୧ ׅ𖥔 ۫ 𝑭𝒊𝒇𝒕𝒉 ⋄ 𓍯

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1 año después

Había ya pasado un año desde la muerte de Haseki Hürrem Sultán, el palacio había cambiado a montones y las fiestas se habían prohibido hasta nuevo aviso por un decreto del sultán. El sultán solo había visitado a su única esposa en múltiples ocasiones, aunque nunca llegando a consumar la noche por petición está. Mahidevran había sido declarada una mujer libre y por ende, tenía un poco más de influencia en el palacio, sin embargo ella solo había aprovechado para dar caridad al pueblo otomano. La sultana tenía 7 hijos, ya que había sido nombrada la nueva madre de los hijos de la difunta Haseki y sus hijos parecían vivir en calma ante cualquier adversidad. Raziye y Mihrimah salían a pasear casi todos los días, Mehmed y Mustafa se la pasaban en los campos entrenando, Turhan gustaba de leer libros y Selim y Bayaceto crecían todos los días con más fuerza y un padre orgulloso a su lado. Aunque la calma no podía ser para siempre, ya que una tarde hermosa, Mahidevran fue llamada a los aposentos de la madre sultana
-Mahidevran- Habló la suegra mientras la miraba con cortesía, su amistad se había visto tentada varías veces luego de la muerte de la pelirroja
-Madre sultana- Dijo la joven sultana inclinando levemente la cabeza en una reverencia y acercándose para sentarse -Me a llamado ¿existe algún inconveniente?- Dijo con simpleza, podría ser un reclamo, una queja de su hijo el sultán o de los sehzades
-Eh oído que no has consumado el matrimonio con mi hijo desde hace un año- Dijo la madre del sultán con algo de disgusto -Si no te apuras, mi hijo podrá tomar más concubinas y..-
-Y dejarme a un lado nuevamente- Terminó la frase que su suegra había dejado incompleta -Sultana, lamento no poder alegrarla con más nietos y herederos para el imperio pero su hijo y yo hemos decidido esperar a que sea prudente- En realidad no habían acordado en nada, solo que una noche Mahidevran le dijo a Süleyman que no la tocara porque lo castraria aunque fuese el sultán
-Comprendo, pero me veré en la obligación de meter a otras mujeres a los aposentos de su majestad si es que no cumples con sus necesidades- La estaba apresurando, quería que ella fuese la única nuera y madre de los hijos del sultán
-Hágalo, es su deber y el sultán debe cumplir con su parte. No rechazará a las concubinas que le mande- Dijo con simpleza mientras tomaba un té que se le había ofrecido -Su hijo no desea tocarme, ni yo a él por luto de Hürrem y prefiero que esté con otras concubinas- volvió a hablar mientras se acomodaba el cabello
La madre del sultán solo sintió su mandíbula tensarse, hoy la mandaría otra vez a los aposentos de su hijo pero con trucos bajo la manga y rezando a Allah que quedará embarazada nuevamente para poder sostener su poder
-Comprendo, aunque me gustaría que fueses nuevamente esta noche, como última vez- Pidió la señora mientras miraba a la menor
-Si usted lo pide madre, no soy quien para negarme- Le mostró una sonrisa tensa, para no parecer mal educada aun sabiendo que no se acostaría con el sultán

Al caer la noche, fue soltada por Hasfa y se dirigió a sus aposentos viendo a sus 7 hijos haciendo reverencias y acercándose a saludarla con cariño. Gulsah fue notificada del pedido de la madre sultana y fue a preparar un baño mientras Mahidevran era cuestionada por sus hijos
-¿La abuela quiere más nietos?- Preguntó Mihrimah con voz chillona mientras veía a su madre -¡Pero ya tiene 7!- Dijo con algo de celos
-Sigue intentándolo ¿no?- Comentó Raziye mientras tomaba una mora y la comía
-Así es, pero no tendrá más nietos, su padre a respetado mi petición- Comentó con simpleza mientras tomaba una cereza y la comía
-Si sucede algo puedes llamarme a mi o a Mustafa- comentó Mehmed mientras tomaba de la mano a su madre 
La sultana solo asintió mientras continuaba comiendo, al final fue llevada por Gulsah hacia los baños para ser bañada y arreglada. Fue vestida con un vestido rojo y una corona plateada, parecía más un árbol de navidad que nada (según ella, aunque para las demás concubinas se veía hermosa). Fue guiada por el camino dorado, hacia los aposentos de su esposo mientras suspiraba cansada, llegaría a dormir si eso era posible.
Al entrar, hizo una reverencia hacia el sultán y luego levantó la mirada manteniéndose neutra y recta acercándose a él
-Me volvió a enviar para..-dejó la frase en el aire mientras hacía una mueca de desagrado
-Para dar más herederos al imperio- completo el hombre mientras miraba a su esposa y la guiaba hacia la charola de comida que había pedido
-Eh dicho incontables veces que no y sigue insistiendo- Dijo, quejándose en voz alta mientras suspiraba -Le recomendé que mandara una concubina diferente y lo hará, esta es mi última noche aquí- Su tono era indiferente, en realidad eso le permitiría pasar más tiempo con sus hijos y durmiendo
-Cualquiera estaría muriendo en tu posición y tu deseando que acabe- Dijo el sultán con simpleza, parecía más joven
-Y por eso es que no soy cualquiera- contestó con desagrado la joven
Comieron animadamente mientras charlaban sobre los hijos y sus avances, también Süleyman le pido consejos sobre unos temas de política exterior. La sultana se había dedicado a leer sobre política los últimos meses por mera curiosidad y sus consejos hacia el sultán había sido sorprendentemente satisfactorios para ciertas ganancias hacia el imperio otomano. Al término de la comida, Mahidevran se levantó extendiéndole la mano, parecía ridícula ya que ella no podría ayudar al sultán a levantarse pero era una pequeña costumbre que se les había hecho. Aunque cuando estuvieron juntos, el efecto del jarabe que habían echado a su comida fue haciendo efecto. Ambos se darían cuenta de lo que pasaba y claro que tenían idea de quién lo había hecho, Süleyman reñiría en la mañana a su madre pero primero se encargaría de su esposa.

Las noticias llegaron de forma gustosa hacia la valide, habían consumado una noche matrimonial como era debido gracias a las esencias que le había recomendado la doctora. Ahora le quedaba rezar a Allah para que la mujer quedara embarazada esa noche, deseaba otro nieto para poder tener un imperio más majestuoso del que ya poseía así que solo debía esperar un tiempo hasta que las noticias llegaran a sus oídos del embarazo. Se fue a dormir tranquila aun sabiendo que mañana debía lidiar con ambos

𝑶𝒑𝒐𝒓𝒕𝒖𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅𝒆𝒔- 𝑴𝒂𝒉𝒊𝒅𝒆𝒗𝒓𝒂𝒏 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora