Capítulo 3: El calabozo del Sr. Tenebroso.

33 8 0
                                    

Ava

—¿Y ya sabes de qué va tu nuevo trabajo? —me pregunta Vik mientras le da una gran mordida a su segundo Hot dog manchándose de salsa en el proceso.

Mastico a mi vez mi propia porción y le tiendo una servilleta mientras hago un gesto negativo.

—Solo sé que el dueño va a hacer una remodelación y necesita vender algunas pinturas que el posee. Realmente no sé qué tipo de remodelación será, pero debe tener algo importante como para que Dmitry haya decidido tomarlo.

—O simplemente puede costearlo y él solo se aprovechó de la oportunidad para traerte con todo esto sucediendo. Por cierto, ¿sigues saliendo con aquel idiota? ¿El del departamento de arte moderno?

—No.

—¿No? —me pregunta, sorprendido y le doy una mirada de pocos amigos mientras termino mi comida.

—Es una larga historia.

—Me sé la mayoría de la historia. Así que, cuenta.

Y es verdad.

Cuando Viktor se fue, no desapareció de mi vida completamente y simplemente seguimos en contacto. Mi familia se reduce únicamente a mi hermano y aunque por mucho tiempo solo estuvimos nosotros dos, con el paso de los años se han ido uniendo personas. Una de ellas es Vania y realmente me alegro de ver como todo ese brillo al que estaba destinado a ser por fin ha resurgido.

—Bueno, resulta que el idiota tuvo un ascenso por mí.

—¿Por ti? —repite Vik y cuando asiento, su ligero ceño se profundiza—. Bueno, sí logró un ascenso por ti, eso debe ser algo bueno, ¿no? Quiere decir que lo motivaste en la relación a...

—No me refería a obtenerlo de esa manera. Él idiota lo logro porque al ser cercano a mí, sabía prácticamente todos mis movimientos y mis actividades y obviamente se lo vendió al mejor postor.

—¡¿Se lo vendió a Dmitry?! —exclama y trato de mantener mis Hot dogs dentro mientras le doy un asentimiento a mi hermano—. Qué cabrón. Los dos. Así que tu compañero de otro departamento iba de espía... Mira que si no vienes tu a contármelo jamás me lo hubiera imaginado.

—Y si eso no fuera poco, ¡lo descubrí a punto de liársela en mi archivador con la zorra de Melissa! —le digo, indignada mientras le doy un largo trago a mi cerveza—. O sea, estaba llevando una relación doble con mi secretaria quien no solo se le abría de piernas con gusto sino también mi vida y mi agenda. Me estaba engañando con ella para ir juntando información y obteniendo bonos con el viejo para terminar de ascender a CEO. Información que le ayudó para caerme en gracia y con eso... Bueno, tú ya sabes que pasó.

—¿Y qué dijo él cuándo los encontraste y lo terminaste?

—A ella claramente la despedí, pero con él no tuve oportunidad ya que había sido promovido como mi nuevo jefe. Le ignoré, pero obviamente el viejo lo iba a colgar de las pelotas si no me recuperaba, así que eso fue lo que estaba intentando antes de que me ordenaran volar a California.

—¿Y estaba teniendo resultados?

—Absolutamente no, pero mi nuevo asistente me informa a la menor respiración que él da en su dirección y aunque me está costando una pequeña cantidad extra pude conocer el plan que tiene con el viejo de reconquistarme para seguir manteniéndolo informado. Pienso hacer que se arrastre un poco para después darle el golpe de suerte, ¿tú qué dices? Se me ocurrió a mitad de una botella de vino, pero no termino de convencerme.

Dejo el botellín sobre la mesa y miro a mi hermano quien me sonríe mientras mastica su último trozo.

—Suena increíble, pero creo que es demasiado peligroso para ti. ¿Y si terminas volviendo? Sé que probablemente no suceda, porque llegar a esos extremos...

El chico del café por las mañanas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora