sultana y la guió a un pasadizo secreto, arrinconándola rápidamente para obligarla a escucharlo

-Mahidevran debes...- Pero el joven fue interrumpido por una bofetada de parte de la castaña, haciéndolo abrir los ojos de par en par
-Soy sultana, soy la sultana Mahidevran y no vuelva a hablarme en ese tono, guardia- Mahidevran ordeno, con clara furia de que él quisiera volver luego de destrozarle el corazón
-Sultana...debe escucharme, porfavor- Akar pidió en Piedad mientras tomaba las manos de su sultana, poniéndolas contra su corazón -Solo siente como se acelera cuando estoy cerca tuyo, porfavor. Déjame explicarte, déjame...porfavor- El guardia suplico mientras lloraba, dejando que Mahidevran sintiera su corazón acelerarse por su cercanía

𝑶𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅𝒆𝒔- 𝑴𝒂𝒉𝒊𝒅𝒆𝒗𝒓𝒂𝒏 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora