Capítulo 17: Mier..coles.

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Empacar fue fácil.

Pero supongo que eso solamente pasa cuando tienes únicamente una maleta con pocas cosas en su interior con tus escasas posesiones.

La ropa que unas semanas atrás había sacado de dicha maleta, han vuelto a su lugar y mi único par de tenis New Balance que me han acompañado desde que aterricé en California, ya están ocupando su espacio habitual en mi maleta, así como también el par de tacones que me he tenido que poner para mis citas profesionales y que han visto días mejores. Pero ahorita que los estoy observando mejor, creo que necesitarán un pequeño arreglo con plumón negro (otra vez) donde han resultado dañados por las veces que he chocado más de alguna vez con algún objeto por andar persiguiendo contratos mal pagados por Dmitry.

James no dijo nada sobre el arrebato de Yakov, pero claramente nuestros ánimos se vinieron por los suelos cuando le dije que necesitaríamos testigos para nuestra boda "para nada falsa" y que lo estamos haciendo realmente por amor y no solo para salir de este apuro.

En otras circunstancias fingir una boda no me había parecido algo tan fuera de lo normal, inclusive soñaría con que nuestra relación nos llevara a más, pero estamos hablando de que estoy arrastrando a un hombre a algo que probablemente no entraba en sus planes.

O si lo hacían, he apresurado ese proceso y arruinado su plan de vida de paso.

Todo por tratar de conseguir algo de dinero para poder seguir viviendo. O más bien sobreviviendo.

Jem intentó aligerar el ambiente al intentar bromear con que si podíamos convencer a su familia y convencer a la corte, todo lo demás simplemente sería pan conmigo. Yo no estaba tan segura pero no quise arruinar nuestro frágil ánimo.

En el camino de regreso a casa de Nikki para que recogiera mis pertenencias revisé la colección que él me había mandado y quedé sorprendida. Es nada más ni nada menos que exquisita.

Nunca había visto algo así. Se sentía... familiar de alguna manera. Como los primeros rayos de sol por la mañana tras un día frío.

—¿De quién son? —le había preguntado hace unos instantes en el carro y la sonrisa que me dio... quedó grabada en mi mente para siempre.

Fue una sonrisa preciosa y que de alguna manera la sentía como mía. Como si hubiese estado con él toda mi vida y supiera que a nadie más le había sonreído así.

Hasta que llegué.

Y me gustaría poder decir que no le pega nada, pero estaría mintiendo. Jem es el hombre más guapo que he visto en mi vida.

Claro, si no tomamos en cuenta a Henry Cavill y Chris Hemswoth, James bien puede llevarse el puesto con creces.

—Mías —me había respondido y no sabía si se refería a que él las había hecho o a qué eran pertenencia suya aunque claramente eso era algo obvio y no tan importante recalcar, pero a veces uno lo hace solamente para no dejar dudas.

—¿El artista quién es? —decidí cambiar la formulación de mi pregunta y me volvió a sonreír de la misma manera pero esta vez me volteó a mirar con esos ojos preciosos.

¿Hay algo mal en este hombre?

—¿Cómo sabes que no es tu artista favorito?

—Porque he sobrevivido de sus obras por años. Reconocería una al verla y esta... Esta no es una de ellas. Aunque es extraño —esto último lo dije en un murmuro, pero él alcanzó a escucharlo.

—¿Por qué?

—Porque se siente... familiar. No lo sé. Hay algo que me tiene... Simplemente no puedo explicarlo pero es uno de los motivos por el cual me gusta el arte. El arte como el teatro, solo sucede una vez de la misma manera. Todo lo demás a esa única creación... es único si, pero podrán parecerse pero jamás crear el mismo sentimiento.

El chico del café por las mañanas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora