9 - OMNISCIENTE

16 2 0
                                    

Fueron segundos lo que tomó para que su conexión se hiciera irrompible, inseparable, inigualable. Y todos en la habitación lo sintieron.

Una mirada, un simple apretón de manos, una sonrisa. Con eso bastó para hacer explotar sus corazones. El brillo en sus ojos, los vellos erizados de sus brazos, aquella extraña sensación de mariposas en el estómago, toda una coalición de emociones inundaban aquel garaje.

Se dijeron hola sin despegarse la mirada, se estrecharon la mano y no se soltaron. Ambos trataban de descifrar lo que estaban sintiendo, ignoraban los murmullos del resto de su compañía. Por un instante fue como si todos desaparecieran.

-¿Qué está pasando? ¿Porqué nadie habla?- Después de un extraño silencio, Mingi le pregunta a Jongho en un tono casi inaudible.

-Shh, tienen su momento- Contesta en el mismo tono bajo, recalcando la última palabra.

-El... El atardecer se ve muy bello desde el techo... ¿quieres verlo?- Finalmente, ella habla.

-Sí... - Sintió él como si le hubiera leído el pensamiento. Me recuerdas a una caminata por la playa mientras veo un atardecer, pensó para sí.

-Vamos... - Sonríen y, aún de la mano, caminan hacia la casa y por las escaleras interiores, suben al segundo piso, por la ventana salen al tejado y se sientan uno junto al otro. Me recuerdas al primer día de primavera, cuando el cielo es rojo, azul y rosa, pensó para sí.

-¿Acaso presenciamos el primer amor de Saya?- En el garaje, San pregunta, recargando sus manos en uno de los micrófonos.

-Todo indica que precisamente así pasó- Contesta Hongjoong mientras toca teclas al azar en el sintetizador.

Wooyoung, en la cocina, no aparta la mirada del reloj del microondas al beber agua.

-Oscurecerá pronto- Dice ligeramente en voz alta para sí mismo. Tentado a subir, se acerca a las escaleras pero, antes de pisar el primer escalón, su yo interior le dice que no lo haga. No llegó a comprender si era orgullo, resignación o lealtad, simplemente regresó al garaje.

-¿Le temes a las alturas?- Saya le pregunta al chico junto a ella.

- Sólo trataré de no mirar abajo- Ríe nervioso- ¿Vienes aquí seguido?

- A veces, cuando quiero tiempo para mí. Mi casa no tiene esta vista.-

-Antes, donde vivía, el lugar para mí era un pequeño parque frente a mi casa. Solía ir a los columpios por las noches y me quedaba ahí a escuchar música.- Se quedan viendo hacia el horizonte, disfrutando del pacífico silencio que su compañía acarreaba.

- Transmites mucha paz ¿Lo sabías?

-¿Yo?- Incrédulo, el chico habla aún con una sonrisa- Supongo que reflejo lo que siento- Dirige la mirada a la chica junto a él.

-Desde que choqué contigo me llevé esa impresión. Cualquier otra persona se hubiera enojado y gritado, pero tú... Por poco sentí que te ibas a disculpar por haber estado en mi camino.- Una pequeña risa surge de ambos.

-Y... ¿Los conoces desde hace mucho tiempo?- Dirige la mirada hacia la calle de abajo, donde Yunho burlaba a Hongjoong por no poder alcanzar el micrófono que este sostenía en lo alto, justo cuando Wooyoung brinca por detrás de él y se lo arrebata. Se persiguen por la calle y sus carcajadas llenan el vecindario.

-Básicamente toda mi vida, o al menos así se siente en ocasiones. Wooyoung y Jongho siempre han estado conmigo, los demás fueron llegando con el tiempo. Mingi, San y Yeosang se unieron a nosotros en la primaria; después, en la secundaria, conocimos a Hongjoong y a Yunho. Simplemente conectamos, nos unimos. -

-Vaya...No creí conocer amigos así

-Vienes de un ambiente solitario ¿cierto?- Aunque sentía que era algo que no debía preguntar, no lo pudo evitar al percibir que en su interior aquel chico llevaba muchas cargas que soltar.

-Cuando te mudas tantas veces no te molestas en hacer amigos que pronto abandonarás.- Recargado hacia atrás sobre sus brazos, observa las hojas de los árboles siendo movidas por el viento.

-Lo siento.

-¿Por qué?- La ve, y en sus ojos notó esa pizca de interés por la que había esperado tanto tiempo.

-Por no haber chocado contigo antes.

Pasaron las horas, conversaron como si se conocieran de toda la vida. En su interior sentían que podían contarse cualquier cosa sin miedo a ser juzgados, como si estuvieran hechos para escucharse el uno al otro, para comprenderse como nadie nunca lo había hecho.

-¿Te veré pronto?

-Seguro, te buscaré en la escuela.

-¿Lo prometes?- Le extendió la mano para que tomara su meñique y sellar la promesa.

-Lo prometo- Envuelve su meñique en el de ella, una ligera corriente recorre sus manos.

Ambos se quedan observando sus dedos entrelazados.

-Tus manos son pequeñas- Le dice con una sonrisa de ternura. Toma completamente su mano y la ayuda a levantarse del tejado para regresar a la casa. Primero entra ella y luego él, quedan de pie frente a frente, mirada con mirada, aún de la mano. Toman aire como si quisieran decir algo, pero no hay palabra que logren pronunciar. Sienten calor en sus mejillas y un hormigueo de pies a cabeza, pero simplemente sonríen, aun ellos mismos no comprenden por qué.

-¿Seonghwa?- Mingi toca la puerta de la habitación y abre lentamente.

-¿Sí?

-Tu mamá te busca para que vayas a cenar- Le dice apuntando con el pulgar hacia fuera

-Ah, sí. Gracias. Ahm, me voy entonces- Ríe nervioso y, pasando a lado de Mingi, sale de la habitación, no sin antes voltear hacia atrás para ver a Saya una vez más.

-No me mires así- Una vez que Seonghwa se hubiera ido, Saya se dirige a Mingi.

-No te estaba mirando - Encogido de hombros y con tono inocente, le responde- ¿Qué fue todo eso?- Sin poder comprender del todo lo que había sucedido desde que llegó el chico nuevo, Mingi pregunta.

-Si lo supiera te lo diría- Responde viendo por la ventana cómo Seonghwa regresa a casa.

At My Worst (Esp - ATEEZ FANFIC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora