Capítulo 11: ¿Whisky?

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Después de eso, llegué a casa y me encerré en mi habitación donde lloré sin tapujos porque Nikki no estaba en casa y en algún momento me debí haber quedado dormida porque cuando desperté, tenía 20 llamadas perdidas, 15 mensajes y 17 correos.

Las llamas y los mensajes de la misma persona, de los cuales, no me sorprendí, pero, ¿15 correos?. ¿Quién sigue comunicándose por correos?

Hago una parada rápida al baño donde me lavo el rostro y aplico un poco de agua fría sobre mis hinchados ojos, pero sé que esto no me ayudará a desinflamarlos. Tengo que ir por una cuchara y meterla al congelador por unos minutos. Así que, aún si atreverme a regresar a mi habitación donde me esperan lo que serán, varias preguntas del por qué no he atendido el teléfono, me quedo unos buenos veinte minutos en la cocina aguardando a que mi cuchara salvadora esté lista.

Al regresar, me cambio los pantalones por un short y mientras me siento en la cama, con mi mano libre tomo mi teléfono y comienzo a revisar.

Los mensajes como ya sabía, eran de Nicola preguntado si no había resultado muerta y asegurándome que ambos hombres son unos idiotas. Bueno, considerando la manera en que se refirió a Yakov en doce mensajes restantes dice mucho de lo que mi amiga piensa del ruso y cómo ni siquiera el descenso del Niño Jesús frente a sus ojos ni con su bendición le harían otorgarle el perdón.

Y mucho menos teniendo en cuenta que lo conozco y sé que no habrán palabras de disculpa por su parte.

Las llamadas entraron un tras otra después del último mensaje mandado y cuando me traslado al icono de mensajería, mi respiración se detiene.

Dos son de la agencia dándome datos sobre un viaje que está por realizarse y que aún no se ha elegido representante para la negociación y recolección de la pintura y que yo estoy siendo considerada para ello, el resto son de James.

Me ha mandado 13 mensajes en total.

El primero dice:

Y de ahí, siguen y siguen, cada uno un tanto más extraño que el anterior

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Y de ahí, siguen y siguen, cada uno un tanto más extraño que el anterior.

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El chico del café por las mañanas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora